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Alfabética [« »] holgazanería 1 holgazanes 1 holocausto 3 hombre 317 hombreándose 1 hombres 62 hombro 25 | Frecuencia [« »] 321 algo 321 otra 318 mismo 317 hombre 313 tan 313 vida 310 dios | Clarín (Leopoldo Alas) La Regenta Concordancias hombre |
Cap.
1 1| delegación de Celedonio, hombre de iglesia, acólito en funciones 2 1| parecía cosa del teatro... hombre... ¡si sabré yo!~ ~ Se acaloró 3 1| y esto era verdad - el hombre más fino y cortés de España. 4 1| Bermúdez quería pasar por el hombre más espiritual de Vetusta, 5 1| costaba, porque nunca se vio hombre más aturdido que él en cuanto 6 1| estilo), a los títulos de hombre de mundo que él reclamaba. ¡ 7 1| poco a don Saturno en otro hombre; y entonces era el imaginar 8 1| sus ensueños, en cuanto hombre de mundo. Solía volver a 9 1| misa sin falta, a buscar el hombre nuevo que pide el Evangelio. 10 1| Evangelio. Poco a poco el hombre nuevo venía; y por vanidad 11 1| fervorosa contrición del pobre hombre. ¡Y que le dijeran a don 12 2| postura que parecía Mourelo un hombre en perpetuo acecho, adelantándose 13 2| según él, era el único hombre superior de la catedral. 14 2| literato, un orador, un hombre de gobierno, y lo que valía 15 2| todo, en su concepto, un hombre de mundo. Cuando se le hablaba 16 3| mujer como el estilo es el hombre. Dime cómo duermes y te 17 3| aya, de los criados y del hombre, lloraba de rabia. Había 18 3| Loreto un hijo de aquel hombre; pero en el camino los halló 19 3| enferma del susto, en cama. El hombre que besaba al aya cogió 20 3| barquero de Trébol. Según aquel hombre, los niños se habían concertado 21 3| Doña Camila culpaba al hombre que le daba besos de las 22 3| Anita no entendía y el hombre, el señor del aya, reía 23 3| carcajadas.~ ~ Desde aquel día el hombre la miraba con llamaradas 24 3| calle la miraban como el hombre que besaba a doña Camila; 25 3| el cuadro disolvente, el hombre de la bata escocesa y el 26 4| filosóficos; y de resultas era un hombre que ya no creía sino lo 27 4| criados y tras ellos el hombre, como llamó siempre la niña 28 4| por compromiso, que era un hombre que se casaba con la servidumbre. 29 4| a babor, a estribor! ¡Hombre al agua!... ¡un tiburón!~ ~ 30 4| amante de doña Camila -, el hombre nace naturalmente malo, 31 4| para su edad... -decía el hombre de doña Camila, que saboreaba 32 4| impostura, a no ser el aya, su hombre, que seguía esperando, y 33 4| querido papá que era un hombre de talento, capaz de inventar 34 4| diría? Lo mejor era huir del hombre. No quería más humillaciones». 35 4| que pudiera creerse. El hombre que no habla con mujeres 36 4| ella al señor Iriarte, el hombre del aya, que visitaba a 37 4| de risa decía:~ ~ -Pero hombre, buena Batrania te dé Dios; ¿ 38 4| allí ruido que recordara al hombre. El mar, que ya no veía 39 5| por su ventura el primer hombre a quien había querido, Ana 40 5| pies y varias pulgadas de hombre que tenía al lado, era un 41 6| en otra vino a parar en hombre de letras, hasta el punto 42 6| otra cosa.~ ~ -Sí, es mucho hombre. Muy entendido en Hacienda 43 6| puso muy colorado.~ ~ -¡Hombre, hombre! -exclamó el ex-alcalde 44 6| muy colorado.~ ~ -¡Hombre, hombre! -exclamó el ex-alcalde 45 6| confesor, porque...~ ~ -¡Hombre, hombre!, ¿qué sabes tú 46 6| porque...~ ~ -¡Hombre, hombre!, ¿qué sabes tú por qué? - 47 6| probabilidad del aserto.~ ~ -Hombre... la Regenta... ¡es algo 48 6| la capital y empezó a ser hombre político, no se sabe a punto 49 6| todo lo agreste que aquel hombre había sido. Desde el año 50 6| adelante pasaba ya Ronzal por hombre de iniciativa, afortunado 51 6| También creyó que su fama de hombre de talento se afianzaría 52 7| atrevió a murmurar:~ ~ -Hombre, eso de exigir...