Cap.

 1      2|     bondad, de resignación y de piedad cristiana. Aunque con la
 2      4|      súbditos lo achacaban a la piedad, un poco austera, que había
 3      4| reedificado y ensanchado por la piedad de don Alonso el emperador,
 4      7|        mi alma, que con vuestra piedad divina os compadezcíais
 5     19|       cubras con el manto de tu piedad, si no has de acallar por
 6     32|         montañeses, que tan sin piedad llevabais al matadero, ya
 7     35|         y no  cómo en vuestra piedad lo echáis en olvido tan
 8     35|         sangre. ¡Tenga el cielo piedad de nosotros! Volvió a quedarse
 9     37|        la suya. No obstante, su piedad, su carácter elevado y los
10   Conc|        de la curiosidad y de la piedad. Trabajo les costó romper
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