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Cap.
1 1| mucho la propiedad de una casa, por miserable que fuera, 2 1| sepultadas en las cloacas, en una casa vieja, que tenía por iglesia 3 1| apretando el paso volvía a su casa ebrio de idealismo, mojando 4 1| luna.~ ~ Encerrado en su casa, en su despacho, después 5 1| obsequio de venir a esta su casa a las tres de la tarde? 6 1| ratos de ocio, se fue a casa de doña Obdulia.~ ~ Tal 7 2| cada canónigo se iba a su casa. No se crea por esto que 8 2| ya debía de estar en su casa el temerario, alguno de 9 2| que éramos contertulios en casa del Marqués de Vegallana. 10 2| allí llegaba antes a su casa: pero esta vez quiso salir 11 2| fuera porque estaban en la casa de Dios!... Estaba escandalizada, 12 3| Doña Ana volvió pronto a su casa. Se recogió temprano aquella 13 3| pero el pícaro la llevaba a casa del aya y la volvían al 14 3| noche, aunque los riñeran en casa, pasar de orilla a orilla 15 3| lo de prender fuego a la casa y vengar secretamente el 16 3| calentarse al calor de su casa incendiada; pero en todo 17 3| esposo la engaña y sale de casa dos horas antes de lo que 18 4| limítrofe de Vetusta, una casa de campo en un pueblecillo 19 4| renta, las solteronas. La casa de campo y los predios que 20 4| Camila y antiguo dueño de la casa de campo.~ ~ El aya había 21 4| que podía se escapaba de casa; corría sola por los prados, 22 4| dogmas parecidos.~ ~ Ana en casa de su padre disponía de 23 4| Don Carlos no estaba en casa. Ana salió con el libro 24 5| fuese extraviado, era una casa de aldea muy pintada, pero 25 5| según el médico de la casa, que era comedido y no llamaba 26 5| estaba al otro extremo de la casa.~ ~ Además, las ilustres 27 5| veces por semana fuera de casa. Lo más del tiempo lo empleaban 28 5| recurría al Europeo. En su casa había muy poco dinero y 29 5| desvivo por la niña. En casa no entendemos la caridad 30 5| la caballeriza y hasta la casa de un potentado.~ ~ Las 31 5| dejes antes de entrar en casa de la marquesa ese aire 32 5| la reclamaba en aquella casa desde muy temprano, procuraba 33 5| agradarla.~ ~ -¿Y quién se casa con una literata? -decía 34 5| sobrina también llevó a casa la imagen de don Álvaro 35 5| paisano mío. Vuélvete a casa, que allá iré yo y te hablaré 36 5| Crespo, el íntimo de la casa, y un caballero que se la 37 5| habían visto aún en ninguna casa de las suyas».~ ~ -Es un 38 5| Doña Anuncia ofreció la casa a don Víctor. Éste pensaba 39 5| más. Se hizo presentar en casa de las Ozores y pidió a 40 6| Los dependientes de la casa vestían un uniforme parecido 41 6| Él va a su negocio: una casa de tres pisos que está construyendo 42 7| sombra; no era Mesía de la casa, tenía allí una exigua minoría, 43 7| de don Fermín; que no se casa ni se casará porque él quiere 44 7| diccionario que tengo en casa pone avena con h.~ ~ Don 45 7| estaba seguro de que en su casa no había diccionario. Pero 46 7| a don Saturno juntos, en casa, a ver qué cara ponían, 47 7| tarde tenía que pasarla en casa de Visitación para hacer 48 7| circunstancias. Yo la he visto en casa de éste, con su gran mandil 49 7| Saturnino? Pues tampoco fue a casa. Contestó muy fino en una 50 7| ser que esté ella en mi casa.~ ~ -¿Quién?~ ~ -Anita. ¡ 51 7| mejor que con otros; en la casa del Marqués, además, se 52 7| solas, ¿dónde podía ser? ¿En casa del Regente? Imposible, 53 7| lo menos al principio. La casa de Paco era un terreno neutral; 54 7| por larga experiencia. En casa de Vegallana había ganado 55 7| esperaba Visita a Obdulia en su casa para hacer empanadas y no 56 7| que había en medio de la casa. Debajo del gorro blanco 57 8| la americana. Llegaba a casa y descargaba sobre una mesa 58 8| medido.~ ~ No había una casa más alta que otra.~ ~ Protestaban 59 8| servidumbre femenina en la propia casa; pero no podía dominarse. 60 8| escandalosa. Se respetaba la casa del Marqués, pero se despellejaba 61 8| escogido para sus... cuales una casa tan respetable, tan digna». 