Cap.

 1      2|          fuese, para el logro de sus deseos. Tal era el estado de las
 2      5|          coronados mis más ardientes deseos. El conde de Lemus, señor
 3      8|             allanar el camino de sus deseos; de muchos temido, de algunos
 4     10|            Iba su ánimo combatido de deseos y esperanzas, a cual más
 5     20|              espoleaba los ardientes deseos que de acudir en su socorro
 6     21|             dar nuevo estímulo a sus deseos, cosa natural en los caracteres
 7     22|           hacia él y le preguntó sus deseos. Don Álvaro respondió: -
 8     24|                En fin, hija mía, tus deseos serán cumplidos y yo procederé
 9     24|              bajo los colores de sus deseos. Don Álvaro, para mayor
10     27| conteniéndose como pudo, explicó sus deseos al montañés que, con la
11     29|              blanco constante de mis deseos. Yo he visto vuestra alma
12     30|              orden logran sus ruines deseos, y quedamos ambos sueltos
13     30|        recibido pudo conocer que sus deseos se cumplirían. Don Alonso
14     38|       pasajera es la luz de nuestros deseos y grandezas; ¿quién le dijera
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