Cap.

 1     18|      que las fuentes de la vida comenzaban a cegarse en su pecho con
 2     18|    montes y viñedos del Bierzo. Comenzaban a volar las hojas de los
 3     19| turbados estas palabras con que comenzaban a distinguir el cúmulo de
 4     19|   Carracedo que tan tristemente comenzaban a cumplirse aquel día. La
 5     19|         su amo, con la tardanza comenzaban a impacientarse y no quisieron
 6     23|       los rumores de guerra que comenzaban a correr a propósito de
 7     26|       él, y con loca presunción comenzaban a darse el parabién de tan
 8     29|         aquellas memorias suyas comenzaban con un versículo en que
 9     35| antiguos males, y las del nuevo comenzaban a marcarse profundamente,
10     38| consuelo. Cuando abrió los ojos comenzaban a entrar por la entreabierta