62 8| calientes, sostenían que la casa era lo peor.~ ~ Sin embargo, 63 8| ser presentados en aquella casa donde había tantas aventuras.~ ~ 64 8| asunto. Como el ama de la casa autorizaba sobradamente 65 8| Marquesa sabía que en su casa se enamoraban los jóvenes 66 8| saben lo que se debe a mi casa, y en cuestión de peccata 67 8| a lo que se debe a esta casa...»~ ~ Uno de los que más 68 8| planchadora o doncella de la casa.~ ~ Su Paco era torpe, no 69 8| aventuras... no deben tenerse en casa..., pregunta a Mesía». Era 70 8| corría otra vez por toda la casa; no había rincones seguros 71 8| acariciadores; en aquella casa tenía el teatro de sus mejores 72 8| decía, la parte seria de la casa». En el despacho todo era 73 8| aducía este argumento en casa de Vegallana, le llamaba 74 8| momento, encontrar en su casa a Obdulia aquella tarde. 75 8| No estaban ustedes en casa de Visita preparando la 76 8| Joaquinito Orgaz, que había ido a casa de Obdulia...~ ~ Obdulia 77 8| Obdulia lo explicó todo. En casa de Visita faltaban los moldes 78 8| trasladado su campamento a casa de Vegallana.~ ~ La idea 79 8| semejantes irrupciones en casa de cualquier amiga. Ella 80 8| son capaces de quemar la casa...~ ~ -Tiene razón Visita, 81 8| trato sencillísimo era en casa de los demás. Allí hacía 82 8| comestibles.~ ~ Llegaba a casa de una vecina riendo a carcajadas.~ ~ -¿ 83 8| la semana se jugaba en su casa a la lotería o a la aduana. 84 8| Vegallana, u otra de buena casa, las más veces a aquélla. 85 8| pasar a la cocina de su casa, al oler lo que guisaban 86 8| consentir que las criadas de la casa intervinieran en los asuntos 87 8| vez un rincón de aquella casa libre de semejantes recuerdos 88 9| para todo, y se aburría en casa de Quintanar, donde no había 89 9| es tarde. Entraremos en casa cuando ya estén encendidos 90 9| seguras de cenar al volver a casa, insultaban al transeúnte 91 9| qué. Quiso llegar pronto a casa. Aquel enternecerse por 92 9| es comprar algo. ¡En una casa hacen falta tantas cosas! 93 10| vivir, que venía a rondar su casa como un enamorado de veinte 94 10| las piedras; en aquella casa todo se iba llenando de 95 10| miedo; veía su virtud y su casa bloqueadas, y acababa de 96 10| descansaban todos en la casa, menos Petra, que en medio 97 10| servidumbre... En aquella casa iba a pasar algo. ¿Qué habría 98 11| podían jactarse de conocer la casa del Provisor de arriba abajo; 99 11| muy barato. Pues ¿y la casa? La casa, todos ustedes 100 11| barato. Pues ¿y la casa? La casa, todos ustedes lo saben, 101 11| una cabaña limpia, es la casa de un verdadero sacerdote 102 11| Roja ocupa los bajos de la casa contigua a la del Provisor; 103 11| comunicación por los sótanos, entre casa y casa...~ ~ -Hombre, no 104 11| los sótanos, entre casa y casa...~ ~ -Hombre, no sea usted 105 11| bajaba inmediatamente.~ ~ En casa el Magistral era el señorito. 106 11| era un dogma en aquella casa. Doña Paula exigía que se 107 11| Sus olvidos eran dentro de casa, porque fuera se jactaba 108 11| Magistral y dijo:~ ~ -En mi casa no se extravían las cartas. 109 11| estatura, los ojos y la casa del Magistral. Teresina 110 11| soltarlo en la alberca de casa; si el Obispo es un maniquí 111 11| Magistral se vio fuera de su casa, con el placer de un estudiante 112 12| el que ha traído a esta casa tanta desgracia?~ ~ -No, 113 12| ése, ni que haya en esta casa tanta desgracia como usted 114 12| la desgracia de aquella casa.~ ~ -¡Cuatro hijas y dos 115 12| los quince años vuelven a casa; no traen voluntad; esta 116 12| con nadie; y en seguida a casa. Después viene la gran prueba: 117 12| desconocida, despearse y a casa. Las niñas vuelven a su 118 12| con cajas destempladas. En casa se rezan todas las horas 119 12| usted negar que en esta casa el trato es jovial, franco; 120 12| jefe espiritual de aquella casa? Si lo sabía, ¿cómo le hablaba 121 12| rostro de la señora de la casa. Más estético y más simétrico 122 12| al alma a los amos de la casa.~ ~ Ronzal fue desahuciado.