Cap.

 1      6|       despidieron de su joven ama con más enternecimiento
 2      7|      que os confiasteis a mí. Ama y criada se apartaron entonces
 3      9|    que intentas? -preguntó su ama, admirada no menos de aquella
 4      9| bolsillo que le había dado su ama -; que doña Beatriz no tiene
 5      9|    respondió el labriego - tu ama habrá de perdonar, que alguna
 6      9|     aldeana -, porque como mi ama gusta de pasearse por la
 7     11|      contra las órdenes de su ama, hizo el trueque de llaves
 8     11|    entonces, volviéndose a su ama, le dijo: -Vamos, señora,
 9     11|      pudo menos de decir a su ama casi al oído: -¿Qué habéis
10     11|       mulas. Entraron en ella ama y criada; retiróse el lego;
11     16|       por las facciones de su ama que, sin embargo, respondió: -
12     18|       querido separarse de su ama en la hora de la amargura,
13     18|    para sí, contemplando a su ama, estará un poco más a sus
14     18|      le metió a nuestra santa ama semejante terquedad en la
15     18|       y no  si decírselo al ama? -Decírselo, eso sí, porque
16     18|     El diablo es esta nuestra ama, iba diciendo entre dientes
17     18|       voz trémula y hueca. Su ama, al contrario, aunque sujeta
18     18|     menos de responder por su ama: -Sí, señor, sí que la violentó
19     19|      en cuanto llegó -; ¿y el ama qué han hecho de ella?...
20     33|    cuando fue a noticiar a su ama en el soto de Arganza la
21     36|  cumplido, porque, como no me ama, se ha contentado con la
22     36|      diferencia? ¡En que ella ama y espera, y yo amo y me
23   Conc| cartera de mi pobre y querida ama doña Beatriz Ossorio! -Dios
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License