Cap.

  1      1|       pintura. Era que don Custodio tenía envidia. Si Bismarck fuera
  2      1|         oyes el manteo?~ ~ Bismarck tenía razón; el roce de la tela
  3      1|        expresión oficial. Celedonio tenía doce o trece años y ya sabía
  4      1|        estereotipada en los labios. Tenía razón el delantero. De Pas
  5      1|            En efecto, su tez blanca tenía los reflejos del estuco.
  6      1|           podía saciar esta pasión; tenía que contentarse con subir
  7      1|             lejos de la torre, pues tenía en medio de la plazuela
  8      1|           presente, del poderío que tenía en la mano; devoraba su
  9      1|              Él era el amo del amo. Tenía al Obispo en una garra,
 10      1|    arruinados de la Encimada que él tenía allí a sus pies? ¿Qué habían
 11      1|           llamaba placer material y tenía mucho de pueril, era el
 12      1|              en una casa vieja, que tenía por iglesia un oratorio
 13      1|         distributiva que don Fermín tenía debajo de sus ojos, sin
 14      1|         ninguna influencia, pero la tenía en los menos. Cierto que
 15      1|            a Occidente, allí debajo tenía, como dando guardia de honor
 16      1|             con aquellas agujas que tenía entre la blanda crasitud
 17      1|           Era gruesecillo, adamado, tenía aires de comisionista francés
 18      1|            así, pensó el Magistral. Tenía los ojos cargados de una
 19      1|           como el boj de su huerto. Tenía la boca muy grande, y al
 20      1|         gasa del sombrero porque se tenía por pariente de toda la
 21      1|           pensaba él, crimen en que tenía seguridad de no caer, no
 22      1|             única que positivamente tenía el ilustre autor de Vetusta
 23      1|             La falda del vestido no tenía nada de particular mientras
 24      1|            La falda de raso, que no tenía nada de particular mientras
 25      2|            encogido y despeluznado. Tenía sin duda mucho de pájaro
 26      2|             don Cayetano canónigo y tenía nada menos que la dignidad
 27      2|      provincia. Además de la poesía tenía dos pasiones mundanas: la
 28      2|          eso. Su culto a la dama no tenía que ver nada con las exigencias
 29      2|      entender, y era verdad, que él tenía los verdores en la lengua,
 30      2|           Pero no se marchaba. Algo tenía que decir al Arcipreste.
 31      2|             lasciva sólo por lo que tenía de gracejo. Los demás empezaron
 32      2|     parciales. Por eso le esperaba. Tenía que hacerle ciertas preguntas
 33      2|             más cordial enemigo que tenía el Provisor. Precisamente
 34      2|         nata de la Encimada, porque tenía la manga ancha en ciertas
 35      2|           aprobaba don Custodio; no tenía el beneficiado la pretensión
 36      2|         capillas, en el diecisiete. Tenía cuatro altares en el centro;
 37      2|          sudaban también. El marido tenía en la cabeza una olla de
 38      2|       brotaba fuego. Iba a cuerpo y tenía mucho frío. El viento caliente
 39      3|          pecados de la temporada lo tenía hecho desde la víspera.
 40      3|         esta prueba de cariño. Ella tenía a los pies de la cama la
 41      3|           la mejilla en la sábana y tenía los ojos muy abiertos. La
 42      3|      caricias. Era el caso que ella tenía una mamá que le daba todo
 43      3|            que esta Anita de ahora, tenía una fuerza interior pasmosa
 44      3|         contado además su historia. Tenía papá en Colondres y mamá
 45      3|          quería. Aquella señora aya tenía criados y criadas y un señor
 46      3|        maliciosa».~ ~ Le decían que tenía un papá que la quería mucho
 47      3|      corriendo, cantando, y eso que tenía aún los ojos llenos de llanto,
 48      3|              Y se acordó de las que tenía en la pajarera.~ ~ Y después
 49      3|            Cogió el único libro que tenía sobre la mesa de noche.
 50      3|             tal disposición natural tenía, que llegó a ser poco menos
 51      3|          Aquel mismo don Álvaro que tenía fama de atreverse a todo
 52      4|       ejercicio de aquellos tiempos tenía poco de tranquila. Don Carlos
 53      4|            la de Cervantes, pues no tenía encantos morales, y de los
 54      4|            responsabilidad que ella tenía, con tal de ver comprobados
 55      4|         enigma que tanta influencia tenía en su vida, que a tantas
 56      4|       circunstancias. Don Carlos no tenía más amistad que la de unos
 57      4|            de ellos nunca. Anita no tenía amigas. Además don Carlos
 58      4|           el fondo de su conciencia tenía a la hembra por un ser inferior,
 59      4|           eran ingratos, a los diez tenía las apariencias de los trece,
 60      4|        Ozores, la de carne y hueso, tenía que vivir en una calle estrecha
 61      4|            No importaba, el clérigo tenía razón y eso bastaba; decía
 62      4|         convertirse; como ella, que tenía lleno el corazón de amor
 63      4|              según don Carlos -. Él tenía sus obras porque el estilo
 64      4|            oraciones.~ ~ Don Carlos tenía también el Cantar de los
 65      4|             a la Madre de Dios, que tenía en aquella cima su templo.
 66      4|            cabeza despavorida... no tenía duda, una zarza de la loma
 67      5|           tardaría en cobrarlos; no tenía quien le explicase cómo
 68      5|      absurdo. El doctor dijo que no tenía con quien entenderse; añadió
 69      5|             vivían en Vetusta y que tenía entendido que eran muy buenas
 70      5|             que yo la conservo.~ ~ -Tenía la chiquilla doce o catorce
 71      5|            documentos! Doña Anuncia tenía la boca llena de agua. Buscaba
 72      5|           una amplitud armónica que tenía orgullosa a la nobleza vetustense.
 73      5|             estupidez general; ella tenía razón contra todos, pero
 74      5|             aquellos que su orgullo tenía por majaderos aristocráticos.
