Cap.

  1      1|           delegación de Celedonio, hombre de iglesia, acólito en funciones
  2      1|         parecía cosa del teatro... hombre... ¡si sabré yo!~ ~ Se acaloró
  3      1|             y esto era verdad - el hombre más fino y cortés de España.
  4      1|       Bermúdez quería pasar por el hombre más espiritual de Vetusta,
  5      1|       costaba, porque nunca se vio hombre más aturdido que él en cuanto
  6      1|          estilo), a los títulos de hombre de mundo que él reclamaba. ¡
  7      1|         poco a don Saturno en otro hombre; y entonces era el imaginar
  8      1|            sus ensueños, en cuanto hombre de mundo. Solía volver a
  9      1|        misa sin falta, a buscar el hombre nuevo que pide el Evangelio.
 10      1|          Evangelio. Poco a poco el hombre nuevo venía; y por vanidad
 11      1|     fervorosa contrición del pobre hombre. ¡Y que le dijeran a don
 12      2|     postura que parecía Mourelo un hombre en perpetuo acecho, adelantándose
 13      2|             según él, era el único hombre superior de la catedral.
 14      2|            literato, un orador, un hombre de gobierno, y lo que valía
 15      2|           todo, en su concepto, un hombre de mundo. Cuando se le hablaba
 16      3|         mujer como el estilo es el hombre. Dime cómo duermes y te
 17      3|          aya, de los criados y del hombre, lloraba de rabia. Había
 18      3|            Loreto un hijo de aquel hombre; pero en el camino los halló
 19      3|     enferma del susto, en cama. El hombre que besaba al aya cogió
 20      3|    barquero de Trébol. Según aquel hombre, los niños se habían concertado
 21      3|             Doña Camila culpaba al hombre que le daba besos de las
 22      3|             Anita no entendía y el hombre, el señor del aya, reía
 23      3|  carcajadas.~ ~ Desde aquel día el hombre la miraba con llamaradas
 24      3|           calle la miraban como el hombre que besaba a doña Camila;
 25      3|           el cuadro disolvente, el hombre de la bata escocesa y el
 26      4|  filosóficos; y de resultas era un hombre que ya no creía sino lo
 27      4|            criados y tras ellos el hombre, como llamó siempre la niña
 28      4|         por compromiso, que era un hombre que se casaba con la servidumbre.
 29      4|              a babor, a estribor! ¡Hombre al agua!... ¡un tiburón!~ ~
 30      4|        amante de doña Camila -, el hombre nace naturalmente malo,
 31      4|          para su edad... -decía el hombre de doña Camila, que saboreaba
 32      4|     impostura, a no ser el aya, su hombre, que seguía esperando, y
 33      4|            querido papá que era un hombre de talento, capaz de inventar
 34      4|       diría? Lo mejor era huir del hombre. No quería más humillaciones».
 35      4|            que pudiera creerse. El hombre que no habla con mujeres
 36      4|          ella al señor Iriarte, el hombre del aya, que visitaba a
 37      4|            de risa decía:~ ~ -Pero hombre, buena Batrania te  Dios; ¿
 38      4|        allí ruido que recordara al hombre. El mar, que ya no veía
 39      5|           por su ventura el primer hombre a quien había querido, Ana
 40      5|          pies y varias pulgadas de hombre que tenía al lado, era un
 41      6|            en otra vino a parar en hombre de letras, hasta el punto
 42      6|        otra cosa.~ ~ -Sí, es mucho hombre. Muy entendido en Hacienda
 43      6|            puso muy colorado.~ ~ -¡Hombre, hombre! -exclamó el ex-alcalde
 44      6|         muy colorado.~ ~ -¡Hombre, hombre! -exclamó el ex-alcalde
 45      6|           confesor, porque...~ ~ -¡Hombre, hombre!, ¿qué sabes tú
 46      6|             porque...~ ~ -¡Hombre, hombre!, ¿qué sabes tú por qué? -
 47      6|       probabilidad del aserto.~ ~ -Hombre... la Regenta... ¡es algo
 48      6|          la capital y empezó a ser hombre político, no se sabe a punto
 49      6|          todo lo agreste que aquel hombre había sido. Desde el año
 50      6|      adelante pasaba ya Ronzal por hombre de iniciativa, afortunado
 51      6|       También creyó que su fama de hombre de talento se afianzaría
 52      7|            atrevió a murmurar:~ ~ -Hombre, eso de exigir...~ ~ -Sí,
 53      7|  Presidente del Casino era todo un hombre de novela y hasta de poema.