~ ~ -Sí, 53 7| Presidente del Casino era todo un hombre de novela y hasta de poema. 54 7| que pudiera codiciar un hombre amigo de divertirse en este 55 7| santo, un Magistral...~ ~ -Hombre, el Magistral... no me venga 56 7| medio liberal siquiera, ese hombre saldrá de aquí con la sotana 57 7| aproximó a la puerta.~ ~ -Hombre, a propósito de sabios - 58 7| aquellos lugares donde el hombre suele perder todo encanto, 59 7| todos le reconocían. Un hombre hermoso, como él lo era 60 7| Él era, ante todo, un hombre político; un hombre político 61 7| un hombre político; un hombre político que aprovechaba 62 7| lo principal en Mesía, el hombre político. Ahora se empezaba 63 7| el escéptico redomado, el hombre frío, el dandy desengañado, 64 7| desengañado, tenía otro hombre dentro? ¡Quién lo pensara! ¡ 65 7| porque él era ante todo un hombre político - a los héroes 66 7| Gautier del sexo fuerte; un hombre capaz de redimirse por amor. 67 8| pero a mí me carga ese hombre; haga usted que triunfe 68 8| Mesía.~ ~ «Pero a aquel hombre se le podía perdonar todo. ¡ 69 8| monjas podría vivir este hombre sin que hubiera miedo de 70 8| Eran su orgullo. Aquel hombre la había fascinado, ¿para 71 8| gallos en injerto, no es un hombre. Todo esto es una injusticia; 72 8| ella podía explicar a un hombre que había sido su amante 73 8| pasado en la catedral? ¿Qué hombre era aquel don Fermín que 74 9| confesiones. Decía el pobre hombre que se sabía de memoria 75 9| reparte limosnas'. ¡Qué hombre tan raro! ¿Cuándo le había 76 9| persona ilustrada, como a un hombre de letras: le había citado 77 9| sumidos en el pecado; pero el hombre nuevo siempre estaba despierto 78 9| que se trataba de un solo hombre de tales prendas, y señalar 79 9| mano tropezó con la de un hombre. Sintió un calor dulce y 80 9| vanidad monstruosa. Se creía hombre de talento -«él era principalmente 81 9| confiaba en su experiencia de hombre de mundo, y en su arte de 82 9| que en francés se llama El hombre que ríe y en español De 83 9| visiones? ¿Si jamás este hombre me habrá mirado con amor; 84 10| sabido más adelante que aquel hombre, que en una carta -que ella 85 10| jurado fidelidad eterna a un hombre que prefería un buen macho 86 10| completamente ido, intratable; un hombre que tenía la manía de la 87 10| adaptarse al medio». Un hombre que había llegado en su 88 10| sin querer junto a aquel hombre le sonaba como la frase 89 10| fango. Pero luchar con un hombre hermoso, que acecha, que 90 11| poco. Su doble misión de hombre de gobierno en la diócesis 91 11| honra, señor Arcipreste.~ ~ -Hombre, eso ya lo sé; pero usted 92 11| entre casa y casa...~ ~ -Hombre, no sea usted barullón ni 93 11| la colmena social...~ ~ -Hombre, si a zánganos vamos...~ ~ - 94 11| era demasiado fuerte:~ ~ -¡Hombre, un Candelas...!~ ~ Don 95 11| El pobre don Cayetano era hombre de algún talento para ciertas 96 11| listo también, arrogante, hombre de mundo; tenía el prestigio 97 11| niño que nunca se hacía hombre. ¡Él que con los demás era 98 11| que con los demás era un hombre que solía convertirse en 99 11| vida. Si él hubiera sido un hombre honrado, le hubiera dicho 100 11| pobre morada; yo soy un hombre que ha aprendido a decir 101 12| alegre, simpático, y hasta hombre de excelente sentido y no 102 12| esperar nada bueno; yo, hombre de ciencia, necesito declarar, 103 12| de asombro. «¿Cómo aquel hombre de tan escasas luces discurría 104 12| y de la conciencia a tal hombre, a aquel santo, pensaría 105 12| Magistral era sin duda el hombre de más talento que él había 106 12| infinito de la ingratitud del hombre matando a Dios, absurdo 107 12| jaqueca y diciendo:~ ~ «¡Qué hombre! ¡Qué sabiduría! ¿Cuándo 108 12| al Gobernador civil:~ ~ -Hombre, ¿no estaría en sus atribuciones 109 12| pensó, envidiando a un hombre que osaba llamar imprudente 110 12| ante la actitud de aquel hombre, en quien reconocía la superioridad 111 12| dejar de serio, podía ser hombre de sociedad como cualquiera. 