~ ~ 123 12| que iban a comprar una casa; limosna para la Santa Obra 124 12| antes de salir de aquella casa, donde su imperio no tenía 125 12| días, al salir de aquella casa, había gozado el placer 126 12| país natal, sin moverse de casa, podían ganar fácilmente 127 12| que estaba allí como en su casa; hablaba con el lenguaje 128 12| sentía bastante envidiada, a casa, sin dignarse jamás pasar 129 12| Estoy convidado en casa de otro Francisco hace tres 130 12| que le iban a convidar en casa de Vegallana, última visita 131 13| canónigos más, el capellán de la casa, don Aniceto, tres damas 132 13| era de los íntimos de la casa, de los que se quedaban 133 13| pequeño, paniaguado de la casa.~ ~ Ripamilán estrechó la 134 13| venían.~ ~ «¿Comería en casa de la Marquesa, Anita? Entonces 135 13| ya no quedaban en la casa más que los convidados... 136 13| Edelmira se cuenta como de la casa, pues en ella era huésped.~ ~ 137 13| los celebraba él fuera de casa. Pero esta vez se había 138 13| tarde, en los coches de la casa, la quinta del Vivero, donde 139 13| basta que esté en mi casa para que yo la respete...~ ~ -¡ 140 13| ajenas, y comer fuera de casa. Allá quedaba el modesto 141 13| ella todo. ¿Quién guiaba la casa? ¿Quién la salvaba en los 142 13| divertirse, salir; no parar en casa en todo el día. Además, 143 13| dispuesto para todo el día, la casa limpia, la comida preparada 144 13| Por la mañana había ido a casa de Quintanar, quien se paseaba 145 13| de la Libre Hermandad. En casa de Vegallana se volverían 146 13| ello, después de comer en casa del Marqués; y pronto, para 147 13| una y cuarto estaban en casa del Marqués.~ ~ Lo primero 148 13| por la huerta, por toda la casa.~ ~ No había visto al Provisor 149 13| que eran excusadas en casa de doña Rufina, pasaron 150 13| suertes él no pecaba en casa, ni siquiera dentro del 151 13| respectivas de los amos de la casa. A la derecha de doña Rufina 152 13| sopa. Cuando el amo de la casa volvió a su asiento, estaba 153 13| que ayudaban al ama de la casa. Ripamilán, mientras discutía 154 13| allá dentro; en toda la casa no había en aquel momento 155 13| mayores maravillas de la casa de los tíos.~ ~ Obdulia, 156 13| hablaba de un asunto serio: la casa de las Hermanitas de los 157 13| allí todos íntimos de la casa menos él; ya había aceptado 158 13| partes, y la Regenta comía en casa del Marqués muy a menudo. 159 14| mundanal; ellos seguían en su casa, en sus dominios, haciendo 160 14| encontró a la puerta de su casa. Dio media vuelta y, seguro 161 14| Había comido fuera de casa sin avisar! Doña Paula consideraba 162 14| qué no se había quedado en casa? Bastante tiempo había pasado 163 14| comido... con la Regenta, en casa del Marqués, ¡bueno iba 164 14| diócesis! ¡Oh, sí! Volvería a casa, se impondría a su madre, 165 14| apurasen; que habrías comido en casa de Carraspique, o en casa 166 14| casa de Carraspique, o en casa de Páez; como los dos están 167 14| que aún no has vuelto a casa?~ ~ El Magistral no contestó; 168 14| pero al llegar cerca de su casa se detuvo. No sabía qué 169 14| No los habrán dejado en casa? ¿Están juntos todavía?» 170 14| mediodía. Los balcones de casa del Marqués estaban también 171 14| madre!» En la pared de la casa de enfrente la luz que salía 172 15| veces a Palacio, una vez a casa del Arcipreste, otra a casa 173 15| casa del Arcipreste, otra a casa de Carraspique, otra a casa 174 15| casa de Carraspique, otra a casa de Páez, otra a casa del 175 15| otra a casa de Páez, otra a casa del Chato, dos a la Catedral, 176 15| para que se me busque de casa en casa. ¿Qué diría Carraspique, 177 15| se me busque de casa en casa. ¿Qué diría Carraspique, 178 15| compromete, compromete la casa..., la fortuna, la honra..., 179 15| diez de la noche? Rondar la casa de esa gigantona..., de 180 15| de allí. Paula veía en su casa la miseria todos los días; 181 15| Despreciaba la pobreza de su casa y vivía con la idea constante 182 15| señora Rita salía de la casa del cura enseñando los puños 183 15| como parte integrante de la casa Rectoral. Paula era entonces 184 15| cura, yo me voy a dormir a casa de mi padre!