Cap.

 1      3|  ayunos y vigilias. Vestía el hábito blanco de la orden y exteriormente
 2      4|      es un justo, a pesar del hábito que le cubre; pero ¿cómo
 3     11|       a vos y a vuestro santo hábito, pero, por amor de Dios
 4     19|      suelo, pero no toméis el hábito del Temple. ¿Sabéis vos
 5     21|      que les merecía si no su hábito, sí su edad y su valor tan
 6     21|       tardaré más en pedir el hábito del Temple que lo que tarde
 7     22|       y así se propuso dar el hábito a su sobrino en cuanto estuviese
 8     23|     os encuentro ahora en ese hábito? -Nunca le tuvieste gran
 9     29|       el maestre le vistió el hábito de Hugo de Paganis y de
10     29|    pasarse a Rodas y tomar el hábito de San Juan de Jerusalén.
11     29|      túnica rutilante como el hábito del Temple y un casco guerrero
12     33|     asombro. Tenía vestido el hábito blanco de su orden, y en
13     35|     el uno de ellos vestía el hábito blanco y negro de la orden
14     38| hubiéramos vestido su humilde hábito. Y vosotros, amigos míos -
15     38|      la Tierra Santa en aquel hábito, y para memoria se guardaba
16   Conc|   mundo desconocido tomase el hábito del glorioso patriarca San
17   Conc|      amortajado con su propio hábito y con la cartera de seda
18   Conc|  asiéndose de las manos y del hábito del difunto, comenzaron
19   Conc|       Besa, alma mía, besa el hábito de ese santo, porque si