Cap.

 1      2|       frutos. Don Álvaro había perdido de niño a sus padres, y
 2     10|     tierra milagrosa y haberla perdido. Vos no podéis imaginaros
 3     11|       tantos pesares ya habéis perdido el color, ni más ni menos
 4     11|       grito, y la segunda casi perdido el de los suyos de puro
 5     11|      una calentura abrasadora, perdido el conocimiento, en medio
 6     13|     débil, pero que nada había perdido de su armonioso metal: -¿
 7     13|          ay!, me parece que he perdido la vida y que un espíritu
 8     13|   partes el corazón. ¡Ya se ha perdido entre los árboles!..., ahora
 9     14|      que con sus heridas había perdido. Lo primero que vieron sus
10     15|        pasadas revueltas había perdido. El infante don Juan mediaba
11     18|  mismas de sus mejillas habían perdido sus vivos matices. Comoquiera,
12     20|      mí. Como don Álvaro había perdido la memoria del día anterior
13     20|  penosa, su semblante había ya perdido el vivo colorido de la salud,
14     21|         por vos, en fin, se ha perdido ya para siempre una doncella
15     22|       sentido místico se había perdido ya entre las nieblas de
16     22| apariencias no podía estar más perdido para ella y sin embargo,
17     24|        y el hombre que, aunque perdido para ella, no se borraba
18     26|      de las mujeres que habían perdido alguna persona querida;
19     26|   gemido. El conde mismo había perdido dos deudos muy cercanos
20     33|       el sol. La Aguiana había perdido su resplandeciente tocado
21     33|        tenía un amante y lo he perdido, tenía una madre y la he
22     33|        tenía una madre y la he perdido, tuve un esposo y allí lo
23     33|    tuve un esposo y allí lo he perdido también -añadió señalando
24     33|      la buena de Martina había perdido no poco de su belleza y
25     35|  respondió: -¡Yo, yo que te he perdido, yo te traeré la libertad
26     36|         sus ojos garzos habían perdido su serenidad antigua, hundiéndose
27     36|      una mirada sombría. Había perdido además el color, y en los
28     36|       Es cierto que nada había perdido de su antigua apostura y
29   Conc|     sepulcro del Salvador, mal perdido por los pecados de los fieles,
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License