Cap.

 1      1|         de acero a las piernas y aliento de fragua a los pulmones.
 2     12|     jadeantes y maldicientes; su aliento manchaba el rostro de Jesús... «¡
 3     12|        una visión, como si aquel aliento de los sayones hubiese tocado
 4     13|       que inclinarse para que su aliento, al hablar, rozase blandamente
 5     13|        femeniles, y sintiendo el aliento de los abanicos; ¡salir
 6     14| subterráneo de las ruedas..., el aliento fogoso de los caballos cansados...
 7     16|      aire que le iba cortando el aliento en la carrera...~ ~ «¡Perfectamente!
 8     16|     hasta qué punto alcanza este aliento de libertad que ha venido
 9     19|        del sacerdote vibraba, su aliento quemaba, y Ana creyó oír
10     19|          en las palabras y en el aliento... Y habían concluido por
11     22|         fatiga en la voz y en el aliento que la ponía en cuidado.~ ~
12     23|          nuca sentía la viuda el aliento de Pepe Ronzal, que no podía,
13     30|       noche.~ ~ Ana esperaba sin aliento, resuelta a acudir, la seña
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License