Cap.

 1      1| educación torcida. Cuando quería imitar, bajo la sotana manchada
 2      1|       sexo débil obligaríanles a imitar en religión, como en todo,
 3      4|   desnudo que en vano querríamos imitar los modernos. ¡Ya no hay
 4      7|     singular que Trabuco no supo imitar en su vida. Si Mesía paseaba
 5      7|       porque Vegallana procuraba imitar en ideas y gustos a su ídolo.
 6      7|          Álvaro no hacía más que imitar -y de mala manera, porque
 7      8|        era divertirse. ¿No podía imitar las virtudes de la nobleza
 8     13|        verle divertirse, saltar, imitar la alegría bulliciosa de
 9     13|        con demasiada libertad, a imitar muy a lo vivo los juegos
10     15|       los mártires del Japón, de imitar su ejemplo; leía a su madre,
11     16|       rebozado con la vanidad de imitar costumbres corrompidas de
12     16|         Perales la había mandado imitar, pero en algunas ocasiones
13     24|          a ninguna señorita y en imitar servilmente las idas y venidas
14     26|     aquella señora. «Aquello era imitar a Cristo de verdad. ¡Emparejarse,
15     27|    capricho la Regenta procuraba imitar la letra de la carta a que
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