Cap.

 1      1|         de España! Pero a bien -continuó como reportándose, que si
 2      1|           Son muchos animales! -continuó, acariciando el cuello de
 3      2| pensarían en apartarme de vos? -continuó, poniéndose en pie con un
 4      2|        Ah!, ¿conque es verdad? -continuó el apesarado caballero -; ¿
 5      2|    embargo, me apartan de vos! -continuó don Álvaro -. Yo respetaré
 6      3|        hablando consigo propio, continuó: -Sí, sí, un correo de la
 7      3|    severa y cariñosa -. Además -continuó con más sosiego -, todavía
 8      3|         de reprobación. ¡Y yo - continuó con la mayor amargura -
 9      5|     posición, por consiguiente -continuó su padre -, te obliga a
10      7|        respondió y doña Beatriz continuó con un tono que se parecía
11      8|    conversación, y doña Beatriz continuó: -Excusado es que yo os
12     10|     gloria y majestad. Y ahora -continuó con los ojos casi bañados
13     11|         decidme, ¡ah!, decidme -continuó arrojándose a sus pies -
14     17|        vuestra hija? -Ya sabes -continuó la enferma - que nunca he
15     19|        Ah, valerosos vasallos! -continuó, volviéndose al grupo -,
16     28|      encina, pero doblado éste, continuó rodando cada vez con más
17     29|         Harto me decís con eso -continuó el religioso con un tono
18     30|          De hoy más, Jerusalén -continuó volviéndose al oriente con
19     32|      reprocháis, señor hidalgo -continuó volviéndose a Beltrán y
20     32|   difunto. -Comendador Saldaña -continuó Beltrán -, yo os acuso de
21     32|         una vez, padres santos -continuó dirigiéndose al concilio
22     36|   despidiéndose con pesadumbre, continuó el uno su viaje y dieron
23     36|         silencio con la mano, y continuó: -No os lo echo en cara,
24     38|           Ah!, santo religioso -continuó volviéndose al abad -, ¡
25     38|         Eso dudáis, padre mío? -continuó doña Beatriz -, cuando ya