112 12| estaba adornado, a su fama de hombre elocuente, de gran influencia 113 13| ilegítimos en la aldea -; ese hombre no sabe recatarse...~ ~ - 114 13| motivo para aborrecer a aquel hombre». Sin embargo, Mourelo, 115 13| se convenza de que es un hombre como los demás... Eso es..., 116 13| social...! ¡Oh, ha de ser un hombre!»~ ~ Ana tomó la resolución 117 13| habido entre ella y aquel hombre; que las miradas que podían 118 13| que echa en cara ningún hombre de mundo. Ana hablaba de 119 13| y que se ofrecía como un hombre de corazón sano, sin pliegues 120 13| estaba bien junto a aquel hombre como una fortaleza. Ana, 121 13| puramente masculinas, pero de hombre elegante solo. A veces la 122 13| nadie en el mundo con aquel hombre que le había halagado el 123 13| bellas ideas, y oírlas de un hombre de carne y hueso, que tenía 124 13| de que podía hablar a un hombre, que no era su marido, y 125 13| era su marido, y que este hombre tenía acaso guardada cerca 126 13| empleados contra semejante hombre y en tales circunstancias. 127 13| sabio, un santo, pero no un hombre. Obdulia había descubierto 128 13| Obispo; «era todo un gran hombre que por humildad vivía postergado». 129 13| pero bueno sería que un hombre de tanta inteligencia como 130 13| verdadero amor; de fijo aquel hombre hubiera preferido encontrarla 131 13| vergüenza que de cansancio. Un hombre como él debía poder levantar 132 13| con calma forzada:~ ~ -¡Hombre!, ¡pues tiene gracia! ¿Ahí 133 13| exclamó por lo bajo:~ ~ -¡Qué hombre! ¡Qué lumbrera!~ ~ Sin gran 134 13| Magistral un atleta; un hombre muy capaz de matarle de 135 14| el Rector del Seminario, hombre excesivamente timorato, 136 14| Visitación la del Banco -, un hombre cerril; santo, eso sí, pero 137 14| pero montaraz. En fin, ¡un hombre que me echó a mí de la sacristía 138 14| Corazón de Jesús!~ ~ -Un hombre así -aseveraba Obdulia - 139 14| comía, pero Glocester no era hombre que gastase menos disimulo. 140 14| Después la vida le había hecho hombre, había seguido la escuela 141 15| Ella no lo había oído, hombre.~ ~ Y acarició a la criada 142 15| dinero. Ella le había hecho hombre a costa de sacrificios, 143 15| las minas. Si ella fuera hombre no pararía hasta hacerse 144 15| debían de ser como las de un hombre. A la primera insinuación 145 15| ataque brutal, sin arte, de hombre casto que se vuelve loco 146 15| fervor predicaba el buen hombre después la castidad firme! «¡ 147 15| no había que hablar». «El hombre es honrado -decía el artillero, 148 15| sotana, que era la toga del hombre libre, la que le podría 149 15| madre. Ella le había hecho hombre, es decir, cura; ella le 150 15| moza y sabía cuidar a un hombre. Se casó Zapico, y al día 151 15| noches, amigo; tú eres un hombre honrado... y te aprecio... 152 16| como una mujer debe amar al hombre que escogió, o le escogieron, 153 16| que doña Ana soñaba con un hombre...» Don Fermín se revolvía 154 16| ahondaba en los ojos de aquel hombre que tenía allí debajo; le 155 16| médula de los huesos. «Si ese hombre no viniese a caballo, y 156 16| Don Juan.