Cap.

 1      3|            por grandes cosas; este sacrificio, esta lucha es más grande
 2      3|            sentir; y la idea de su sacrificio se le apareció de nuevo;
 3      3|            Aquél era el sujeto del sacrificio, como diría don Cayetano.
 4      3|            por qué no continuar el sacrificio? No pensó más en aquellos
 5      4|           sumisión exterior, aquel sacrificio de la vida ordinaria, de
 6      5|        gritaba que no era aquél el sacrificio que ella podía hacer. El
 7      9|           en su vida consagrada al sacrificio, a una prohibición absoluta
 8      9|        vida de víctima, pero no de sacrificio estéril, sin testigos, sino
 9      9|    virtuosa siempre, consumaría el sacrificio, su don Víctor y nada más,
10     12|         consunción sin el valeroso sacrificio de su Presidente. Comprendió
11     17|   convierte en llanto, en ansia de sacrificio, en propósitos de abnegación...
12     22| enamorándome de este bien, de este sacrificio, de esta abnegación. Estoy
13     23|         más hondos... No sabía qué sacrificio podría hacer por usted...
14     25| crucifícale, crucifícale...! ¿Y el sacrificio que había prometido? ¿Aquel
15     25|       había prometido? ¿Aquel gran sacrificio que yo andaba buscando para
16     25|            ni bueno!» La forma del sacrificio, el día, la ocasión, todo
17     26|            le había ofrecido aquel sacrificio, aquella prueba pública
18     26|           todos los pormenores del sacrificio... «¡Y ahora, cuando era
19     26|      siquiera en la eficacia de su sacrificio para restaurar la fama del
20     26|            agradado, porque así el sacrificio era mayor, la fuerza de
21     26|         con su humildad, con aquel sacrificio de la carne flaca, de las
22     27|          le parecía una especie de sacrificio babilónico, algo como entregarse