Cap.

 1      7|     misma parecía recogerse en religioso silencio sólo para escuchar
 2     12|    Comoquiera no creía el buen religioso que la pasión de doña Beatriz
 3     13|        tía, su madre y el buen religioso estaban sentados alrededor
 4     22|        tuvieron aquel carácter religioso, profundo y melancólico
 5     25|  alzados al cielo y con acento religioso y recogido: Dominus mihi
 6     25|   oriente. Concluido este acto religioso, tornaron a su silencio
 7     29|       que salieron a avisar al religioso -. ¡Cuánto hace que no veo
 8     29|     decís con eso -continuó el religioso con un tono de voz apesarado -,
 9     29|         hija mía -respondió el religioso -, no es tan menguado el
10     29|        para retirarme -dijo el religioso poniéndose en pie, advierto
11     31|   anterior enfermedad. El buen religioso vino al amanecer con toda
12     31|        Su vida -le contestó el religioso - está en las manos de Dios,
13     32|    concierto hicieron, el buen religioso, el maestre don Rodrigo,
14     34|       de Arganza del venerable religioso, y los sucesos que como
15     34|        Mucho le pesaba al buen religioso de ver así malogrados sus
16     35|        aire!, ¡yo me ahogo! El religioso acudió aceleradamente a
17     35|    Beatriz -dijo gravemente el religioso -, no hace mucho tiempo
18     35| Beatriz -le dijo gravemente el religioso -, en nombre de vuestro
19     35|      Ni su padre ni el anciano religioso se apartaron sino muy contados
20     35|    expresión vehemente, con el religioso que la asistía, pero don
21     38|      de mi falta. -¡Ah!, santo religioso -continuó volviéndose al
22   Conc| rigurosa. Comoquiera, el nuevo religioso no bien se hubo enterado