Cap.

 1      3|    muy bien con su despecho y amargura y que, de consiguiente,
 2      3|         continuó con la mayor amargura - moriré lejos de los míos,
 3      5|       a todos sus extremos de amargura, en términos que doña Beatriz
 4      8|      replicó doña Beatriz con amargura - que yo habré de sacrificarme
 5     10|      replicó el templario con amargura -, ese es el premio que
 6     11|    pero no os entreguéis a la amargura. Cuidad que la esperanza
 7     17|      el corazón traspasado de amargura a vista de aquel tremendo
 8     17|   desposorio, cuyos frutos de amargura y desdicha debían de ser!
 9     18|       su ama en la hora de la amargura, porque habiéndose criado
10     18| presente y de la soledad y la amargura que habéis amontonado en
11     19|      exclamó el templario con amargura. -Además, señora -prosiguió
12     22|      tío en momentos de tanta amargura para él, y de la no menor
13     22|        respondió el joven con amargura -, ¿y qué es la esperanza?
14     27|      a devorar en silencio su amargura, por desgracia demasiado
15     29|    duda porque algún rasgo de amargura, vecino a la desesperación,
16     29|     replicó ella con la mayor amargura -, yo veré amanecer ese
17     30|     ricos hombres -añadió con amargura -, cuando se hayan hartado
18     31|   rogase que los recuerdos de amargura y las pruebas de su juventud
19     31| espíritu, pues, para colmo de amargura, la muerte que por tanto
20     32|  Saldaña siempre con la misma amargura -, siquiera no fuese más
21     34|    Aunque todos sabían que la amargura del desengaño era la que
22     34|     dulcificar algún tanto la amargura de este fallo, ofreció interponer
23     35|    abandone en este trance de amargura! -¡Ah, señora! -exclamó
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