 75      5|       distinguido; y no era pesado; tenía cierta dignidad..., era
 76      5|        aunque no mucho, para novio. Tenía entonces la señorita doña
 77      5|              un mar de hielo que la tenía sujeta, inmóvil. Sus tías,
 78      5|           al lado de Quintanar.~ ~ «Tenía ideas puras, nobles, elevadas
 79      5|            la baronesa tronada, que tenía a su marido y a su hijo
 80      5|            de la señorita de Ozores tenía tres cabezas en la pared
 81      5|           de la encerrona, que algo tenía de arresto, doña Anuncia
 82      5|            la clase media. Frígilis tenía lágrimas en los ojos.~ ~ -
 83      5|       varias pulgadas de hombre que tenía al lado, era un delito.
 84      6|           sentarse un caballero que tenía un vicio secreto: escribir
 85      6|     amazacotada de un periódico que tenía fama de hábil y circunspecto.
 86      6|        enfermedades de la patata, y tenía un trabajo sobre el particular
 87      6|             él un objeto de arte no tenía mérito aunque fuese del
 88      6|       hablara. «En fin, en puridad, tenía... -y miraba a los lados
 89      6|            a los lados al decirlo - tenía un precioso manuscrito de
 90      6|            liberal y nada timorato, tenía depositados en la puerta
 91      6| conferencias. El viento que soplaba tenía siempre muy preocupados
 92      6|            miraba con insistencia y tenía el gusto de ser mirado por
 93      6|            grueso y no mal formado; tenía la cabeza pequeña, redonda
 94      6|          Era de buen color moreno y tenía la pierna muy bien formada.
 95      6|      Afortunadamente tengo energía -tenía muy buenos puños - y a testarudo
 96      7|            a quien Joaquinito Orgaz tenía mucho miedo. Tal vez sabía
 97      7|           Aunque era de Vetusta, no tenía el acento del país. Ronzal
 98      7|           El diputado por Pernueces tenía soberana envidia al Presidente
 99      7|    exceptuaba a don Álvaro. Trabuco tenía que confesarse inferior
100      7|            no era Mesía de la casa, tenía allí una exigua minoría,
101      7|            Señora o señorita, ya la tenía Ronzal por muerta de amor
102      7|           millón, de los muchos que tenía, hubiera dado él por una
103      7|         creías tú, que Obdulia sólo tenía citas en las carboneras?
104      7|             diciendo que esta tarde tenía que pasarla en casa de Visitación
105      7|          había apartado a Paco, que tenía instintos de verdadero elegante,
106      7|            de afeminamiento, porque tenía hermosa piel, buena sangre,
107      7|           sin duda, con tales ideas tenía que ser irresistible.~ ~ «
108      7|             para algo. Precisamente tenía entre manos un vastísimo
109      7|         ocultase a sí mismo, no las tenía todas consigo. Por eso le
110      7|          Vegallana, su futuro dueño tenía lágrimas en los ojos. ¡Tanto
111      7|         frío, el dandy desengañado, tenía otro hombre dentro? ¡Quién
112      8|             los dinásticos; pero no tenía afición a la política y
113      8|            adorno que de otra cosa. Tenía siempre un favorito que
114      8|            el secreto.~ ~ Vegallana tenía una gran pasión: la de «
115      8|       temperamento era de liberal». Tenía grandes «amistades personales»
116      8|          popularidad en las aldeas. Tenía todo el orgullo y todas
117      8|             las almas sencillas.~ ~ Tenía otra manía, corolario de
118      8|           El Lábaro.~ ~ La Marquesa tenía a su esposo por un grandísimo
119      8|           completamente malas, pero tenía la virtud de la más amplia
120      8|          gabinete. La gran chimenea tenía lumbre desde octubre hasta
121      8|             cayeran rayos; para eso tenía carruajes. Si no había teatro,
122      8|           sobrina de las muchas que tenía por los pueblos de la provincia.
123      8|         vanidad triunfaba y siempre tenía su sobrina en ferias la
124      8|      acariciadores; en aquella casa tenía el teatro de sus mejores
125      8|            y sólo madera. Vegallana tenía en mucho la severidad de
126      8|            su expresión. El Marqués tenía la vanidad de ser anticuario
127      8|             mismo Marqués. Éste los tenía por auténticos, por coetáneos
128      8|            el horno de la cocina no tenía tanto hueco como el de la
129      8|         cocina de Visita. Y eso que tenía tertulia, y se presentaban
130      8|           merece la pena.~ ~ Visita tenía principio para algunas semanas
131      8|             seguía siendo aturdida, tenía fama de golosa y de gorrona -
132      8|           tocarla la mano cuando no tenía guante, notaba el tacto
133      8|  disimulados de asco. Aseguraba que tenía un pie bonito y una pantorrilla
134      8|     banquete. Por toda la provincia tenía esparcidos sus dominios
135      8|            a la mesa. No era viejo. Tenía cuarenta años muy bien cuidados;
136      8|            la robusta montañesa que tenía a su servicio Visita, ayudaban
137      8|           había sido una criada que tenía su dormitorio en lo que
138      8|    recuerdos.~ ~ Visitación también tenía brasas en las mejillas y
139      8|             solas y alguno de ellos tenía algún cuidado o preocupación,
140      8|           que con Paco. Su política tenía que ser diferente. Al Marquesito
141      8|       Regenta por allí? Poco tiempo tenía la mujer del empleado del
142      8|            de pasar algo amargo que tenía en la garganta, dijo con
143      8|       colorado como una amapola. Ya tenía él en sus ojos, casi siempre
144      8|             Ana se excusó otra vez; tenía que hacer. Saludó con graciosa
145      9|        desconfianza disimulados?~ ~ Tenía la doncella algo más de
146      9|         callada, muy cavilosa; o no tenía nada que tapar, o lo tapaba
147      9|       encantaba a la Regenta. ¿Cómo tenía ella veintisiete años y
148      9|          acordó del Arcipreste, que tenía el don de parecerse a los
149      9|          hablado don Cayetano de si tenía ella este o el otro temperamento?
150      9|        generalizaba en seguida. «No tenía datos, necesitaba conocer
151      9|          dentro del corazón! Así él tenía aquella sonrisa eterna,
152      9|           tierra como una garra. Lo tenía a un palmo de su vestido.
153      9|          suponiendo que el futraque tenía carpanta, o sea, hambre.