 54      7|            que pudiera codiciar un hombre amigo de divertirse en este
 55      7|         santo, un Magistral...~ ~ -Hombre, el Magistral... no me venga
 56      7|        medio liberal siquiera, ese hombre saldrá de aquí con la sotana
 57      7|          aproximó a la puerta.~ ~ -Hombre, a propósito de sabios -
 58      7|          aquellos lugares donde el hombre suele perder todo encanto,
 59      7|            todos le reconocían. Un hombre hermoso, como él lo era
 60      7|              Él era, ante todo, un hombre político; un hombre político
 61      7|             un hombre político; un hombre político que aprovechaba
 62      7|          lo principal en Mesía, el hombre político. Ahora se empezaba
 63      7|          el escéptico redomado, el hombre frío, el dandy desengañado,
 64      7|            desengañado, tenía otro hombre dentro? ¡Quién lo pensara! ¡
 65      7|         porque él era ante todo un hombre político - a los héroes
 66      7|        Gautier del sexo fuerte; un hombre capaz de redimirse por amor.
 67      8|             pero a mí me carga ese hombre; haga usted que triunfe
 68      8|            Mesía.~ ~ «Pero a aquel hombre se le podía perdonar todo. ¡
 69      8|           monjas podría vivir este hombre sin que hubiera miedo de
 70      8|             Eran su orgullo. Aquel hombre la había fascinado, ¿para
 71      8|        gallos en injerto, no es un hombre. Todo esto es una injusticia;
 72      8|           ella podía explicar a un hombre que había sido su amante
 73      8|        pasado en la catedral? ¿Qué hombre era aquel don Fermín que
 74      9|        confesiones. Decía el pobre hombre que se sabía de memoria
 75      9|            reparte limosnas'. ¡Qué hombre tan raro! ¿Cuándo le había
 76      9|       persona ilustrada, como a un hombre de letras: le había citado
 77      9|      sumidos en el pecado; pero el hombre nuevo siempre estaba despierto
 78      9|          que se trataba de un solo hombre de tales prendas, y señalar
 79      9|          mano tropezó con la de un hombre. Sintió un calor dulce y
 80      9|       vanidad monstruosa. Se creía hombre de talento -«él era principalmente
 81      9|      confiaba en su experiencia de hombre de mundo, y en su arte de
 82      9|         que en francés se llama El hombre que ríe y en español De
 83      9|           visiones? ¿Si jamás este hombre me habrá mirado con amor;
 84     10|      sabido más adelante que aquel hombre, que en una carta -que ella
 85     10|       jurado fidelidad eterna a un hombre que prefería un buen macho
 86     10|  completamente ido, intratable; un hombre que tenía la manía de la
 87     10|            adaptarse al medio». Un hombre que había llegado en su
 88     10|           sin querer junto a aquel hombre le sonaba como la frase
 89     10|          fango. Pero luchar con un hombre hermoso, que acecha, que
 90     11|           poco. Su doble misión de hombre de gobierno en la diócesis
 91     11|       honra, señor Arcipreste.~ ~ -Hombre, eso ya lo ; pero usted
 92     11|           entre casa y casa...~ ~ -Hombre, no sea usted barullón ni
 93     11|           la colmena social...~ ~ -Hombre, si a zánganos vamos...~ ~ -
 94     11|         era demasiado fuerte:~ ~ -¡Hombre, un Candelas...!~ ~ Don
 95     11|          El pobre don Cayetano era hombre de algún talento para ciertas
 96     11|          listo también, arrogante, hombre de mundo; tenía el prestigio
 97     11|            niño que nunca se hacía hombre. ¡Él que con los demás era
 98     11|           que con los demás era un hombre que solía convertirse en
 99     11|        vida. Si él hubiera sido un hombre honrado, le hubiera dicho
100     11|            pobre morada; yo soy un hombre que ha aprendido a decir
101     12|         alegre, simpático, y hasta hombre de excelente sentido y no
102     12|            esperar nada bueno; yo, hombre de ciencia, necesito declarar,
103     12|           de asombro. «¿Cómo aquel hombre de tan escasas luces discurría
104     12|           y de la conciencia a tal hombre, a aquel santo, pensaría
105     12|          Magistral era sin duda el hombre de más talento que él había
106     12|      infinito de la ingratitud del hombre matando a Dios, absurdo
107     12|       jaqueca y diciendo:~ ~ «¡Qué hombre! ¡Qué sabiduría! ¿Cuándo
108     12|           al Gobernador civil:~ ~ -Hombre, ¿no estaría en sus atribuciones
109     12|             pensó, envidiando a un hombre que osaba llamar imprudente
110     12|           ante la actitud de aquel hombre, en quien reconocía la superioridad
111     12|          dejar de serio, podía ser hombre de sociedad como cualquiera.
