Cap.

 1      4|   sentada lejos, casi hundida y perdida en una butaca grande de
 2      5|         señor, su madre era una perdida, corriente; pero la chica
 3     11|        Aquélla era una... mujer perdida.~ ~ -Pero te engañó, ¿verdad?~ ~ -
 4     15|    mismo que había dado la dote perdida por el difunto. Había que
 5     21|        de estímulos exteriores, perdida en las soledades del alma,
 6     24|        fe, la vergüenza; estaba perdida, pensaba vagamente...~ ~
 7     25|   quedaba allá atrás, ya lejos, perdida para siempre...!»~ ~ Ana,
 8     26|    amistad? La amistad era cosa perdida». Paquito Vegallana, Álvaro
 9     28|        que estará... poniéndose perdida...~ ~ -¡Quiá perdida! ¿Cree
10     28| poniéndose perdida...~ ~ -¡Quiá perdida! ¿Cree usted que son tontos?
11     30|    porque todos temían una bala perdida.~ ~ Don Álvaro pensó en
12     30|        decían:~ ~ -¡Pobre Ana! ¡Perdida sin remedio! ¿Con qué cara
13     30|       infierno, aunque se creía perdida por su pecado, pero tampoco
14     30|       sin el perdón, pedir a fe perdida o adormecida o quebrantada,
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