~ ~ -Calle usted, hombre..., vergüenza da decirlo..., 157 16| años vividos al lado de un hombre que ella creía vulgar, bueno 158 16| honra a no dejar que ese hombre adquiera sobre mí derecho 159 16| los amoríos; creían que un hombre de mundo no puede vivir 160 16| pizca de educación, y 2ª el hombre de sociedad, perseguidor 161 16| circunstancia agravante.~ ~ -El hombre abandonado a sus instintos 162 16| respirar. Se equivocó el hombre de mundo; creyó que la emoción 163 16| cosa más rara!, infiel a un hombre a quien no debía fidelidad 164 17| vio en el Magistral un hombre, un hombre hermoso, fuerte; 165 17| Magistral un hombre, un hombre hermoso, fuerte; que tenía 166 17| acordaba de que aquél era hombre, y se hubiera sentado sin 167 17| para hablar a solas con un hombre joven, guapo, robusto, aunque 168 18| por otras nuevas. Creíase hombre de energía, porque a veces 169 18| creía a salvo su honor de hombre enérgico y amo de su casa, 170 18| más que un ejercicio de hombre primitivo para el aragonés; 171 18| las ideas de aquel buen hombre, de quien los vetustenses 172 18| para siempre con semejante hombre. Salía don Víctor dejando 173 18| no puedo tolerarlas. Ese hombre y este pueblo me llenan 174 18| injertos... ¡Y pensar que aquel hombre había sido inteligente, 175 18| España..., es otra cosa... un hombre como usted... Subiría mi 176 18| considerando que ante todo era un hombre político. Lo de ir a Madrid 177 18| a partido, y resistía al hombre irresistible con heroicidad 178 18| pero no confesaba amar a un hombre determinado. Y Ana, su dulce 179 18| tramposo de la caridad. Hombre, por Dios, ¿dónde vamos 180 19| primavera médica...?~ ~ -Hombre, los nervios siempre andan 181 19| pero ¡tirar mejor que yo!, ¡hombre por Dios! ¿Y el talento 182 19| pudiera hablar tanto de un hombre tan insignificante como 183 19| el deseo de complacer al hombre que tanto trabajaba por 184 19| Magistral. «¡Oh, qué grande hombre! ¡Y qué bien penetraba en 185 20| eterna de la Divinidad..., hombre, eso es pesado». «¿Y qué? - 186 20| juego de pelota.~ ~ -Pero, hombre -le decía Ronzal, con deseos 187 20| simpático..., reconocía en él un hombre de buena fe... Pero la infalibilidad 188 20| no se puede salvar... ¡Un hombre infalible! ¿Comprende usted 189 20| que a la Regenta».~ ~ -¡Hombre, eso no! -gritaba el chantre -, 190 20| Magistral. «Era el primer hombre ¡y con faldas! que le ponía 191 20| médicos de don Álvaro. Aquel hombre que iba a París y traía 192 20| se puso de pie -; que el hombre era un animal de costumbres; 193 20| melancólica y lasciva; se veía al hombre del vicio, pero sacerdote, 194 21| enternecida. «¡Qué grande hombre era y cuánto le debía! ¿ 195 21| pecadora, aunque ningún hombre me hizo el mal que aquella 196 21| encontrando dentro de sí semejante hombre, más fuerte que nunca, decidido 197 21| pensamientos para consagrarlos al hombre que se sirvió escoger para 198 21| rumorcillo leve.~ ~ -Pero, hombre, parece que hablas con sordina... - 199 21| Magistral, pensar en ese hombre ni un solo instante, ni 200 21| procurar la felicidad de aquel hombre a quien tanto debía, que 201 22| precipita la muerte de ese hombre, enfermo por abuso del alcohol...~ ~ -¿ 202 22| alcohol...~ ~ -¿Cómo es eso, hombre? -preguntaba el Arcipreste.~ ~ - 203 22| embustero será usted! ¡Pues hombre! Bonita manía saca el señor 204 22| Caballero miliciano, yo soy el hombre de ciencia y usted es un 205 22| de curas y señoras que el hombre virtuoso es siempre un sacerdote, 206 22| Ya no dudaba que aquel hombre representaba para ella la 207 22| sacrificarse por salvar a aquel hombre, a quien debía la redención 208 22| dispuesta a morir por este hombre, si es preciso...» Pero 209 22| toda tranquilidad...