112     12|      estaba adornado, a su fama de hombre elocuente, de gran influencia
113     13|      ilegítimos en la aldea -; ese hombre no sabe recatarse...~ ~ -
114     13|      motivo para aborrecer a aquel hombre». Sin embargo, Mourelo,
115     13|           se convenza de que es un hombre como los demás... Eso es...,
116     13|       social...! ¡Oh, ha de ser un hombre!»~ ~ Ana tomó la resolución
117     13|          habido entre ella y aquel hombre; que las miradas que podían
118     13|            que echa en cara ningún hombre de mundo. Ana hablaba de
119     13|           y que se ofrecía como un hombre de corazón sano, sin pliegues
120     13|          estaba bien junto a aquel hombre como una fortaleza. Ana,
121     13|      puramente masculinas, pero de hombre elegante solo. A veces la
122     13|        nadie en el mundo con aquel hombre que le había halagado el
123     13|       bellas ideas, y oírlas de un hombre de carne y hueso, que tenía
124     13|           de que podía hablar a un hombre, que no era su marido, y
125     13|          era su marido, y que este hombre tenía acaso guardada cerca
126     13|         empleados contra semejante hombre y en tales circunstancias.
127     13|        sabio, un santo, pero no un hombre. Obdulia había descubierto
128     13|          Obispo; «era todo un gran hombre que por humildad vivía postergado».
129     13|            pero bueno sería que un hombre de tanta inteligencia como
130     13|      verdadero amor; de fijo aquel hombre hubiera preferido encontrarla
131     13|     vergüenza que de cansancio. Un hombre como él debía poder levantar
132     13|            con calma forzada:~ ~ -¡Hombre!, ¡pues tiene gracia! ¿Ahí
133     13|      exclamó por lo bajo:~ ~ -¡Qué hombre! ¡Qué lumbrera!~ ~ Sin gran
134     13|            Magistral un atleta; un hombre muy capaz de matarle de
135     14|           el Rector del Seminario, hombre excesivamente timorato,
136     14|      Visitación la del Banco -, un hombre cerril; santo, eso sí, pero
137     14|         pero montaraz. En fin, ¡un hombre que me echó a mí de la sacristía
138     14|           Corazón de Jesús!~ ~ -Un hombre así -aseveraba Obdulia -
139     14|       comía, pero Glocester no era hombre que gastase menos disimulo.
140     14|     Después la vida le había hecho hombre, había seguido la escuela
141     15|             Ella no lo había oído, hombre.~ ~ Y acarició a la criada
142     15|        dinero. Ella le había hecho hombre a costa de sacrificios,
143     15|           las minas. Si ella fuera hombre no pararía hasta hacerse
144     15|       debían de ser como las de un hombre. A la primera insinuación
145     15|        ataque brutal, sin arte, de hombre casto que se vuelve loco
146     15|           fervor predicaba el buen hombre después la castidad firme! «¡
147     15|          no había que hablar». «El hombre es honrado -decía el artillero,
148     15|        sotana, que era la toga del hombre libre, la que le podría
149     15|         madre. Ella le había hecho hombre, es decir, cura; ella le
150     15|           moza y sabía cuidar a un hombre. Se casó Zapico, y al día
151     15|          noches, amigo; tú eres un hombre honrado... y te aprecio...