~ ~ La transacción 185 15| artillería que entraba mucho en casa del cura, de quien era algo 186 15| corredor de la panera, una casa de tablas sostenida por 187 15| falsas, pero él se fue a su casa al alba persuadido de que 188 15| porvenir fuera de aquella santa casa. No le quería jesuita. Le 189 15| sin ella hubiera tirado la casa por la ventana: todo hubiera 190 15| siguió ejerciendo desde su casa sus funciones de suprema 191 15| era indudable».~ ~ De una casa de la misma calle, por un 192 15| y por miedo. En aquella casa el recuento de la moneda 193 15| que no se pasaba desde la casa del Magistral por sótanos, 194 15| silencio profundo de toda la casa. El violín volvió a rasgar 195 15| Barinaga, que volvía a su casa -tres puertas más arriba 196 15| antes, al pasar junto a la casa donde sonaba el violín, 197 15| Qué puerta?~ ~ -La de su casa...~ ~ -Yo no tengo ya casa..., 198 15| casa...~ ~ -Yo no tengo ya casa..., yo soy un pordiosero... ¿ 199 15| Vamos, don Santos, vamos a casa...~ ~ -Te digo que no tengo 200 15| Te digo que no tengo casa... déjame... hoy tengo que 201 15| oscuro y silencioso de la casa, escuchó también con atención 202 15| era también entrada de la casa. El Magistral oyó retumbar 203 15| entregar la llave al amo de la casa. Cerró de un golpe y se 204 15| la barandilla, hacia la casa de Barinaga, pretendiendo 205 16| de poco resultado, o en casa de Vegallana y en las excursiones 206 16| buscar pretexto para subir a casa de la Regenta en aquel momento.~ ~ 207 16| a don Luis y meterse en casa de su novia en calidad de 208 16| esposa, como había hecho en casa de Carraspique. Algunos 209 16| se lo presentaron; y a su casa le hubiera hecho ir si su 210 16| y usted déjeme a ésa en casa, señora Marquesa -dijo Quintanar.~ ~ 211 16| muy poco enérgico en su casa en efecto, alborotaba mucho 212 16| horrores.~ ~ Iba camino de la casa del Magistral con la misiva 213 17| Magistral había salido de su casa disgustado. «A él no le 214 17| estaba con jaqueca!». En casa de Páez también le hablaron 215 17| El Magistral salió de casa de Páez bufando; la sonrisa 216 17| Bah! En San Vicente, en casa de doña Petronila (que ha 217 17| monja... o a la monja en casa del libertino y en sus brazos, 218 17| marido con la inquisición en casa, y con el huir los paseos, 219 17| propósito para... verse... es en casa de doña Petronila. Ya hablaremos.~ ~ - 220 17| Cuando sintió ruido en la casa, llamó a gritos.~ ~ -¡Anselmo, 221 18| porque a veces usaba en casa un lenguaje imperativo, 222 18| contraria. Él sostenía que en su casa no se hacía más que lo que 223 18| ella prefería quedar en casa, volver a sus ensueños, 224 18| hombre enérgico y amo de su casa, permitiéndose la audacia 225 18| Visitación iba y venía de casa en casa, alegre como siempre, 226 18| Visitación iba y venía de casa en casa, alegre como siempre, risueña, 227 18| el agua la encerraba en casa, ni la entumecía: también 228 18| entraban en el portal de la casa de Visita «los que la favorecían 229 18| se había decidido a ir a casa de doña Petronila, ni el 230 18| repugnancia cuando pensaba en ir a casa de doña Petronila; le parecía 231 18| Don Víctor no paraba en casa. Si no estaba de caza, entraba 232 18| también le alejaba de su casa. Iba al Casino a disputar 233 18| de no aburrirse metido en casa. «Mejor», pensaba Ana sin 234 18| tiempo faltaba Quintanar de casa que Frígilis de la huerta. 235 18| quieres venir conmigo a su casa..., y eso que don Víctor 236 18| generalizada en Vetusta.~ ~ -En su casa no se puede adelantar nada. 237 18| no estaba don Víctor en casa. Quintanar, en cambio, le 238 18| de mal humor. Venía de casa de Vegallana, donde había 239 18| amante. De todos modos, en casa de Visita faltaba la limpieza 240 18| Iba de tarde en tarde a casa de Vegallana, a pesar de 241 18| costumbres, saliendo de casa a menudo, pisando lodo, 242 18| vez, había entrado en la casa, olvidando a Santa Juana 243 18| del oscurecer, llegaron a casa de doña Petronila.