Cap.

 1      3|     nuestros enemigos. Nuestros hermanos gimen ya en Francia en los
 2      4|        el vacío que dejaran sus hermanos en los escuadrones cristianos.
 3      4|    riesgo a mi buen tío y a sus hermanos? ¡Otra opinión creí mereceros! -
 4      4|         en esos términos de sus hermanos? ¿Vos oscurecéis de esta
 5      5|       que Dios nos privó de tus hermanos y que tú eres la esperanza
 6      9|         de la discreción de sus hermanos, se puso a contarles los
 7     10|        perdían para siempre sus hermanos, y cargado, en fin, con
 8     15|        y por la de tantos otros hermanos de armas cuyos huesos blanqueaban
 9     18|    lejos de los de sus padres y hermanos. En aquel día de común tristeza
10     20|        vos se aparte así de sus hermanos sólo por defender una causa
11     22|        menos preocupado que sus hermanos, y convencido íntimamente
12     22|      afanes en las filas de sus hermanos de armas. Don Rodrigo, atónito
13     22|      Hay alguno entre todos los hermanos presentes que pueda notar
14     22|       fue abrazando a todos sus hermanos y recibiendo de ellos el
15     25|      padres, maridos, amantes o hermanos a aquella expedición, vestidas
16     32|   separar su causa de la de sus hermanos de elección, de tal manera
17     32|         el mejor parecer de mis hermanos. -Deudos del conde de Lemus -
18     34|   faltaría a la fe jurada a sus hermanos. Claro estaba, por consiguiente,
19     34|      honor y aun la vida de sus hermanos, había acallado, por fin,
20     35| hermosos ojos, como dos luceros hermanos que saliesen al mismo tiempo
21     38|      huellas, adonde yo con mis hermanos y mi madre os salga a recibir
22   Conc|         ser enterrado entre sus hermanos, como porque creía que sus