152     16|        como una mujer debe amar al hombre que escogió, o le escogieron,
153     16|         que doña Ana soñaba con un hombre...» Don Fermín se revolvía
154     16|      ahondaba en los ojos de aquel hombre que tenía allí debajo; le
155     16|      médula de los huesos. «Si ese hombre no viniese a caballo, y
156     16|         Don Juan.~ ~ -Calle usted, hombre..., vergüenza da decirlo...,
157     16|         años vividos al lado de un hombre que ella creía vulgar, bueno
158     16|           honra a no dejar que ese hombre adquiera sobre mí derecho
159     16|         los amoríos; creían que un hombre de mundo no puede vivir
160     16|        pizca de educación, y 2ª el hombre de sociedad, perseguidor
161     16|    circunstancia agravante.~ ~ -El hombre abandonado a sus instintos
162     16|           respirar. Se equivocó el hombre de mundo; creyó que la emoción
163     16|        cosa más rara!, infiel a un hombre a quien no debía fidelidad
164     17|             vio en el Magistral un hombre, un hombre hermoso, fuerte;
165     17|            Magistral un hombre, un hombre hermoso, fuerte; que tenía
166     17|          acordaba de que aquél era hombre, y se hubiera sentado sin
167     17|         para hablar a solas con un hombre joven, guapo, robusto, aunque
168     18|          por otras nuevas. Creíase hombre de energía, porque a veces
169     18|          creía a salvo su honor de hombre enérgico y amo de su casa,
170     18|            más que un ejercicio de hombre primitivo para el aragonés;
171     18|            las ideas de aquel buen hombre, de quien los vetustenses
172     18|         para siempre con semejante hombre. Salía don Víctor dejando
173     18|           no puedo tolerarlas. Ese hombre y este pueblo me llenan
174     18|    injertos... ¡Y pensar que aquel hombre había sido inteligente,
175     18|      España..., es otra cosa... un hombre como usted... Subiría mi
176     18|  considerando que ante todo era un hombre político. Lo de ir a Madrid
177     18|           a partido, y resistía al hombre irresistible con heroicidad
178     18|        pero no confesaba amar a un hombre determinado. Y Ana, su dulce
179     18|            tramposo de la caridad. Hombre, por Dios, ¿dónde vamos
180     19|           primavera médica...?~ ~ -Hombre, los nervios siempre andan
181     19|        pero ¡tirar mejor que yo!, ¡hombre por Dios! ¿Y el talento
182     19|         pudiera hablar tanto de un hombre tan insignificante como
183     19|           el deseo de complacer al hombre que tanto trabajaba por
184     19|        Magistral. «¡Oh, qué grande hombre! ¡Y qué bien penetraba en
185     20|         eterna de la Divinidad..., hombre, eso es pesado». «¿Y qué? -
186     20|         juego de pelota.~ ~ -Pero, hombre -le decía Ronzal, con deseos
187     20|   simpático..., reconocía en él un hombre de buena fe... Pero la infalibilidad
188     20|          no se puede salvar... ¡Un hombre infalible! ¿Comprende usted
189     20|            que a la Regenta».~ ~ -¡Hombre, eso no! -gritaba el chantre -,
190     20|          Magistral. «Era el primer hombre ¡y con faldas! que le ponía
191     20|       médicos de don Álvaro. Aquel hombre que iba a París y traía
192     20|           se puso de pie -; que el hombre era un animal de costumbres;
193     20|  melancólica y lasciva; se veía al hombre del vicio, pero sacerdote,
194     21|          enternecida. «¡Qué grande hombre era y cuánto le debía! ¿
195     21|            pecadora, aunque ningún hombre me hizo el mal que aquella
196     21| encontrando dentro de sí semejante hombre, más fuerte que nunca, decidido
197     21|  pensamientos para consagrarlos al hombre que se sirvió escoger para
198     21|         rumorcillo leve.~ ~ -Pero, hombre, parece que hablas con sordina... -
199     21|           Magistral, pensar en ese hombre ni un solo instante, ni
200     21|     procurar la felicidad de aquel hombre a quien tanto debía, que
201     22|         precipita la muerte de ese hombre, enfermo por abuso del alcohol...~ ~ -¿
202     22|       alcohol...~ ~ -¿Cómo es eso, hombre? -preguntaba el Arcipreste.~ ~ -
203     22|        embustero será usted! ¡Pues hombre! Bonita manía saca el señor
204     22|     Caballero miliciano, yo soy el hombre de ciencia y usted es un
205     22|          de curas y señoras que el hombre virtuoso es siempre un sacerdote,
206     22|             Ya no dudaba que aquel hombre representaba para ella la
207     22|    sacrificarse por salvar a aquel hombre, a quien debía la redención
208     22|         dispuesta a morir por este hombre, si es preciso...» Pero
209     22|           toda tranquilidad...~ ~ -Hombre, me parece que yo no he
210     22|            mal comprimida. «Oh, el hombre que había reducido a tal
211     22|               que era... un grande hombre..., pero no quiero confesarme,
212     22|             Ir yo mismo; ver a ese hombre..., quiero verle yo...,
213     22|         cantara. Don Santos era un hombre de convicciones arraigadas.~ ~ -¿
214     22|           caso es para bromas.~ ~ -Hombre, no me río del moribundo...,
215     22|      consagrada por el trabajo del hombre.~ ~ -Y además en muriéndose
216     22|            cristiano» (sinónimo de hombre) sin necesidad de curas.