~ ~ Estaba 244 18| doña Petronila. En toda la casa reinaba el silencio de una 245 18| me guíe... Vendré a esta casa, imitaré a estas señoras, 246 18| recuerdo haber oído en mi casa, cuando vivía mi padre. 247 19| indiferencia; era nueva en la casa y venía del monte. Mucho 248 19| debía volver más temprano a casa...~ ~ -Oh, sí, de eso esté 249 19| entiendes?, te personas en casa de don Tomás, y le pides 250 19| La idea de no salir de casa en muchos días, le aterraba... 251 19| de la vida monótona de casa, con los grandes intereses 252 19| preocupaban al amo de la casa era el de la pluralidad 253 19| campana de un reloj de la casa. Era la hora de una medicina. 254 19| abril de Vetusta; en la casa creían postrada o dormida 255 19| de cerveza alemana en su casa.~ ~ La frase era:~ ~ -¿Vamos 256 19| atención llevándoselo a casa. ¿Por qué don Álvaro había 257 19| le gustaba entrar en la casa de la Rinconada.~ ~ Solía 258 19| Lope.~ ~ Pero ya estaba en casa. Poco a poco fue atreviéndose 259 19| su bajeza y arrojarle de casa».~ ~ Pasaron días y Ana 260 19| por qué no dejarle venir a casa, contemplarla, mostrar los 261 19| Además, quien mandaba en casa era su marido, no era ella. ¿ 262 19| También volvió a frecuentar la casa de Vegallana. Fue muy bien 263 19| modas, le mandaba patrones a casa, y le recordaba visitas 264 19| hoy mismo le acompañe a casa de doña Petronila?» «Sí, 265 19| la Marquesa. Se la vio en casa de Vegallana y en las Paulinas, 266 20| amenazaba su hogar tranquilo. La casa de don Pompeyo se convirtió 267 20| veces al día entraba en casa del Provisor a dar parte 268 20| entrar juntos al anochecer en casa de doña Petronila. Y ya 269 20| Usaba don Pompeyo en casa bata de cuadros azules y 270 20| Creía Joaquín que en casa de un ateo de profesión, 271 20| velaba por el honor de su casa como un Argos. Angelina 272 20| a los parientes. En cada casa entraba según lo exigía 273 20| el mejor ornamento de la casa; la llenaba con su hermosa 274 20| la deshonra entraba en la casa, y el amigo íntimo, el favorito 275 20| representaba una panera, casa de madera sostenida por 276 20| acompañaron a don Pompeyo a su casa. Era una mañana de junio 277 20| taciturno. Abrió la puerta de su casa con su llavín; entró sin 278 20| hombros, se levantó y salió de casa.~ ~ -Este chico anda tonto..., 279 20| despacho. Estaba el amo de la casa en mangas de camisa, como 280 20| que le oyesen en toda la casa.~ ~ Don Víctor lamentó aquella 281 21| fuera toda la tarde. La casa se le caía encima. «Empezaba 282 21| pliegos, la llevó Petra a casa del Provisor; la recibió 283 21| temprano, el Magistral salió de casa, fue al Paseo Grande, buscó 284 21| la pereza a detenerme en casa olvidada de mi salvación; 285 21| clérigos están como en su casa. Los pocos fieles esparcidos 286 21| pudo el Magistral escapó de casa, prometiendo ir a sondear 287 21| estorbaba allí el amo de la casa, pero nada más.~ ~ Ana, 288 21| el martillo atronaba la casa. Quintanar lo forró con 289 21| hizo Anita para salir de casa tuvo por objeto llevar a 290 21| billar con un mozo de la casa. En el gabinete de lectura, 291 21| suspiraba y se volvía a casa.~ ~ «-No estaba la señora».~ ~ 292 21| Paúl, y más a menudo en casa de doña Petronila. El obispo-madre 293 21| Teresina era el ama de casa. Alegre todo el día, activa, 294 21| Santos Barinaga no salía de casa, estaba enfermo. Sólo Foja, 295 22| valentías insolentes.~ ~ Y en casa, doña Paula ceñuda, silenciosa, 296 22| Don Álvaro no iba a casa de los Ozores sino muy de 297 22| apenas parecía por aquella casa. Visitación también iba 298 22| fanatismo se enseñorease de su casa». Los consejos que para 299 22| en el Paraguay. «Sí, mi casa es otro Paraguay». Y cada 300 22| mala cara y parar poco en casa.~ ~ Con esto sólo consiguió 301 22| Mejor era hablarse en casa de doña Petronila. ¿Para 302 22| idealismo más poético».