Cap.

 1      6|       en su hacanea blanca con ayuda del enternecido Mendo, salió
 2      8|   haciendas y vasallos, con la ayuda del infante don Juan, que
 3     10|       permitirían prestarle su ayuda, sus imaginaciones y esperanzas
 4     10|        ella, y venía a pediros ayuda y consejo. -Ni uno ni otro
 5     11|       loca idea de apelar a la ayuda de don Álvaro? -¿Sabéis
 6     11| acomodándola en su caballo con ayuda de Martina y Millán salió
 7     11|       mío, yo he solicitado su ayuda, yo he acudido a su valor,
 8     12|       los combates, prestar su ayuda, ¡y lo que es más, el castillo
 9     18|  viviese y hubiese menester su ayuda o compañía, bien podían
10     19|        a cuantos les prestaren ayuda, y yo, a fuer de vasallo,
11     19|    venía detrás de ellos en su ayuda. Dieron, pues, a correr
12     20| situación. Sin embargo, con la ayuda de un rayo de luz que penetraba
13     20|        recelos. En cuanto a la ayuda que pudiera proporcionar
14     21|      contaba asegurar cumplida ayuda para todos sus propósitos
15     22|       pero sólo el tiempo y la ayuda del Todopoderoso eran capaces
16     27|        al momento. -Así, y con ayuda de Dios -concluyó el caudillo -,
17     34|    delegado del Papa, y sin su ayuda mal podía ponerse el sello
18     35|       Aymerico ha prometido su ayuda para con el Soberano Pontífice