Cap.

 1      7|      oscuro de la conciencia, sus labios murmuraban sin saber aquel
 2      7|         verja, con el dedo en los labios como una estatua del silencio
 3      7|         sólo para escuchar de mis labios vuestro nombre. Pero ahora
 4      8|           ironía que había en sus labios delgados revestidos de cierto
 5      8|           altivo que le cerró los labios, y levantándose se retiró
 6     11|           sus pies - que vuestros labios han mentido cuando así queríais
 7     13|    palabras de ternura que de sus labios salían, pero era aquella
 8     15|            Don Juan se mordió los labios y guardó silencio por un
 9     16|        nunca. Jamás se oía en sus labios el nombre de aquel amante
10     16|           en el movimiento de sus labios cuando rezaba. Por lo demás,
11     18|          la ventura de llegar mis labios a vuestra mano eran galardón
12     18|           acabase de salir de mis labios. -Pues bien, aquí me tenéis,
13     19|        bandolera, lo aplicó a los labios y sacó de él tres puntos
14     21|           sois digno de poner los labios en la huella que deja su
15     21|          templada, llevando a sus labios la arrugada mano del anciano -;
16     21|           cuando oigo en vuestros labios esas calumnias, hijas de
17     27| comendador. Mordióse el conde los labios de despecho al ver que en
18     28|           pusieron el dedo en los labios haciendo gestos muy expresivos,
19     29|    desconocida, y saliesen de los labios de seres de distinta naturaleza.
20     33|            llevando su mano a los labios -, que mi vida no es de
21     35|           que se escapaban de sus labios, don Alonso se acercaba
22     35|         Álvaro, sin desplegar los labios, se apartó violentamente
23     35|           mano y llevándola a sus labios -, ¿pero quién sino él os
24     37|           que escuché de vuestros labios, cuando la vida se nos presentaba
25     37|           esa palabra de vuestros labios, saldría de las tinieblas
26     37|         espumosa vino a teñir sus labios descoloridos y su vestido
27     38|         mejillas a las rosas, mis labios al alhelí, y mi talle a
28   Conc|         quien, según oímos de sus labios, se había confesado el peregrino,
29   Conc|       pues nunca lo llegaba a los labios. Acontecía algunas veces
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