154      9|            reserva.~ ~ Sólo ella no tenía amor; ella y los niños pobres
155      9|             se refería. Era una que tenía muchas murallas de colores
156      9|           decir que se creía. Él no tenía fe alguna, «ni bendita la
157     10|             escrúpulos necios? ¿Qué tenía que echarse en cara? ¿En
158     10|  presuntuosa. ¿Era esto pecar? Nada tenía ella que ver con don Álvaro.
159     10|           era una desterrada que no tenía patria adonde volver, ni
160     10|            Se acordó del inglés que tenía un carmen junto a la Alhambra,
161     10|          cielo, a la luz grande que tenía enfrente, sin saber lo que
162     10|        También ella era bien necia. Tenía miedo de estos enternecimientos
163     10|             aquella estancia que no tenía un pie cuadrado libre de
164     10|           ruina de objetos que ella tenía que considerar como vasos
165     10|       admirar la noche serena? ¿Qué tenía que ver toda aquella poesía
166     10|           intratable; un hombre que tenía la manía de la aclimatación,
167     10|            motivo racional de queja tenía ella? Ninguno. ¡Oh!, no
168     10|            ella se moría de hastío. Tenía veintisiete años, la juventud
169     10|       desear sus caricias, y además tenía miedo a los sentidos excitados
170     10|        irremediable que ni siquiera tenía el atractivo de los dolores
171     10|        merced de impulsos de que no tenía conciencia.~ ~ Casi tocando
172     10|           pero, ¿si estuviese?» ¿No tenía él la vida llena de felices
173     10|             sí mismo. ¡Cuántos años tenía que remontar en la historia
174     10|           lo que nunca había hecho! Tenía miedo... ¡la primera vez!~ ~
175     10|           el único valor grande que tenía; y ya a diez pasos de la
176     10|            no era supersticiosa.~ ~ Tenía miedo; veía su virtud y
177     10|             la larga. «¿Qué diablos tenía su mujer?»~ ~ -Pero, hija, ¿
178     11|       soplarse los dedos. Meditaba. Tenía los pies envueltos en un
179     11|           todo lo que se murmuraba. Tenía varios espías, verdaderos
180     11|         hijos e hijas de confesión. Tenía habilidad singular para
181     11|        había perdido al juego, o si tenía las manos sucias o si maltrataba
182     11|            el secreto, el único que tenía el cabo de aquella madeja
183     11|          manos.~ ~ «Ignoraba lo que tenía, pero no podía escribir. ¿
184     11|     lumbrera? ¿No se dijo que en mí tenía firme columna el templo
185     11|          que era un señor cura. ¿La tenía? ¿Había prometido decirla?
186     11|             que se los recordasen. ¡Tenía tantas cosas en la cabeza!
187     11|            sobre la cama. Sonreía y tenía un poco de color rosa en
188     11|           piadosa y novelesca? ¿Qué tenía él que ver con un monje
189     11|           mozo fuerte y velludo que tenía enfrente, en el espejo,
190     11|       parecía más ancha de hombros; tenía la figura cortada a hachazos,
191     11|              la madre del Provisor. Tenía sesenta años, que parecían
192     11|            las puntas de acero, que tenía en las pupilas, erizadas
193     11|           época de la Brigadiera no tenía él experiencia, le halagaba
194     11|           Ni el mismo don Fermín le tenía por enemigo, por más que
195     11|            Vetusta. Pero doña Paula tenía superior instinto; veía
196     11|         arrogante, hombre de mundo; tenía el prestigio del amor, contaba
197     11|       siempre un amo y cuando no lo tenía se quejaba de la falta de
198     11|          era su ambición, ella, que tenía el alma grande, de fijo
199     11|           en él segunda naturaleza. Tenía el don de estar hablando
200     12|             mayor contribuyente que tenía en la provincia la soberanía
201     12|     progresistas, en religión se le tenía por volteriano, o lo que
202     12|             frase sacramental; pero tenía otras muchas. Así se había
203     12|      amabilidad falsa.~ ~ De Pas le tenía a él por un grandísimo majadero,
204     12|          cómo estaba su hija; él no tenía valor para ir en persona.
205     12|         mayor de aquellas dos niñas tenía un pretendiente. El Magistral
206     12|            lágrima de las pocas que tenía rodó por el rostro de la
207     12|            hijas. Pero el Magistral tenía otros proyectos.~ ~ -¿Un
208     12|           casa, donde su imperio no tenía límites, volvió a prometer
209     12|             el bueno de Camoirán no tenía voluntad.~ ~ Era cierto
210     12|       púlpito y el confesonario.~ ~ Tenía cincuenta años, la cabeza
211     12|              filial y fraternal.~ ~ Tenía escritos cinco libros, que
212     12|            una gloria.~ ~ El Obispo tenía sus motivos para exigir
213     12|           un oidor que el sermón no tenía miga. El oidor había corrido
214     12|             otro caballo de batalla tenía el Arcediano: el paganismo,
215     12|            verdad era que De Pas no tenía en su imaginación la fuerza
216     12|            la vida de Jesús, que ya tenía miedo de tales imágenes;
217     12|    quebraderos de cabeza. «Bastante tenía él en qué pensar». Era un
218     12|             las puntas de acero que tenía en los ojos, y la voz se
219     12|           púlpito. ¡Era tan soso! Y tenía la manga muy estrecha y
220     12|            criadas y beatas pobres, tenía poca gracia. Y el Obispo
221     12|     despreciaba a la del Banco y la tenía por una grandísima cualquier
222     12|       mirando a los escarabajos que tenía enfrente.~ ~ Eran un clérigo
223     12|           que Contracayes (el cura) tenía la debilidad de convertir
224     12|            tiznado, y no lo estaba; tenía tanto de carbonero como
225     12|            mobiliario indecoroso, y tenía un olor de sacristía mezclado
226     12|           tanto hablar allá dentro, tenía la boca seca y amarga y
