Cap.

 1     10|          voluntad en demanda del Santo Sepulcro. El ejemplo de
 2     10|   atentamente, le dijo: -¡Por el Santo Sepulcro, que tenéis el
 3     11|          los padres del Limbo el santo advenimiento. -Yo no tengo
 4     11|        respeto a vos y a vuestro santo hábito, pero, por amor de
 5     11|             qué importa que este santo hombre lo vea..., antes
 6     13|    energía la del amor maternal, santo destello del amor divino,
 7     18|     templos. ¡Ah!, templo, y muy santo, era para mí vuestra alma,
 8     18|         dijo: -Beatriz, por Dios santo, por cuanto pueda ser de
 9     18|      singular expresión. -¡Cielo Santo!, ¿estáis en vos? ¿No veis
10     19|            bien me lo predijo el santo abad de Carracedo, pero
11     29|    Cuánto hace que no veo a este santo hombre, que tal vez sólo
12     30| Salamanca, llevado de su noble y santo propósito. El buen Andrade
13     35|        encarecimiento: -Por Dios Santo, noble señora, que le dejéis
14     36|  siguiente pasaje:~ ~ ¡Oh, cielo santo!, ¡está absuelto de todas
15     37|   verdugo? -¡Recobraos, por Dios santo! -le dijo el abad con ansia -,
16     38|      memoria de mi falta. -¡Ah!, santo religioso -continuó volviéndose
17   Conc|        1320, ocho después que el santo padre Clemente V, de santa
18   Conc|          ermitaño de la Aguiana, santo varón muy dado a la penitencia;
19   Conc|       mía, besa el hábito de ese santo, porque si esta Virgen divina
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