Cap.

 1      1|          ahora. Páez, don Frutos Redondo, los Jacas, Antolínez, los
 2      1|     propio impulso los Páez, los Redondo, etc., etc., sus respectivas
 3      2| indignaba el anciano y negaba en redondo hasta los casos de simonía
 4      5|       cielo y la tierra! Negocio redondo. Pero, en fin, a lo hecho
 5      5|     deseado y temido, don Frutos Redondo, procedente de Matanzas
 6      5|      cuando sepas que don Frutos Redondo, el más rico del Espolón,
 7      5|         Que lo dijera don Frutos Redondo... Pero además, ¿para qué
 8      6|           Era inútil. Don Frutos Redondo, el más rico americano,
 9      7|      Paco Vegallana y don Frutos Redondo. Llegaron a donde estaba
10      7|          sabios -dijo don Frutos Redondo, el americano, que hasta
11      7|     Ronzal, no creo que el señor Redondo, ni nadie, se atreva a dudar
12     10|    hubiera casado con don Frutos Redondo? Acaso le hubiera sido infiel. ¡
13     10|        mundo a estas horas. Y si Redondo se incomodaba, tendría que
14     12|      frutas que Páez, don Frutos Redondo y demás Vespucios de la
15     16|         principal era don Frutos Redondo, sin duda alguna. Don Frutos
16     16|        no la había al alcance de Redondo; y en no viendo él la tostada,
17     18|         las ramas aquel sombrero redondo, flexible, siempre gris;
18     20|        ley, le parecía absurda a Redondo y le volvía loco. «¡Antes
19     20|         e hijo, Foja, don Frutos Redondo (que acudía a todas las
20     30|       gato? -preguntó don Frutos Redondo, el americano.~ ~ Estaban,
21     30|   Padrinos!, ¿por qué? -preguntó Redondo.~ ~ -¡Bah! Está usted buen
22     30|         aún después de enterado, Redondo, que sudaba ya de tanto
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License