Cap.

 1      1| perfumado de su amiguita Obdulia Fandiño, viuda de Pomares. ¡Qué
 2      1|        las carcajadas de Obdulia Fandiño, frescas, perladas, como
 3      1|      insinuaciones talares de la Fandiño, en vez de apagar sus fuegos
 4      2|           La historia de Obdulia Fandiño profanó el recinto de la
 5      2|        Madrid a su prima Tarsila Fandiño, la célebre querida del
 6      2|       vida y milagros de Obdulia Fandiño, Glocester, sonriendo, pensaba
 7     13|        siempre llamativa Obdulia Fandiño; quien a los pies de la
 8     13|      Quintanar y señora, Obdulia Fandiño, Visitación, doña Petronila
 9     13|       exuberante persona Obdulia Fandiño, agarrada a la nave como
10     13|        Me voy a matar! -gritó la Fandiño.~ ~ Los demás callaban.~ ~ -¡
11     16|            Las reticencias de la Fandiño eran todavía recibidas con
12     21|       tierra como ella!» Obdulia Fandiño no envidiaba la santidad
13     23|    edades y condiciones. Obdulia Fandiño, en pie, oía la misa apoyando
14     23|      atrás empujasen. Para la de Fandiño la religión era esto, apretarse,
15     26|           volvía también Obdulia Fandiño, que había pedido en San
16     26|      hubiera querido ella, la de Fandiño, que darse en espectáculo,
17     26|    inmensa!» Esto era para la de Fandiño el bello ideal de la coquetería.
18     26|      viene vamos a ver a Obdulia Fandiño descalza de pie... y pierna,
19     30|        Olías de Cuervo y Obdulia Fandiño y la baronesa de la Deuda
20     30|       cuatro paredes.~ ~ Obdulia Fandiño, pocas horas después de
21     30|        miradas triunfantes de la Fandiño -. Todas somos iguales».~ ~
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