227     12|             annatas, reservas! ¿Qué tenía que ver el mundo, el ancho,
228     12|        escudo, que el señor Páez no tenía, un gran semicírculo de
229     12|       Colonia; algunos millones más tenía don Frutos, pero al Vespucio
230     12|            hacía visitas en coche y tenía lacayos de librea con galones
231     12|             pardos y orgullosos; no tenía madre y hacía la vida de
232     12|      temibles para la carne. De Pas tenía un proyecto: casar a Olvido
233     13|         gobernadora), y el Gobierno tenía que decidir entre desairar
234     13|               decía el Marqués, que tenía todos sus hijos ilegítimos
235     13|            vio el cielo abierto; ya tenía pretexto para volver a ser
236     13|            Vivero, donde el Marqués tenía un palacio rodeado de grandes
237     13|            Álvaro tampoco para ella tenía secretos.~ ~ -¿Pero, y Ana? ¿
238     13|       íntima y duradera. Don Álvaro tenía para Quintanar el raro mérito
239     13|            que aquel corazoncito no tenía puerta. Ella no había encontrado
240     13|            alto que Ana; don Álvaro tenía que inclinarse para que
241     13|         Edelmira río la gracia, que tenía para ella novedad. Pasaron
242     13|        hombre de carne y hueso, que tenía en la voz un calor suave
243     13|           marido, y que este hombre tenía acaso guardada cerca de
244     13|           con el claro concepto que tenía de la clase de amistad que
245     13|            conversar, don Fermín no tenía inconveniente en mirar a
246     13|     queridas y los temía. Cuando él tenía mucha influencia sobre una
247     13|          eran ingénitos. El Marqués tenía el arte de saber darse tono
248     13|            El comedor era cuadrado, tenía vistas a la huerta y al
249     13|           los Vegallana. Don Víctor tenía a su izquierda a don Robustiano
250     13|           tortuga. El Marqués ya no tenía las sardinas en el cuerpo.~ ~
251     13|            usted a Ripamilán, ni le tenía por calavera; pero así se
252     13|           morena como mulata la que tenía nombre de flor, servían
253     13|             su prima nueva, pero la tenía encantada con sus bromas
254     13|           melancólico Bermúdez, que tenía el vino triste, mientras
255     13|          argumentos. Ripamilán, que tenía los ojillos como dos abalorios,
256     13|        menos que el Metropolitano». Tenía razón el Arcipreste; doña
257     13|               El don Fermín, que ya tenía las mejillas algo encendidas
258     13|             erizando las puntas que tenía en las pupilas entre tanta
259     13|             poco menos alto, que no tenía bigote (que siempre parecía
260     13|            debajo de una sotana. Se tenía que confesar la Regenta,
261     13|          decía Obdulia, que en esto tenía razón. Y sobre todo, aquellos
262     13|          suya en las lides de amor. Tenía bastante carne, pero blanda.
263     13|           La gratitud de Obdulia no tenía límites, pero el Magistral
264     13|         alma; fortaleza en que ella tenía, indudablemente, una defensa
265     13|             en el Espolón, donde él tenía que buscar a cierta persona. (
266     13|          agradable conversación que tenía por objeto despellejar a
267     13|         Bien sabía él la fuerza que tenía que emplear para resistir
268     14|             de piedra también; y no tenía el Espolón más adorno, ni
269     14|     revueltos, en un recinto que no tenía un tiro de piedra de largo,
270     14|     aquellos señores asegurando que tenía que hacer en Palacio.~ ~
271     14|      aquello que a él le pasaba? No tenía nombre. Amor no era; el
272     14|             remordía la conciencia. Tenía la convicción de que aquello
273     14|          una cuerda... El Magistral tenía aquel pozo, que no había
274     14|          mozo del pueblo. ¿Y él qué tenía que ver con todo aquello? ¡
275     14|       apariencias. ¿Para qué? Él no tenía nada que tapar en aquel
276     14|           pensó después; ahora sólo tenía esta idea: «¿Habrán pasado
277     14|            cuando estaba delicado y tenía aquellas tristezas y aquellos
278     14|           en el abismo de lo alto. «Tenía razón Pitágoras; parecía
279     15|            quién era, segura de que tenía que ser él. Ni una palabra
280     15|            y vinagre. Su servilleta tenía servilletero; la de su madre
281     15|             Paula no se enternecía, tenía esa ventaja. Llamaba mojigangas
282     15|        reclamar daños y perjuicios, tenía derecho a exigir que Fermo
283     15|             rubia como una mazorca; tenía los ojos casi blancos de
284     15|         hizo mujer antes de tiempo; tenía una seriedad prematura,
285     15|          muchos años de esclavitud. Tenía fama de santo; era un joven
286     15|        símbolo de despedida, porque tenía allí muchos baúles cargados
287     15|          señor de horca y cuchillo; tenía su honor en las manos; podía
288     15|         mozo de nuestro ejército, y tenía músculos de oso. Había nacido
289     15|           perder por embargo cuanto tenía. Llevaba aquellos papeles
290     15|           las minas; pero su oficio tenía los peligros del domador
291     15|             el párroco de la Virgen tenía la imprudencia de alabar
292     15|            famoso ya por su piedad, tenía influencia. Cuando a Fortunato
293     15|         necesario aceptar». «-Acaso tenía razón». Camoirán aceptó
294     15|              también el amor que él tenía a su madre era cosa tierna,
295     15|            con su madre querida, no tenía hogar, hogar suyo, y eso
296     15|            haber ido a presidio; le tenía agarrado, como ella decía,
297     15|          negros en las procesiones. Tenía que parecer un señor para
298     15|           barbas de puercoespín que tenía debajo del mentón afeitado.~ ~
299     15|             no la había reconocido. Tenía facha de sabandija de sacristía...