~ ~ En casa de doña Petronila, en el 303 22| Custodio.~ ~ -Sí; no sale de casa estos días; mi padre me 304 22| autoridad alguna en esta casa; esta señorita es hija de 305 22| Rayos y truenos, fuera de mi casa! ¿No tiene usted una escoba, 306 22| balda a palos? Fuera de mi casa... La justicia..., ¿ya no 307 22| madrugaba para correr a casa de Barinaga; estaba allí 308 22| aguardiente, y el amo de la casa desaparecía.~ ~ Foja, los 309 22| como si él fuera el amo de casa; Celestina tenía que tolerarlo 310 22| Santos, casi enfrente de la casa del Magistral. Era la calle 311 22| multiplicaba, entraba y salía en casa de don Santos, bajaba con 312 22| viejo sin salir jamás de casa. Abrió Guimarán el balcón 313 22| sacó a Celestina de la «casa mortuoria» y el cuerpo, 314 22| salía por última vez de su casa. Parecía dudar entre desafiar 315 23| aire y gritaba:~ ~ ~ ~La casa del señor cura~ ~ ~ ~nunca 316 23| preparaba a volverse a su casa, si alguno de aquellos señores 317 23| atrevía a buscar solo su casa; y en la calle hacía frío».~ ~ - 318 23| paso largo el camino de su casa.~ ~ Ana sintió deseos de 319 23| encontró en el portal de su casa pensando en el Niño Jesús, 320 23| pasaba por delante de la casa del Magistral. ¿A qué había 321 23| se quería saber, pero en casa del Gran Constantino nadie 322 23| otros pasaron delante de mi casa... a las tres de la madrugada... 323 23| había entrado el ama de la casa.~ ~ Miró el Gran Constantino 324 24| dice que él no es amo de su casa, que se la gobiernan desde 325 24| siempre?~ ~ -Ya se sabe que a casa no le lleva...~ ~ -¿Y es 326 24| señor que vendrá...! En mi casa, señor Foja, una ligera 327 24| Y don Víctor se fue a casa maldiciendo de la hora en 328 24| levantarse, al salir de casa, al dormir, etc., etc. Había 329 24| tuviéramos un pararrayos en casa. Ea, pues, me atrevo, se 330 24| marido «que no quería que su casa fuese un nuevo Paraguay» ( 331 24| consultó con el Magistral en casa de doña Petronila, ya tenía 332 24| fingirse enferma para volver a casa. Pero aquella idea pasó. 333 24| cualquiera.~ ~ -¿Por qué no se casa usted? -preguntó doña Rufina 334 24| lleven a aquella señora a su casa, bien tapada, en la berlina 335 24| Veremos.~ ~ Llegó a su casa, la fonda; llamó al sereno, 336 25| meditando lo que haría. ¿Ir a casa de la Regenta? Absurdo. 337 25| templo, corrió, entró en su casa. Doña Paula barría el comedor; 338 25| despacho también. Salió de casa. Llegó a la de doña Petronila 339 25| cocina, al otro extremo de la casa. «Si llaman, que no estoy», 340 25| desmayé... y me llevaron a casa.~ ~ -¿El desmayo fue... 341 25| Querían corromperla! Aquella casa..., aquel silencio..., aquella 342 25| sin despedirse. Llegó a su casa. Don Víctor atronaba el 343 25| edificaba. ¡Aquélla era su casa, allí era ella la reina, 344 25| no sería ciertamente en casa de aquella vieja. ¿Qué se 345 25| español a cuestas.~ ~ «Pero la casa tenía también su poesía». 346 25| Ana comenzó a trabajar en casa con afán..., a cuidar a 347 25| todas. Las labores de su casa estaban hechas en poco tiempo. ¿ 348 25| Más sabe el loco en su casa...»~ ~ Don Álvaro no se 349 25| tuvieron que quedarse en casa.~ ~ Como era de esperar, 350 26| oscurecer, y volvía pronto a casa.~ ~ Una noche le llamó la 351 26| los de abajo. Entró en su casa... Pidió tila, se acostó... 352 26| cuantas mantas había en casa, el ateo empedernido sintió 353 26| siguiente despertó a toda la casa a campanillazos. «Se sentía 354 26| énfasis al cochero:~ ~ -A casa de don Pompeyo Guimarán..., 355 26| Pensé en ir yo misma a su casa. Pero temo que sea indiscreción. 356 26| No estaba don Víctor en casa.~ ~ El Magistral estuvo 357 26| sueño. Don Fermín entró en casa de don Pompeyo a las nueve 358 26| se había mandado aviso a casa del Magistral para que viniera 359 26| que había ido derecho a casa de Guimarán. Pero como no 360 26| que había acudido a la casa y a las puertas de la casa 361 26| casa y a las puertas de la casa del converso, se esparció 362 26| poeta iba y venía de la casa mortuoria, como él la llamaba 363 26| redacción, de la redacción a la casa mortuoria.