Cap.

 1      1|        no era una de esas torres cuya aguja se quiebra de sutil,
 2      1|  empingorotado. En la provincia, cuya capital era Vetusta, abundaban
 3      1|     plazuelas, casas solariegas, cuya mayor gloria sería poder
 4      1|        viejo algunas cornucopias cuya luna reflejaba apenas los
 5      2|       picarescos del Arcipreste, cuya lengua temía, presente y
 6      2|   contener impulsos del estómago cuya expansión hubiera sido una
 7      8|      salón y llegar al gabinete, cuya puerta estaba entornada;
 8      8|        un haz de paja encendida, cuya llama se refleja en las
 9     10|          la chimenea, al amor de cuya lumbre leyera en otros días
10     12|        del Nilo, aquellos ciegos cuya sabiduría nos mandan admirar
11     13|      airado contra el Magistral, cuya influencia en Vetusta, especialmente
12     16|        yacía medio puro apagado, cuya ceniza formaba repugnante
13     17|        tono que ya casi sentía y cuya causa de ningún modo podía
14     19|    silencio la hermosura de Ana, cuya cabeza hundida en la blancura
15     20|       con pinturas chinescas, de cuya boca salían imitaciones
16     20|     vuelto a fundar una sociedad cuya sesión inaugural estáis
17     22|      malamente el triste almacén cuya desnudez daba frío. Aquellos
18     23| entusiasmado, levantaba un brazo cuya mano oprimía temblorosa
19     27|         allí como en un baño, en cuya eficacia creía.~ ~ Don Víctor
20     27|     pronto! -gritó el Magistral, cuya palidez no la causaba la
21     28|          a los amigos jóvenes en cuya compañía se sentía él joven
22     29|        absorbente de la Iglesia, cuya influencia deletérea...
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