Cap.

 1      1|  atezada, y en todo su porte y movimientos revelaba su ocupación y
 2      1|      obligaba a todo género de movimientos, le daban a conocer como
 3      2|      conocía que en su andar y movimientos debían reinar a la vez el
 4      2|     seguía con ansia todos sus movimientos. Ambos jóvenes estaban en
 5      4|       pero vigoroso aun en sus movimientos. Se conocía a primera vista
 6      9|      lo tanto, de los primeros movimientos, significaban su afición
 7     10|      pero ágil y fuerte en sus movimientos como un mancebo. Su semblante
 8     14| particular solicitud todos sus movimientos. A los pies estaba también
 9     15|     mejor pudo los tumultuosos movimientos de su espíritu, respondió: -
10     15|       y violenta; los primeros movimientos no están en nuestra mano.
11     18|        la menor soltura de sus movimientos, parecía un poco más anciano,
12     18|       ademán atónito todos sus movimientos, como colgada de un suceso
13     25|      energía nueva a todos sus movimientos y disposiciones, y al parecer
14     25|        y por la pesadez de sus movimientos. Los de las montañas de
15     28|     prontitud y rapidez en los movimientos; don Álvaro, armado de punta
16     31|       joven y soltera y en sus movimientos gran soltura y garbo, conducía
17     37| contornos, la gallardía de sus movimientos, que por algún tiempo oscurecidas
18     37|   fácilmente estos tumultuosos movimientos, y al momento volvían sus