Cap.

 1      3|     justa y sabrosa venganza los maridos ultrajados, el divino don
 2      5|         qué llamarán talento los maridos!» -pensaba satisfecha de
 3      5| aristócratas interesados no eran maridos posibles. Se acostumbró
 4      8|      creía casi universal en los maridos. Ella sí que era liberal.
 5      8|          ridículas, así como los maridos que seguían conducta análoga.
 6     13|   cómicas o asquerosas de muchos maridos, de muchos amantes, sus
 7     17|         de que había en el mundo maridos, ni días, ni noches, ni
 8     26|  colorada de indignación -. ¡Qué maridos de la isla de San Balandrán! -
 9     28|         ni siquiera en que había maridos y Magistrales en el mundo.
10     29|         mal hablado nombra a los maridos que toleran su deshonra...,
11     30|   entraras en su alcoba como los maridos de teatro... Ana, culpable
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