Cap.

 1      3|             rigorosa disciplina, se abrió la puerta, cayó enseguida
 2      7|             sonidos, y el sacristán abrió las puertas de la iglesia
 3     18|          alma, y cuando la dicha me abrió sus puertas, procuré despojarme
 4     21|           pasaba dentro de su alma, abrió una ventana para que respirase
 5     32|            Tuy; y Juan, de Lugo; se abrió el concilio con las ceremonias
 6     35|           su respiración y pulso le abrió sin perder tiempo una vena.
 7     35|           tremenda fatiga, y a poco abrió los ojos, aunque sin fijarlos
 8     35| aceleradamente a las ventanas y las abrió de par en par. -¡Ah!, ¡todavía!, ¡
 9     36|             cual ardían dos bujías, abrió la fatal cartera y comenzó
10     38|           alivio y consuelo. Cuando abrió los ojos comenzaban a entrar