~ ~ -¿Cómo está? - 364 26| a presentarse Trifón en casa del moribundo; con voz meliflua 365 26| la jota aragonesa.~ ~ En casa de Vegallana la tal noticia 366 26| más calmado, se volvió a casa, y entre tener otra explicación 367 26| escándalo era; la mujer de su casa, la esposa honesta, protestaba 368 26| desfachatez; la paz de su casa, el recato del hogar, lo 369 26| ya no había honor en su casa. Allí iba la tonta, la literata, 370 26| la pierna quebrada y en casa».~ ~ -Sin contar -añadía 371 27| dorado de la puerta de la casa, a su querida esposa que 372 27| aprobaba con la cabeza.~ ~ -La casa es alegre hasta de noche - 373 27| estoy resuelta a no volver a casa de esa señora. Y... nada 374 27| tiene algo de serrallo o de casa de vecindad, según se mire. 375 27| día se hablaba de esto en casa de Vegallana. Estaban presentes 376 27| quedado a vivir en aquella casa inmensa, con dos torres 377 27| de verdura exótica.~ ~ La casa nueva nos sonríe enfrente 378 27| estamos solos. Examino toda la casa. En el piso bajo, salón, 379 27| cestas iban a Vetusta, a casa del Marqués y a veces a 380 27| parroquia y pensaba echar la casa por la ventana, «para no 381 27| u otro coche de la misma casa, por lo menos, pocas semanas 382 27| había ningún convidado en la casa, ni los Marqueses, ni los 383 27| una cabaña que se llama la casa del leñador; es muy fresca 384 27| Petra, al llegar a la casa del leñador, se dejó caer 385 27| como pudo y volvió a la casa nueva, donde la algazara 386 27| Bermúdez salieron de la casa y entraron en el bosque. « 387 27| acostumbraba hacer en su casa.~ ~ Todos los convidados, 388 27| relámpago, estalló sobre la casa y puso pálidos a los más 389 27| usted. A techo... en la casa del leñador que usted no 390 27| metido cien rayos en la casa.~ ~ El miedo ya era general.~ ~ - 391 28| tienen pies para volverse a casa? ¿No saben el camino? Dirá 392 28| la otra: ¡estarán en la casa del leñador! No creía el 393 28| pocas horas antes de la casa del leñador. Se perdía, 394 28| explicaciones... Al fin es de mi casa, está a mi servicio y me 395 28| señoritas ya estaban en casa muy tranquilos cuando ustedes 396 28| el camino más corto y la casa de Chinto está allí, a los 397 28| a los cuatro pasos... En casa de Chinto estaban todas 398 28| modo que todos están en casa muertos de risa, menos la 399 28| una carrera estoy en mi casa...~ ~ Y dejó el Vivero, 400 28| quiero llegar pronto a mi casa.~ ~ El cochero, ante la 401 28| fin Teresina... era de su casa, pero Petra era de la otra, 402 28| que estaría pasando en la casa..., entre aquellos borrachos 403 28| y se apeaba frente a su casa -. ¡Esto sólo se arregla 404 28| rayos!~ ~ Y entró en su casa después de pagar al cochero.~ ~ 405 28| campo la santina, en la casa nueva todas las damas y 406 28| al escondite por toda la casa. Ya se sabía que al Vivero 407 28| que daba vuelta a toda la casa. La mayor parte de los convidados 408 28| un coche y volvían a la casa, prefiriendo «dormir en 409 28| divertirse al estilo de la casa de sus tíos, estaba como 410 28| todo era silencio en la casa, todos dormían, y sólo en 411 28| y la mesa redonda, y la casa de baños, y los paseos por 412 28| teatros, paseos. Entre la casa de los Marqueses y la de 413 28| la galería que rodeaba la casa, por la huerta, por la orilla 414 28| del municipio nuevo a la casa del Marqués. Al abrirse 415 29| los postres, el amo de la casa se quedó pensativo. Seguía 416 29| de santa, ni me llena la casa de sotanas... en fin, es 417 29| Comprometer la paz de esta casa; temo que quiere dominarnos 418 29| que echar a Petra de esta casa.~ ~ Don Víctor saltó en 419 29| Petra marcha de esta casa. Adiós espías.