217     22|      demasiado la cuerda».~ ~ «Ese hombre nos pierde a todos».~ ~
218     23|        semejante sitio.~ ~ -¡Bien, hombre, bien!~ ~ -Conste que esto
219     23|      patadas...~ ~ -Ya lo sabemos, hombre... -pudo balbucear Foja -.
220     23|           podía ahora ir con aquel hombre, llamarle, consolarle...
221     23|         espalda a él, el santo, el hombre de genio, el mártir de la
222     23|                Con quién habla ese hombreAcercó la Regenta el rostro
223     23|            al considerar que aquel hombre con gorro y chaqueta de
224     23|           perseguía.~ ~ «¿Si aquel hombre sería amante de su criada?»~ ~ -¡
225     23|         amiga doña Petronila! ¡Qué hombre!, ¡qué ángel!, ¡qué pico
226     23|            debo temer...? Ayer ese hombre estaba borracho... él y
227     23|         decir a la Regenta: yo soy hombre, tú eres mujer, el mundo
228     23|             Sí, sí, él también era hombre, podía ser rival, ¿por qué
229     23|        está dicho...~ ~ -¡Pero ese hombre...!~ ~ -De ese hombre...
230     23|          ese hombre...!~ ~ -De ese hombre... nada.~ ~ La voz de doña
231     24|            hubiera dicho que aquel hombre creía estar en aquel umbral
232     24|         que le decían:~ ~ -¡Vamos, hombre, láncese usted..., valor!~ ~ -
233     24|            parecía a la de Páez un hombre tosco, sino un hombre; las
234     24|           un hombre tosco, sino un hombre; las del barón se humanizaban,
235     25|          hablar!»~ ~ -¿Qué tienes, hombre?, ¿qué haces aquí?, te estoy
236     25|         Rianzares, sierva de aquel hombre, calló y entró en el gabinete.~ ~
237     25|                  Pero qué?~ ~ -Ese hombre, Mesía; Ana... ¿qué pasó
238     25|           Ana... ¿qué pasó con ese hombre...?~ ~ Ana recogió sus fuerzas,
239     25|               en los brazos de ese hombre?~ ~ -¡En brazos...! ¡Fermín!~ ~ -
240     25|       cerebro: «¿Y tú...?» «Él era hombre», se contestaba. Y apretaba
241     25|              Sí, enamorado como un hombre, no con el amor místico,
242     25|     hermano mayor del alma, era un hombre que debajo de la sotana
243     25|           rostro de Ana. ¡Pero ese hombre esperaría que yo..., en
244     25|       aprensión de miedo. «Si este hombre -pensó - enamorado de la
245     25|          yo me arrojara sobre este hombre y como puedo, como estoy
246     25|           un homenaje interior del hombre a Dios, a un Dios que no
247     25|         cruel había sido con aquel hombre! ¡Qué triste, qué solo le
248     25|            pagar lo que debo a ese hombre...?»~ ~ En aquel momento
249     26|           don Pompeyo Guimarán, el hombre que más respetaba todos
250     26|          dudaba esto. «Era un gran hombre, había que reconocerlo».
251     26|             don Robustiano Somoza, hombre científico ante todo, creyese
252     26|          todas sus convicciones de hombre de ciencia, como tenía dicho,
253     26|            vago... de... de... ser hombre.~ ~ Hombre era, y muy hombre,
254     26|               de... ser hombre.~ ~ Hombre era, y muy hombre, el maestro
255     26|       hombre.~ ~ Hombre era, y muy hombre, el maestro de escuela Vinagre,
256     26|           traerá el remedio... Ese hombre ha querido estirar demasiado
257     26|     instrumento del orgullo de ese hombre.~ ~ -¡Eso, instrumento,
258     26|      Quintanar.~ ~ -¡Qué sería del hombre en estas tormentas de la
259     27|          la risa.~ ~ -¿Qué tienes, hombre?~ ~ -Es de una zarzuela...