~ ~ -Hombre, me parece que yo no he 210 22| mal comprimida. «Oh, el hombre que había reducido a tal 211 22| que era... un grande hombre..., pero no quiero confesarme, 212 22| Ir yo mismo; ver a ese hombre..., quiero verle yo..., 213 22| cantara. Don Santos era un hombre de convicciones arraigadas.~ ~ -¿ 214 22| caso es para bromas.~ ~ -Hombre, no me río del moribundo..., 215 22| consagrada por el trabajo del hombre.~ ~ -Y además en muriéndose 216 22| cristiano» (sinónimo de hombre) sin necesidad de curas. 217 22| demasiado la cuerda».~ ~ «Ese hombre nos pierde a todos».~ ~ 218 23| semejante sitio.~ ~ -¡Bien, hombre, bien!~ ~ -Conste que esto 219 23| patadas...~ ~ -Ya lo sabemos, hombre... -pudo balbucear Foja -. 220 23| podía ahora ir con aquel hombre, llamarle, consolarle... 221 23| espalda a él, el santo, el hombre de genio, el mártir de la 222 23| Con quién habla ese hombre?» Acercó la Regenta el rostro 223 23| al considerar que aquel hombre con gorro y chaqueta de 224 23| perseguía.~ ~ «¿Si aquel hombre sería amante de su criada?»~ ~ -¡ 225 23| amiga doña Petronila! ¡Qué hombre!, ¡qué ángel!, ¡qué pico 226 23| debo temer...? Ayer ese hombre estaba borracho... él y 227 23| decir a la Regenta: yo soy hombre, tú eres mujer, el mundo 228 23| Sí, sí, él también era hombre, podía ser rival, ¿por qué 229 23| está dicho...~ ~ -¡Pero ese hombre...!~ ~ -De ese hombre... 230 23| ese hombre...!~ ~ -De ese hombre... nada.~ ~ La voz de doña 231 24| hubiera dicho que aquel hombre creía estar en aquel umbral 232 24| que le decían:~ ~ -¡Vamos, hombre, láncese usted..., valor!~ ~ - 233 24| parecía a la de Páez un hombre tosco, sino un hombre; las 234 24| un hombre tosco, sino un hombre; las del barón se humanizaban, 235 25| hablar!»~ ~ -¿Qué tienes, hombre?, ¿qué haces aquí?, te estoy 236 25| Rianzares, sierva de aquel hombre, calló y entró en el gabinete.~ ~ 237 25| Pero qué?~ ~ -Ese hombre, Mesía; Ana... ¿qué pasó 238 25| Ana... ¿qué pasó con ese hombre...?~ ~ Ana recogió sus fuerzas, 239 25| en los brazos de ese hombre?~ ~ -¡En brazos...! ¡Fermín!~ ~ - 240 25| cerebro: «¿Y tú...?» «Él era hombre», se contestaba. Y apretaba 241 25| Sí, enamorado como un hombre, no con el amor místico, 242 25| hermano mayor del alma, era un hombre que debajo de la sotana 243 25| rostro de Ana. ¡Pero ese hombre esperaría que yo..., en 244 25| aprensión de miedo. «Si este hombre -pensó - enamorado de la 245 25| yo me arrojara sobre este hombre y como puedo, como estoy 246 25| un homenaje interior del hombre a Dios, a un Dios que no 247 25| cruel había sido con aquel hombre! ¡Qué triste, qué solo le 248 25| pagar lo que debo a ese hombre...?»~ ~ En aquel momento 249 26| don Pompeyo Guimarán, el hombre que más respetaba todos 250 26| dudaba esto. «Era un gran hombre, había que reconocerlo». 251 26| don Robustiano Somoza, hombre científico ante todo, creyese 252 26| todas sus convicciones de hombre de ciencia, como tenía dicho, 253 26| vago... de... de... ser hombre.~ ~ Hombre era, y muy hombre, 254 26| de... ser hombre.~ ~ Hombre era, y muy hombre, el maestro 255 26| hombre.~ ~ Hombre era, y muy hombre, el maestro de escuela Vinagre, 256 26| traerá el remedio... Ese hombre ha querido estirar demasiado 257 26| instrumento del orgullo de ese hombre.~ ~ -¡Eso, instrumento, 258 26| Quintanar.~ ~ -¡Qué sería del hombre en estas tormentas de la 259 27| la risa.~ ~ -¿Qué tienes, hombre?~ ~ -Es de una zarzuela... 260 27| Crespo, el único grande hombre que conozco de vista). Bajo 261 27| vez a las plantas de aquel hombre ya no existía. Los triunfos 262 27| que creía deber a aquel hombre. Temía sobre todo que si 263 27| demostrarle que además era hombre. «¡Y sí era hombre, vive 264 27| además era hombre. «¡Y sí era hombre, vive Dios que era hombre, 265 27| hombre, vive Dios que era hombre, y tanto y más que el otro; 266 28| sé yo dónde me lleva este hombre! -contestó don Víctor sin 267 28| sobre la cabeza de aquel hombre que se le antojaba idiota 268 28| monte arriba.