Cap.

 1      2|       la hora de la desdicha. -Mirad -respondió ella señalando
 2      4|      bien -le dijo el monje -, mirad bien uno de los grandes
 3      5|        Dios, sosegaos, pues, y mirad por vuestra salud. El Señor
 4      7|     las armas podrán salvaros. Mirad que os pueden arrastrar
 5      8| desesperación y del infierno! ¡Mirad que seréis responsable delante
 6     13|     palabras había recibido -, mirad al otro lado, que ahí la
 7     14|      pero por ahora sosegaos y mirad por vos. Don Álvaro procuró
 8     18|    infernal, sin duda alguna. ¡Mirad, yo no quisiera despreciaros!,
 9     18|    ojos?... ¿Pero qué hacéis? ¡Mirad que vienen!... -Dejadlos
10     24|      sus anillos ponzoñosos... Mirad por él y procurad, si no
11     37|       vista y veréis el cielo; mirad a vuestros pies y allí lo
12     38|     liberalidad la encomiendo; mirad que he encontrado en ella