300     16|            tristeza ambiente que no tenía grandeza, que no se refería
301     16|            con un secreto dolor que tenía en el fondo una voluptuosidad
302     16|           le daba a entender que le tenía por inofensivo.~ ~ Las excursiones
303     16|             a ser tarde; la Regenta tenía la cabeza a pájaros, y no
304     16|           todo ello la volvía loca, tenía miedo no sabía a qué, y
305     16|            la vanidad satisfecha no tenía que ver con su propósito
306     16|        tocarás!» Ya pensaba que las tenía dentro del cerebro; que
307     16|          decía debía de ser, porque tenía mucho talento y muchas cosas
308     16|   experiencia que aquella fortaleza tenía muchos órdenes de murallas,
309     16|            ojos de aquel hombre que tenía allí debajo; le parecía
310     16|             y sentimientos que ella tenía aprisionados como peligrosos
311     16|        noche de verano, la fantasía tenía que suplir en el teatro
312     16|              en suma, de aquello no tenía que darle cuenta. «Amaré,
313     16|              Foja, Páez (que además tenía palco para su hija), Bedoya,
314     16|          notó que por aquella noche tenía un poderoso rival: el drama.
315     16|           mozo, sobre ser correcto, tenía una expresión espiritual
316     16|           ni menos; y eso que ya no tenía allí caballo que lo estorbase. «¡
317     16|            de no haber desmejorado, tenía los ojos rodeados de un
318     16|     ocurrencias del Marquesito, que tenía unas cosas...~ ~ Para Ana
319     16|     impresión de la primera, que la tenía encantada, y salió con la
320     16|           deprisa, cogió papel, que tenía el mismo olor que el del
321     16|             excusar el verle... ¡Le tenía miedo...!, y hasta el estilo
322     17|            de esbirro a doña Paula, tenía el vicio de ir al teatro
323     17|              que no iba nunca, pero tenía abonadas a cuatro sobrinas,
324     17|            el ridículo. La culpa la tenía él, que tardaba demasiado
325     17|           la autora de todo aquello tenía la crueldad de negarse a
326     17|        sonriente.~ ~ «¿Qué derechos tenía él sobre aquella mujer?
327     17|               era su máxima, que no tenía nada que ver con la promesa
328     17|             al alma a la Regenta. «¡Tenía enemigos!», pensó, y le
329     17|         hombre hermoso, fuerte; que tenía fama entre ciertas gentes
330     17|         audacia. Aquel plan, que no tenía preparado, que era sólo
331     17|             ocultó sino lo que ella tenía por causa puramente ocasional;
332     17|           para no hacer ruido; pero tenía miedo de ser vista y retrocedía
333     17|        olvidarla, sobre todo cuando tenía algo entre manos. Pidió
334     17|           pupitre un envoltorio que tenía debajo del brazo. Era una
335     17|        quería agradar a toda costa. Tenía sus planes la rubia lúbrica.~ ~
336     17|          atrás, con la llave que él tenía para su uso particular.
337     18|            aburría y se constipaba. Tenía horror a las corrientes
338     18|            tiene puertas.~ ~ Crespo tenía bien definida y arraigada
339     18|          humanidad era mala pero no tenía la culpa ella. El oidium
340     18|       cerdos la suya; el vetustense tenía la envidia, su oidium, la
341     18|   ignorancia, su pintón, ¿qué culpa tenía él?» Frígilis disculpaba
342     18|         gabinete de doña Rufina, ni tenía con el marqués de Corujedo
343     18|              por no perder terreno, tenía que dejarla abandonarse
344     18|             accesos tantas noticias tenía ya el confesor diligente.~ ~
345     18|          humedad le daba horror, la tenía encogida, envuelta en un
346     18|          todas las matemáticas, que tenía aplazado por culpa de la
347     18|           No quería confesar que se tenía por derrotado: creía firmemente
348     18|    Fortunato estaba en un apuro, no tenía dinero para pagar una cuenta
349     18|        letras gordas, que el Obispo tenía entre los dedos. El alfayate
350     18|           bolsillo? Si sabía que no tenía un cuarto, porque toda la
351     19|      Primavera médica, de la que no tenía muy claro concepto; pero
352     19|           de larvas, comprendió que tenía fiebre.~ ~ Quintanar estaba
353     19|           dijo que no era nada, que tenía razón Somoza, la primavera
354     19|            y la frescura del campo. Tenía algo de la fiera que cae
355     19|        martirio.~ ~ La debilidad la tenía, aún más que rendida, exaltada
356     19|        podría resistir...»~ ~ Ya no tenía compasión de la enferma;
357     19|             en su cerebro; ahora no tenía la cándida fe de entonces. «
358     19|        Casino se sentaba a su lado, tenía la paciencia de verle jugar
359     19|        aburrirle, tardes enteras le tenía amarrado a su brazo, dando
360     19|            de su marido, y el galán tenía que contentarse con el bock
361     19|            que ella sentía, también tenía que confesárselo, era el
362     19|            somnolencia moral que la tenía bajo los efectos del opio.
363     19|           Este nuevo sentido de que tenía conciencia Ana en estas
364     19|             brisa; picaba un poco y tenía sus peligros, pero halagaba
365     19|            le recordaba visitas que tenía que pagar y a que ella la
366     19|            noche, y con delicia que tenía mucho de voluptuosidad se
367     20|           que no; cierto era que él tenía un poco de panza, no mucho,
368     20|             lo que no le importaba. Tenía algunas haciendas, pocas,
369     20|           salvadora, que por tal la tenía. Todos le llamaban el Ateo,
370     20|       entonces el mismo don Pompeyo tenía que ponerse de parte de
371     20|         medio a medio, pero digno. ¿Tenía un ideal? pues don Pompeyo
372     20|              y en verdad, él no los tenía tampoco. Pero meditaba.~ ~
373     20|          corazón.~ ~ Guimarán juró -tenía que parar en ello -, juró
374     20|            con ningún cristiano.~ ~ Tenía el estilo sembrado de frases
375     20|        compró en la feria. Guimarán tenía la impiedad fría del filósofo,
376     20|            un triunfo; la cabeza se tenía mal sobre los hombros...
377     20|           ama de llaves del Obispo, tenía orden de no dejar a ninguna
378     20|          escena.~ ~ Pero doña Paula tenía además que seguir los pasos
379     20|     trabajadores carlistas dudaban; tenía entre ellos amigos el Magistral,
380     20|       Revolución, se había dicho si tenía o no tenía don Fermín aventuras
381     20|           había dicho si tenía o no tenía don Fermín aventuras en
382     20|           transfusión...!, ¡claro! -Tenía cierto miedo a los conocimientos
383     20|         leía libros, ya se sabe, no tenía tiempo.~ ~ Pero la Regenta
384     20|                 En suma, don Álvaro tenía celos, envidia y rabia.
