Cap.

1      6|         no tanta como decían los mozos. Aquella leña suscitaba
2     12|         del ministro, tan buenos mozos, tan relucientes, tan lechuguinos
3     19| Anochecía, seguía lloviendo, los mozos de servicio encendían dos
4     20|        daba gritos, mientras los mozos colgaban los tapices de
5     20|    estaba desierto el salón; los mozos, de chaqueta negra y mandil
6     20|         Espolón los tres mejores mozos del Cabildo: el chantre,
7     20|      dedicaban a los tres buenos mozos del Cabildo, a las tres
8     30|        en sesión permanente. Los mozos encendieron el gas y continuó
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