Cap.

 1      2|            en un día de duelo y de tinieblas. Al poco tiempo comenzó
 2      4|            contribuir a la obra de tinieblas, ni en hacer causa común
 3      7|           un poco habituados a las tinieblas, los contornos puros y airosos
 4     10|         luz hacía resaltar más sus tinieblas. Este hombre extraordinario
 5     10|          por muchas que fueran las tinieblas con que el orgullo y el
 6     10|        calumnia como el sol de las tinieblas de la noche; nosotros abatiremos
 7     11|           mi razón está rodeada de tinieblas y mi alma se extravía en
 8     18|      llenado mi pecho de hiel y de tinieblas. Doña Beatriz volvía a su
 9     19|         los míos penetrasen en las tinieblas de mi conciencia! ¡Hija
10     21|            arrancaros a vos de las tinieblas de vuestra mazmorra? -¡Ah!, ¡
11     22|        porque, acostumbrados a las tinieblas, no pudieron sufrir la vivísima
12     22|        como estas candelas, y unas tinieblas más densas todavía cercarán
13     25|      envuelto en el silencio y las tinieblas, formaba vivo contraste
14     29|            pecho, y delante de las tinieblas de la eternidad, que más
15     29|     lágrimas y acostumbrados a las tinieblas del dolor, se sintiesen
16     32|            que en aquella época de tinieblas encontraban en la muchedumbre
17     34|           dudosa y turbiamente las tinieblas de su alma. No se le ocultaba
18     35| misericordia divina os sacó de las tinieblas mismas de la muerte, y no
19     37|    vuestros labios, saldría de las tinieblas mismas del sepulcro. -¡Pobre
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