Cap.

 1      8|     ruido de sillas y pasos apagados en la alfombra. Calló por
 2      8|   cuando los hornos estaban apagados y dormía Pedro, y dormía
 3      8| estado solos aquellos tonos apagados de la naturaleza muerta,
 4      8|   en sus ojos, casi siempre apagados, las chispas que saltaban
 5     13|        Y entonces, los ojos apagados del elegante Mesía brillaron
 6     14|     la ciudad alta llegaban apagados y con intermitencias de
 7     15|     y la espalda; los ojos, apagados casi siempre, echaban fuego
 8     15|     timbre. Aquellos ruidos apagados por la distancia subían
 9     21|  ruidos lejanos de la calle apagados, como aprensión de los sentidos.
10     21|    clavaba; los martillazos apagados tenían una resonancia mate,
11     29|  oyeron nada más los ruidos apagados de la calle; las ruedas
12     30|   pasos y las voces sonaban apagados, los cuerpos sólidos parecían
13     30|     quedaban más que restos apagados: ya no aborrecía a don Álvaro,
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License