Cap.

1     15|     cual, sin duda, su alma, naturalmente noble y recta, le estuvo
2     16|  consuelo. Sus pensamientos, naturalmente, volaban a los tendidos
3     17|     El alma de doña Beatriz, naturalmente generosa y desprendida,
4     20|      el ánimo de don Álvaro, naturalmente dado a la contemplación.
5     20| aquella manera una nueva que naturalmente debía contristarle. Rogóle
6     22|     sus penas y su libertad, naturalmente vinieron a caer en el desabrido
7     26|   diestros que sus enemigos, naturalmente llevaban lo peor. En esto
8     28|      plan tan ingenioso como naturalmente concebido.~ ~ Saldaña, como
9     37|   que se ofrecía a su vista, naturalmente engolfó su imaginación en