~ ~ «¡Pero ese hombre está loco!», pensaba Quintanar, 269 28| admirando la estupidez de aquel hombre que aún no sospechaba nada.~ ~ - 270 28| menos que regular.~ ~ -Pero, hombre, castigue usted a ese animal - 271 28| tiene razón don Álvaro, ese hombre... tiene celos, celos de 272 28| Al fin, ¿qué era él? Un hombre que hablaba de amor a una 273 28| Estaba llorando aquel hombre..., el hombre más hermoso 274 28| llorando aquel hombre..., el hombre más hermoso que ella había 275 28| dato! Y sintió orgullo. ¡Un hombre que había sido su amante 276 29| triste de mí!~ ~ -Calma, hombre, calma.~ ~ -¿Qué hacemos, 277 29| el terreno, eh?~ ~ -Sí, hombre, a arreglarlo todo.~ ~ En 278 29| sólo era un maníaco, un hombre frío para ella, insustancial, 279 29| sacrificado a semejante hombre la vida. Sí, la vida, que 280 29| su Mesía, a su señor, al hombre a quien se había entregado 281 29| recibir en su alcoba a un hombre a quien se había entregado 282 29| ella capaz de recibir a un hombre en su alcoba, ella, que 283 29| diplomacia que pudo emplear un hombre que se creía principalmente 284 29| misérrimo cura, ludibrio de hombre disfrazado de anafrodita, 285 29| elegante de similor, a un hombre de yeso... a una estatua 286 29| señor, si corría sangre de hombre por su cuerpo, tuviese que 287 29| éste sintió dentro de sí un hombre nuevo; el hombre que hería 288 29| de sí un hombre nuevo; el hombre que hería de muerte por 289 29| la pícara costumbre, el hombre es un animal de costumbres.~ ~ 290 29| balcón de su casa y que un hombre que parecía muy largo se 291 29| era el de Anita».~ ~ El hombre se embozó en una capa de 292 29| crepúsculo, cuando aquel hombre estuvo a caballo en la tapia, 293 29| teatro? ¡Qué malo era el hombre! ¿Por qué recrearse en aquellas 294 29| propias? ¡Y él, el miserable, hombre indigno, cobarde, estaba 295 29| todos los agujeros donde el hombre, esa hormiga, fabricaba 296 29| de ser adulterio el del hombre también, digan lo que quieran 297 29| diciendo:~ ~ -¿Qué te pasa, hombre? Todo el día te he visto 298 30| hay otra de entierro.~ ~ -¡Hombre, dices las cosas de un modo...!~ ~ - 299 30| desgracia...?~ ~ «Pero este hombre ¿no sabe nada?», se preguntó 300 30| Qué iba a decirle aquel hombre? ¿A qué venía...?»~ ~ Anselmo 301 30| aventuras..., era un cobarde: un hombre de corazón subía, mataba. 302 30| porque soy fuerte, porque soy hombre... porque soy fiera...»~ ~ 303 30| sí, Anita, sí, yo era un hombre, ¿no lo sabías? ¿Por eso 304 30| espejo. «Aquello ya era un hombre». La Regenta nunca le había 305 30| aunque él, el Magistral, como hombre y hombre de experiencia, 306 30| Magistral, como hombre y hombre de experiencia, se explicaba 307 30| venganza; si tal hacía como hombre, en cuanto sacerdote de 308 30| Magistral, se figuraba el hombre más despreciable del mundo 309 30| el magistrado. «Sí, había hombre; la máquina estaba dispuesta; 310 30| mundo... Evite usted que ese hombre pueda llegar aquí..., pero... ¡ 311 30| había dado en ello? Ese hombre debe volver esta noche... ¡ 312 30| aire misterioso y como hombre prudentísimo que opone un 313 30| a procurar la muerte del hombre que le había perdonado la 314 30| no van a desafiar a ese hombre, me levanto y busco yo mismo 315 30| mientras no muriese aquel hombre: la filosofía y la religión 316 30| asustado del valor de aquel hombre.~ ~ Mesía mismo se explicaba 317 30| derechos inalienables del hombre. Aquel tiro de Mesía, del