385     20|            argumento de Foja.~ ~ No tenía qué contestar.~ ~ Al cabo
386     20|          vulgares, su embriaguez no tenía dignidad, ni gracia la libertad
387     20|             como un Argos. Angelina tenía padre, madre, abuela, hermanos;
388     20|     presencia; era dulce, cariñoso, tenía blanduras de padrazo; cuidaba
389     20|            era más poderoso, porque tenía un incentivo más picante
390     20|            Además, él, sintiéndolo, tenía que privarse en adelante
391     20|             un ejemplar nuevo, pero tenía manoseadas las cien primeras
392     21|          vivía ahora de una pasión; tenía un ídolo y era feliz entre
393     21|        mareaba; no veía las letras, tenía que cerrar los ojos, inclinar
394     21|                  Sí, bien encendido tenía el suyo Ana; no más, no
395     21|       Abecedario,el Magistral no lo tenía tampoco. Pero mejor era
396     21|           supiera Quintanar, que le tenía prohibidos toda clase de
397     21|            hasta bromas alegres que tenía, con purísima intención,
398     21|             dice: aquel confesor le tenía gran afición, pero estaba
399     21|          afición que su confesor le tenía, logró que él le entregase
400     21|             a su buen padre, que ya tenía mucha...~ ~ Estos últimos
401     21|       adentro. Aunque algunos celos tenía de Santa Teresa, de la que
402     21|           estaba seguro de que nada tenía que ver lo que él sentía
403     21|          que apuntaba hacia arriba; tenía el torso de mujer y debajo
404     21|   armoniosas, de seducción extraña. Tenía los ojos azules claros;
405     21|        historia de los Macabeos que tenía a su cargo. Se le puso un
406     21|            de Santa María la Blanca tenía la boca hecha agua engomada.
407     21|        sordidez, escándalo...! ¿Qué tenía él que ver con todo aquello? ¿
408     21|       poético... Afortunadamente él tenía arte para todo: sabría ser
409     21|        abriendo aquella ventana que tenía vistas al cielo, ya no había
410     21|          ahora en Anita. Don Fermín tenía celos de la Santa de Ávila.~ ~
411     21|           cayera en el éxtasis, que tenía siempre complicaciones nerviosas,
412     21|         vivía la pura contemplación tenía que dejar mucho espacio
413     21|        recordaba a cada momento que tenía: '...Una luz de parecerle
414     21|             o en su tocador, que ya tenía algo de oratorio, sin necesidad
415     21|          cuanto podía aquel estado; tenía horror al movimiento, a
416     21|          supersticioso. A dos cosas tenía horror: al magnetismo y
417     21|     máquinas y colecciones; a veces tenía que clavar, serrar o cepillar. ¿
418     21|       cabecera de su cama de madera tenía una cartera de viaje, sucia
419     21|          salud volvía a borbotones. Tenía sueños castos, tales se
420     21|        fuese! No, y lo que es razón tenía, es claro; el mundo, bien
421     21|          muerte..., la muerte... él tenía así... una vaga y disparatada
422     21|            en una enfermedad que no tenía, le había costado gran trabajo
423     21|             pecadillo considerable: tenía sus dudas respecto de la
424     21|          Santa Teresa. Si para ella tenía tan grave peligro, ¡qué
425     21|             lo de Álvaro?~ ~ Visita tenía cogida por las muñecas a
426     21|            verás cómo. Ya sabes que tenía relaciones con la señora
427     21|            a Visita por un niño que tenía enfermo.~ ~ Pero Visita
428     21|           ceniza universal.~ ~ «Ana tenía celos; luego tenía amor;
429     21|              Ana tenía celos; luego tenía amor; no hay humo sin fuego».~ ~
430     21|               Con un entusiasmo que tenía sus remolinos que atraían
431     21|           acompañaban, el Magistral tenía para rumiar ocho días de
432     21|      perseguía, se le calumniaba... tenía enemigos... y él sin decir
433     21|                Y le calumniaban! ¡Y tenía enemigos! ¡Y había habido
434     21|           pasión que él sentía nada tenía que ver con la lascivia
435     21|           era amor a lo profano, ni tenía nombre ni le hacía falta,
436     21|             de otras más graves, no tenía derecho a censurar».~ ~
437     21|        faltaba nada. El señorito lo tenía todo a su tiempo y en su
438     21|          paz. Sobre todo ahora, que tenía más que hacer, algo mejor
439     22|             ánimo del señor Obispo, tenía sojuzgada a la diócesis».
440     22|          culpa de aquella muerte la tenía don Fermín, fuese lo que
441     22|       Fortunato, el Obispo, a quien tenía De Pas en un puño, se atrevía
442     22|     santurrona en pecado mortal, le tenía ciego, loco; ¡sabía Dios
443     22|           que había creído, «no, no tenía fuerza para oponerse al
444     22|         fuego por los ojos, «que no tenía nada, que era aprensión,
445     22|     refinada pasión que según él no tenía nombre, luchaba con tentaciones
446     22|            victoria.~ ~ Ana también tenía su secreto. Su piedad era
447     22|           en sus Provinciales; ella tenía aquel libro, lo leyó...
448     22|          Nada. Nada por ahora. Pero tenía esperanza; tal vez se presentaría
449     22|            de modo que el Magistral tenía que emplear esfuerzos de
450     22|    enfermedad del pobre anciano, ya tenía bastante; salía corriendo
451     22|         propia familia tan numerosa tenía apenas lo necesario; pero
452     22|           el amo de casa; Celestina tenía que tolerarlo porque su
453     22|             voz pausada, débil, que tenía una majestad especial, compuesta
454     22|            uso de la poca razón que tenía muy a menudo; se necesitaba
455     22|         dinero prestado don Santos, tenía alguna autoridad sobre el
456     22|            energía.~ ~ «Era verdad, tenía a S. I. en un puño». Después
457     22|             espalda, a veinte pasos tenía la tapia fúnebre. Allí detrás
458     22|            era de cal y canto y que tenía una brecha en el vientre
459     23|        dándole una intención que no tenía. Agradábale a Glocester
460     23|      gustaba su corazón, o algo que tenía un poco más abajo, más hacia
461     23|   importantes de que ella, Obdulia, tenía muy confusa idea. Visitación
462     23|             la iglesia, porque allí tenía un cachet. Y para la viuda
463     23|          alguno de aquellos señores tenía la bondad de acompañarle, ¡
464     23|            no sabía por qué pero le tenía enfadado: ¿qué había hecho
465     23|        algunos segundos.~ ~ A veces tenía miedo de volverse loca.
