Cap.

 1      1|         revolviendo el potro, se puso a mirar de hito en hito
 2      1|        las gracias, porque se me puso un nudo en la garganta y
 3      4| indispensables comedimientos, se puso a leer la carta del maestre.
 4      5| importancia, soltó la labor y se puso a escucharle con la mayor
 5      9|   discreción de sus hermanos, se puso a contarles los sucesos
 6      9|        una tonada del país, y se puso a enalbardar la yegua con
 7     11|        del dedo una sortija y la puso en el suyo diciéndole:~ ~ -
 8     19|       los brazos de su padre, se puso a mirar el semblante alterado
 9     20|          con viva impaciencia se puso a aguardar la visita de
10     21|       conocimiento del mundo, le puso de manifiesto el deslucido
11     21|          de ternura. Entonces se puso a pasear delante de los
12     22|          el huésped me asesinó y puso fuego a mi casa. ¿Que ha
13     25|     todas partes, y enseguida se puso a reconocer la posición
14     27|          ya del torreón. Allí se puso a escuchar con gran ahínco
15     28|          al intrépido Andrade, y puso la mayor atención en escuchar
16     30|         en cuanto se lo dije, se puso más contenta que unas castañuelas,
17     34|  supersticioso, y sin vacilar se puso a luchar cuerpo a cuerpo
18     34|   absolución. Así fue que cuando puso el pie en tierra, después
19     35|         y recogiendo la carta se puso a leerla con ojos desencajados,
20     35|        extraordinaria avidez, se puso a devorarla. Esta carta,
21     35|   haberla mirado un instante, se puso a hablar en voz baja, pero
22     37|        Cuando llegó a la góndola puso el pie en ella resueltamente,
23     37|      voces de los forasteros, se puso en pie velozmente, y con
24     38|    camino del sepulcro, sólo les puso delante las esperanzas de