Cap.

 1      6|      mayor parte de aquellas pobres gentes a quienes doña Beatriz
 2      9|   vez han de poder hacer los pobres el bien sin codicia, y sólo
 3      9| piensa su merced poco en las pobres reclusas y que al que se
 4     24|    de devanar el seso de las pobres monjas que no acertaban
 5     25| hayan ganado la barbacana. -¡Pobres montañeses! -repuso Saldaña,
 6     27|      heridos y viudas de los pobres que murieron aquel día.
 7     30|     allá aun los ricos somos pobres, pero lo que es a buena
 8     32| ruindad de los Castros! ¡Oh, pobres paisanos y compañeros míos
 9     38|     y de mi esposo. Aquellas pobres gentes, y sobre todo las
10     38|      sencilla y verdadera. -¡Pobres gentes! -dijo conmovida -, ¡
11     38|   sus criados y vasallos más pobres. Hecho esto, una mañana
12   Conc|      Partía con los pastores pobres su escasa ración de groseros