Cap.

 1      2|     y el señor de Bembibre, merced a la locuacidad de sus respectivos
 2      9|     se conoce que piensa su merced poco en las pobres reclusas
 3     15| aunque me tengáis a vuestra merced, mi corazón y mi espíritu
 4     18|    tremolaban airosamente a merced del viento. Mucho debía
 5     19|     Saldaña con ira -, ¿qué merced esperáis de nosotros, si
 6     20|     y se desdeñase de pedir merced, no por eso dejaba de suspirar
 7     21|     amigo, sino que la gran merced que acababa de hacerle exigía
 8     24| mediar su hidalguía, porque merced a los desengaños y pesares
 9     25|    combustible, oscilaban a merced del viento con mil formas
10     28|  que su vida había estado a merced de su caballeroso enemigo
11     30| vuestras manos, es la única merced y prueba de cariño que habéis
12     30| concilio? -Como reos y a la merced de nuestros enemigos -respondió
13     38|  milicia había inspirado, y merced a la eficaz mediación de