Cap.

 1     26|         manera, señor -respondió el montañés -, que a nadie le gusta
 2     26|            suceda algún trabajo. El montañés se quitó su gorro de pieles
 3     26|            Pues entonces -añadió el montañés -, Dios os lo pague, y si
 4     27|          tengo, señor -respondió el montañés dando vueltas entre las
 5     27|         pudo, explicó sus deseos al montañés que, con la agudeza propia
 6     27|           señor -replicó el sincero montañés -, porque si el diablo los
 7     27|           no tardó en introducir al montañés. Hízole sentar el conde
 8     27|            eso, señor -respondió el montañés -, porque he descubierto
 9     27|        estuve escuchando -repuso el montañés, que ya comenzaba a impacientarse
10     27|            replicó resueltamente el montañés ya veremos cómo vuestros
11     27|          vasallos míos que sois. El montañés le respondió con templanza
12     27|        mañana al amanecer. Salió el montañés enseguida y el conde exclamó
13     28| disfrazándose con los atavíos de un montañés, muerto en el castillo de
14     28|          medrados quedamos. Como el montañés estaba de lado no podía
15     28|           un empellón al descuidado montañés le derribó de las murallas. -¡
16     30|          aspirante a decirle que un montañés solicitaba hablarle. Mandóle
17     30|   acostumbrada energía, se llegó al montañés y apretándole la mano vivamente
18     30|             lo que veo -insistió el montañés -, estáis en ir a Salamanca
19     32|         vaivenes entre la gente, un montañés con su coleto largo y destazado,
20     32|            contestó el encolerizado montañés. ¡Parece que os pasma el
21     32|      confuso con las embestidas del montañés, que le acosaba como un
22     32|            más que un pobre hidalgo montañés a quien se le alcanza algo
23     32|          santos padres -concluyó el montañés -, si las buenas obras cohechan,
24     32|         Saldaña. -Ya, ya -repuso el montañés casi avergonzado -, bueno
25     34|        Capítulo XXXIV~ ~ El honrado montañés que vio tan bien terminada
26     34|           valor como aquel sencillo montañés, ni hubo testimonio que
27     34|           unos términos que el buen montañés no parecía sino que estaba
28     34|            y aun lágrimas, subió el montañés en su nueva cabalgadura
29     34|             Sin embargo de todo, el montañés, que nunca había hecho ausencia
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License