466     23|           persona de este mundo que tenía derecho a las caricias de
467     23|               no sabía qué... a que tenía derecho... y encontraba
468     23|          fondo oscuro de alcoba que tenía enfrente, en el cristal
469     23|            atento! Una hora después tenía que subir al púlpito, en
470     23|          Sin que lo viese ella, que tenía escondida la cabeza entre
471     23|            que ahora estaba rojo, y tenía los pómulos como brasas,
472     23|       tranquilo... casi todo lo que tenía que decir... está dicho...~ ~ -¡
473     24|          casa de doña Petronila, ya tenía dado su consentimiento.
474     24|        Trifón se proponía emplear). Tenía a su lado Trabuco, como
475     24|          los vestidos. A su derecha tenía Trabuco a Joaquín Orgaz,
476     24|           podía sentarse, porque no tenía dónde, pensaba que aquello
477     24|             Saturnino Bermúdez, que tenía frac, y clac y todo lo necesario,
478     24|       agradece.~ ~ Ana al principio tenía sueño. Eran las doce. No
479     24|            que estaba sola.~ ~ Paco tenía otra vez en Vetusta a su
480     24|           la jamona.~ ~ La Marquesa tenía sueño, pero así y todo le
481     24|       volvió en sí, la de Vegallana tenía los ojos cerrados y sólo
482     24|          señoril, y ella era la que tenía allí que luchar contra la
483     24|             de belleza material que tenía en los brazos, pensaba: «¡
484     24|           vio que estaba desmayada. Tenía dos lágrimas en las mejillas
485     25|          soledad le horrorizaba..., tenía miedo del aire libre, quería
486     25|           le asustaba la actividad, tenía miedo de cualquier resolución;
487     25|              Y pasó al oratorio que tenía cerca de su alcoba.~ ~ De
488     25|          sola...~ ~ «Era verdad, no tenía madre como él, estaba más
489     25|             ella se había figurado. Tenía celos, moría de celos...
490     25|             Petronila era la que no tenía perdón. Oh, si alguna vez
491     25|           cuestas.~ ~ «Pero la casa tenía también su poesía». Ana
492     25|      pinchaban el alma. ¡Y ahora no tenía al Magistral para ayudarla!~ ~
493     25|            qué se desmoronaba? ¿Qué tenía que ver la Iglesia con el
494     25|           que el órgano dijo lo que tenía que decir, los fieles cantaron
495     25|    espiritual querido? ¿Qué pruebas tenía ella? ¿No podía ser aprensión
496     26|           de justicia, que adoraba, tenía sus eclipses y el espectáculo
497     26|            basílica?»~ ~ «¡Bastante tenía él sobre su alma con el
498     26|            estaba despierto, aunque tenía los ojos cerrados.~ ~ -¡
499     26|         señora; es un pobre diablo. Tenía que acabar así. Pero yo
500     26|            a buscar a la infame que tenía la culpa de aquello y degollarla,
501     26|          por primera vez vio lo que tenía delante: un rostro pálido,
502     26|             sería él bobo, su madre tenía razón, había que sacar provecho...
503     26|             hombre de ciencia, como tenía dicho, podía admitir y admitía,
504     26|           desde el Domingo de Ramos tenía a punto de terminar una
505     26|          sobre otros: igual defecto tenía en los dedos de los pies.~ ~
506     26|       volvió a santiguarse. Obdulia tenía la boca seca y los ojos
507     26|           ridículo aquel marido que tenía que ver a su esposa descalza,
508     26|        devoto que en todo el año no tenía ocasión de lucirse; había
509     26|             rato el puro habano que tenía en la boca, sonreía a veces
510     27|        carta a que contestaba y que tenía delante de los ojos.~ ~ «...
511     27|         todas suertes, Ana ya no le tenía lástima; le veía triunfante
512     27|             admiró. «¡Sólo el genio tenía aquellas revelaciones!»~ ~
513     27|        había abierto. Quintanar los tenía en los cajones más altos
514     27|        forma de alas de murciélago. Tenía algo su traje del que luce
515     27|            en su coche. La culpa la tenía él, que había aceptado el
516     27|            usted cien veces; lo que tenía se curaba sin más que cambiar
517     27|        nubes y ya se sentía mal. No tenía bastante confianza para
518     27|         conducta del Magistral.~ ~ -Tenía razón don Víctor -advirtió
519     28|         mujer.~ ~ También Quintanar tenía, además de vergüenza, celos.~ ~
520     28|       sotana parece un charco...~ ~ Tenía razón Pepe. De Pas y don
521     28|           de compadecerse; merecido tenía todo aquello; el mundo era
522     28|            Y... la culpa de todo la tenía la odiosa, la repugnante
523     28|          era lo que él, don Álvaro, tenía dicho? Que no había que
524     28|       alborotado; Obdulia decía que tenía un clavo en la sien: había
525     28|       frisar con los treinta.~ ~ No tenía valor, ni aun deseo, de
526     28|          vulgo, de los vetustenses. Tenía la Regenta este defecto,
527     28|         pequeñez de ánimo... Pero, ¿tenía él derecho para que Ana
528     28|             de lágrimas.~ ~ También tenía las mejillas húmedas...
529     28|     vencieron. A don Álvaro, que no tenía con quién luchar, se le
530     28|            De Pas... «Pero ahora le tenía debajo de los pies».~ ~ «
531     28|            dormían Ana y don Víctor tenía una ventana a la galería
532     28|             volvieron.~ ~ Quintanar tenía los ojos inflamados y las
533     28|          que contestó a don Fermín. Tenía éste pésima idea de los
534     28|            así el verano siempre le tenía un poco lánguido y desmadejado.