~ ~ -¡Petra!, ¿ 420 29| Casi siempre se veían en casa de Vegallana; allí eran 421 29| algún tiempo doncellas en su casa. Teresina, a quien esperaba 422 29| Petra comprendía que la casa del Magistral era el camino 423 29| canónigo. Ella entraría en casa de don Fermín el día que 424 29| tenía cómplices dentro de casa. Después llegar bajo el 425 29| don Álvaro tenía dentro de casa, nada o poco se podía oponer 426 29| del café, Petra salió de casa y se dirigió a la del Magistral.~ ~ 427 29| Teresina iba a salir de casa de un día a otro. Petra 428 29| en aquella canonjía, en casa del Magistral. Para esto 429 29| porque en saliendo de aquella casa ya no podía ser espía, ni 430 29| servía, podía echarla de casa por inútil. Había que hacerlo 431 29| consentía en salir de la casa.~ ~ «Ya ves, hija, tú has 432 29| ya no te necesito en esta casa, porque yo entro y salgo 433 29| ya sin guías... y allá en casa... en la fonda puedes sernos 434 29| de que debo irme de esta casa.~ ~ -No, hija, lo que es, 435 29| a la fonda, sino a otra casa; una proporción que tenía, 436 29| Petra -, ésta me quiere en casa; segura es mi suerte».~ ~ -¿ 437 29| mover, ni un pie fuera de casa... Dentro de un rato sí, ¡ 438 29| Yo...?, dejar aquella casa, señor... «¿No quiere ser 439 29| me busque». Dejar aquella casa -repitió -, ¿qué he de hacer? 440 29| pero puedo salir de aquella casa.~ ~ -¿Y a ti... no te importa 441 29| calle...~ ~ -Vendrás a esta casa, Petra -dijo la voz de caverna, 442 29| Cuando Petra salió de casa del Magistral, éste sintió 443 29| contestar si ya no está en casa... la pícara costumbre, 444 29| entra la desgracia por una casa...~ ~ Don Víctor volvió 445 29| turbar el silencio de la casa. «Pero a los criados ya 446 29| vez; iba en dirección a la casa, que se veía entre las ramas 447 29| cerraban un balcón de su casa y que un hombre que parecía 448 29| Aquélla estaba allí, en casa, en el lecho; la tenía en 449 29| aquel tordo orgullo de la casa... Después midió el paso 450 30| tenía valor para subir a su casa. No quería llamar. «Iban 451 30| sube, alborota, quema la casa... O no hagas tanto, que 452 30| camino de la estación a casa y parte dentro del portal, 453 30| retumbar el patio cuando la casa era honrada y el jefe de 454 30| atrás, vio que entraba en su casa un fantasma negro, largo; 455 30| y se volvió el amo de la casa al decir esto.~ ~ -Bien, 456 30| Había entrado en aquella casa porque no había podido menos: 457 30| que don Álvaro estaba en casa, en la cama. Sí, como temía, 458 30| portero.~ ~ Y volvió a su casa.~ ~ Se encerró en el despacho. 459 30| frío.~ ~ Salió otra vez de casa; paseó por los soportales 460 30| Plaza Nueva, enfrente de la casa de los Ozores.~ ~ «¿Qué 461 30| llamaba a él en aquella casa donde en otro tiempo tanto 462 30| No, no debo entrar en esa casa; me perdería, los perdería 463 30| insinuante.~ ~ «Podía salir de casa, ya era de noche, noche 464 30| hora del tren. Voy a su casa...»~ ~ Y salió.~ ~ «Si mi 465 30| el hacer yo pocas a esta casa hace algún tiempo; todo 466 30| venir a estas horas a mi casa...?~ ~ -Don Víctor, confiéseme 467 30| correr en seguida a su casa y obligarle a batirse a 468 30| qué había dejado aquella casa? Por tal y por cual». Trabuco, 469 30| El Gobernador decía en su casa que no se le hablase de 470 30| y de su amante, salió de casa don Víctor por la puerta 471 30| después los médicos, en la casa nueva del Vivero, adonde 472 30| hubiera podido salir de su casa, no hubiera respetado aquel 473 30| pobre amiga en su misma casa.~ ~ «¡Si él pudiera hacer 474 30| metido a vivir de pupilo en casa de la Regenta, en el caserón 475 30| ella no debía vivir en esa casa.~ ~ -De modo que no se sabe 476 30| de eso. De mantener en su casa a Frígilis, que pagará bien.~ ~ - 477 30| quisiera salir de esta casa... Esta casa... en rigor... 478 30| salir de esta casa... Esta casa... en rigor... no es mía... 479 30| había prometido no salir de casa, y la casa empezaba a parecerle 480 30| prometido no salir de casa, y la casa empezaba a parecerle una 481 30| promesa de no salir jamás de casa.~ ~ Llegó octubre, y una