Cap.

 1      6|         Arganza, porque harto claro veía ahora cuán hondas raíces
 2      7|             ponerles fin. Cuando os veía dichosa en vuestra casa,
 3     12|    inevitable. Por otra parte, bien veía que don Álvaro, caballero
 4     16|          Francia tras de las cuales veía venir irremediablemente
 5     18|            memoria; en todas partes veía vuestra imagen como un reflejo
 6     20|             que, por otra parte, se veía regalado y agasajado de
 7     20|         gusano oculto. Por la noche veía correr en sueños todos los
 8     22| desventurada, sentada en la orilla, veía desaparecer a lo lejos el
 9     24|            templarios que, según se veía, no podía allanarse sino
10     24|        sumida en el llanto; ella se veía desterrada de la casa paterna
11     25|         noche y continuamente se le veía pasar de un corro a otro,
12     26|     caballería, que desde su puesto veía el triunfo de los suyos
13     26|            obras que había trazado, veía aquel rival aborrecido talarlo
14     26|           dos deudos muy cercanos y veía retrasada por lo menos,
15     28|             soberbia. Sobrado claro veía que su vida había estado
16     29|             celosías del monasterio veía correr el Cúa turbio y atropellado,
17     30|             que miran al poniente y veía correr el Sil a sus pies
18     33|            la esperanza y el temor, veía correr uno y otro día fijos
19     33|          soltó un grito, pero yo le veía por entre las llamas, y
20     33|      propósitos respecto a Martina, veía dar en el suelo toda la
21     34|        esperanza y alegría. No sólo veía a su amante honrado y absuelto,
22     37|        aquel cielo que tan claro se veía allá en su término. Por
23     38|             de Byron, "Dios sólo se veía en medio de él". El lago
24   Conc|           medio aturdida con lo que veía -, ¿es éste aquel señor