535     28|            tan dada a cavilaciones, tenía poco tiempo para ellas.
536     28|       humilde polka de Salacia, que tenía de bueno lo que tenía de
537     28|           que tenía de bueno lo que tenía de copia, la Regenta dejaba
538     29|       siempre fue buena, pero antes tenía sus caprichos, ya recuerda
539     29|             son malos, y Benítez me tenía dicho que la verdadera curación
540     29|   repugnantes del viejo». Pero como tenía empeño en limpiar de toda
541     29|            tiro. Ana, la pobre Ana, tenía derecho a una juventud eterna
542     29|            vencer a la Regenta. ¡La tenía ahora tan vencida!~ ~ Mejor
543     29|          pudiera encontrar, al cabo tenía que parecerle repugnante
544     29|           la liga y otras de que él tenía noticia ¿no probaban que
545     29|             podía descubrirlo todo. Tenía entre sus uñas a la señora ¿
546     29|            pendiente de un hilo que tenía ella, Petra, en la mano,
547     29|        complicadas de que ella sola tenía el cabo. Por ahora a quien
548     29|            como un loco furioso que tenía además el tormento de disimular
549     29|          Por la puerta. ¿Pero quién tenía la llave de la puerta? Una,
550     29|        pared. Justamente don Álvaro tenía las piernas muy largas.
551     29|        sospechar tan fácilmente que tenía cómplices dentro de casa.
552     29|            seguridad que don Álvaro tenía dentro de casa, nada o poco
553     29|          romper aquel hilo que ella tenía en la mano y del que estaban
554     29|          como pocas». Don Víctor le tenía miedo, doña Ana también,
555     29|            casa; una proporción que tenía, y que no podía decir todavía
556     29|              la necesitaba, allí la tenía, porque la ley era ley;
557     29|           lo de la economía, que le tenía maniático.~ ~ Don Víctor
558     29|            que no vio Petra, porque tenía los ojos humillados. Había
559     29|      Parecía mirar a la calle. Pero tenía los ojos cerrados.~ ~ Oía
560     29|         mujer cualquiera; y él, que tenía sed de sangre, ansias de
561     29|        disfrazado de anafrodita, él tenía que callar, morderse la
562     29|        escupía en la cara porque él tenía las manos atadas... ¿Quién
563     29|           manos atadas... ¿Quién le tenía sujeto? El mundo entero...
564     29|           condenarse... su madre no tenía llanto, abrazos, desesperación,
565     29|          aquella risa profunda, que tenía raíces en el vientre, en
566     29|              Aquél era el único que tenía».~ ~ Petra callaba inmóvil,
567     29|        ociosas plumas.~ ~ Cuando ya tenía las ideas más despejadas,
568     29|       angustia extraña, «también él tenía nervios, por lo visto».
569     29|            otra vez don Víctor, que tenía la cabeza de su amigo al
570     29|            en casa, en el lecho; la tenía en sus manos, podía matarla,
571     29|            y de las circunstancias. Tenía mucho frío y mucho sueño;
572     29|         sintió al comprender que no tenía valor para matar a nadie,
573     29|         matarla. Al otro sí; Álvaro tenía que morir; pero frente a
574     29|           más digno de él. Frígilis tenía que encargarse de todo.
575     29|             desesperado. Veleidades tenía de llamar a Frígilis, decírselo
576     29|            soñador, llegado el caso tenía mejor sentido que él; sabría
577     29|           cuerpo el capotón espeso, tenía que hacer esfuerzos para
578     29|             Y, ¡zas!, el nombre que tenía aquello, según Quintanar,
579     29|            le silbaba a él; y él no tenía el valor de arrojarse a
580     29|        contempló el monte Areo, que tenía enfrente; el río ondulante,
581     29|           que el cartucho mortífero tenía carga de perdigón; suponíalo
582     29|           pesar de la desgracia que tenía encima, el cazador sintió
583     29|           comían, pero Frígilis les tenía declarada la guerra porque
584     29|             a quien había olvidado, tenía razón; donde quiera estaba
585     30|          del techo.~ ~ Quintanar no tenía valor para subir a su casa.
586     30|            vas a hacer.~ ~ Frígilis tenía prisa, quería dejar a don
587     30|             acudir a la cita, si la tenía, como era de suponer. Pensaba
588     30|          tragedia. Además, Frígilis tenía la convicción de que don
589     30|             decir? Terrible trance; tenía que decir algo y ni una
590     30|               qué farsa! Don Víctor tenía el derecho de vengarse y
591     30|            derecho de vengarse y no tenía el deseo; él tenía el deseo,
592     30|             y no tenía el deseo; él tenía el deseo, la necesidad de
593     30|             y comer lo muerto, y no tenía el derecho... Era un clérigo,
594     30|        aquellos momentos don Fermín tenía en la cabeza toda una mitología
595     30|       cloaca de las inmundicias que tenía el Magistral en el alma:
596     30|         quedó solo, se movía mucho: tenía fiebre. Se le ocurrían proyectos
597     30|        religión de paz y de perdón, tenía que aconsejar y procurar,
598     30|       después, cuando recordaba que tenía que defender el partido
599     30|           había podido sospechar... Tenía la conciencia tranquila,
600     30|           le había dicho era que él tenía mucho miedo; que así como
601     30|            en la cruz. Quintanar no tenía miedo, pero desfallecía
602     30|          dos médicos; Frígilis, que tenía lágrimas heladas en los
603     30|             se exaltaba; y Frígilis tenía que callar.~ ~ Ocho días
604     30|        Aquel tiro de Mesía, del que tenía la culpa la Regenta, rompía
605     30|             pero él, merecido se lo tenía.~ ~ -Merecidísimo.~ ~ -Miren
606     30|           Marqués de Vegallana, que tenía en la aldea todos sus hijos
607     30|       soledad. Confesó que de noche tenía a veces miedo. Y poniéndose
608     30|             aquellos escrúpulos que tenía la tertulia de los Vegallana
609     30|                 Ana cedió porque no tenía ya energía para contrariar
610     30|        siempre triste y pálido, que tenía concentrada la vida de estatua
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