Cap.

 1      3|         III~ ~ Cuando don Álvaro dejó el palacio de Arganza, entre
 2      3|        propias de su situación y dejó charlar a Millán, que no
 3      3|       sus poseedores. Don Álvaro dejó su caballo en manos de unos
 4      4|         vanidades y soberbias le dejó confuso y silencioso. -Miradlo
 5      5|      tras sí la puerta con enojo dejó solas a madre y a hija que,
 6      5|          en cuanto su congoja le dejó hablar -, ¿cómo te has atrevido
 7      7|     doliente y enfermo que no la dejó ni un instante de reposo.
 8     11|     todas las almas generosas no dejó también de levantarse para
 9     14|       los templarios, no por eso dejó de sentir su prisión y heridas,
10     15|        rehusándolo -. Don Álvaro dejó hecho su testamento al venir
11     15|          de Castilla. Millán los dejó atrás y se adelantó a llevar
12     18|        rastro de luz que tu alma dejó en los aires al encumbrarse
13     19| presumirán nuestros lectores, no dejó de servir de infinito descanso
14     20|        causa de su debilidad, no dejó de recibir sorpresa al ver
15     20|        nueva prueba de confianza dejó muy obligado a don Álvaro
16     23|          acaecido, narración que dejó confuso y turbado al pobre
17     27|          sitiador, y el conde no dejó de aprovecharlas para sus
18     28|      contra el castillo y que no dejó de inspirarle algunos temores.
19     30|         el pendón de la orden no dejó de ondear por mandado suyo
20     30|     cruzaron el Boeza y allí los dejó con el abad de Carracedo
21     31|          para ella aderezada, la dejó en compañía de Martina.
22     34|          según decía. Ninguno se dejó engañar, sin embargo, porque
23     34|  muestras de aprecio, pero nadie dejó de observar con disgusto
24     34|       rey ocupaba el castillo lo dejó al punto en manos de su
25     35|     contra el tronco del árbol y dejó caer el papel de las manos.
26     36|       arrebatos de su alma, y se dejó caer sobre su cama, rompiendo