260     27|            Crespo, el único grande hombre que conozco de vista). Bajo
261     27|         vez a las plantas de aquel hombre ya no existía. Los triunfos
262     27|            que creía deber a aquel hombre. Temía sobre todo que si
263     27|         demostrarle que además era hombre. «¡Y sí era hombre, vive
264     27|      además era hombre. «¡Y sí era hombre, vive Dios que era hombre,
265     27|          hombre, vive Dios que era hombre, y tanto y más que el otro;
266     28|           yo dónde me lleva este hombre! -contestó don Víctor sin
267     28|           sobre la cabeza de aquel hombre que se le antojaba idiota
268     28|        monte arriba.~ ~ «¡Pero ese hombre está loco!», pensaba Quintanar,
269     28|    admirando la estupidez de aquel hombre que aún no sospechaba nada.~ ~ -
270     28|       menos que regular.~ ~ -Pero, hombre, castigue usted a ese animal -
271     28|        tiene razón don Álvaro, ese hombre... tiene celos, celos de
272     28|            Al fin, ¿qué era él? Un hombre que hablaba de amor a una
273     28|              Estaba llorando aquel hombre..., el hombre más hermoso
274     28|       llorando aquel hombre..., el hombre más hermoso que ella había
275     28|        dato! Y sintió orgullo. ¡Un hombre que había sido su amante
276     29|           triste de mí!~ ~ -Calma, hombre, calma.~ ~ -¿Qué hacemos,
277     29|            el terreno, eh?~ ~ -Sí, hombre, a arreglarlo todo.~ ~ En
278     29|            sólo era un maníaco, un hombre frío para ella, insustancial,
279     29|            sacrificado a semejante hombre la vida. Sí, la vida, que
280     29|           su Mesía, a su señor, al hombre a quien se había entregado
281     29|          recibir en su alcoba a un hombre a quien se había entregado
282     29|         ella capaz de recibir a un hombre en su alcoba, ella, que
283     29|     diplomacia que pudo emplear un hombre que se creía principalmente
284     29|        misérrimo cura, ludibrio de hombre disfrazado de anafrodita,
285     29|          elegante de similor, a un hombre de yeso... a una estatua
286     29|         señor, si corría sangre de hombre por su cuerpo, tuviese que
287     29|        éste sintió dentro de sí un hombre nuevo; el hombre que hería
288     29|          de sí un hombre nuevo; el hombre que hería de muerte por
289     29|            la pícara costumbre, el hombre es un animal de costumbres.~ ~
290     29|         balcón de su casa y que un hombre que parecía muy largo se
291     29|            era el de Anita».~ ~ El hombre se embozó en una capa de
292     29|           crepúsculo, cuando aquel hombre estuvo a caballo en la tapia,
293     29|           teatro? ¡Qué malo era el hombre! ¿Por qué recrearse en aquellas
294     29|      propias? ¡Y él, el miserable, hombre indigno, cobarde, estaba
295     29|        todos los agujeros donde el hombre, esa hormiga, fabricaba
296     29|            de ser adulterio el del hombre también, digan lo que quieran
297     29|        diciendo:~ ~ -¿Qué te pasa, hombre? Todo el día te he visto
298     30|         hay otra de entierro.~ ~ -¡Hombre, dices las cosas de un modo...!~ ~ -
299     30|        desgracia...?~ ~ «Pero este hombre ¿no sabe nada?», se preguntó
300     30|            Qué iba a decirle aquel hombre? ¿A qué venía...?»~ ~ Anselmo
301     30|   aventuras..., era un cobarde: un hombre de corazón subía, mataba.
302     30|      porque soy fuerte, porque soy hombre... porque soy fiera...»~ ~
303     30|           sí, Anita, sí, yo era un hombre, ¿no lo sabías? ¿Por eso
304     30|         espejo. «Aquello ya era un hombre». La Regenta nunca le había
305     30|      aunque él, el Magistral, como hombre y hombre de experiencia,
306     30|           Magistral, como hombre y hombre de experiencia, se explicaba
307     30|        venganza; si tal hacía como hombre, en cuanto sacerdote de
308     30|          Magistral, se figuraba el hombre más despreciable del mundo
309     30|          el magistrado. «Sí, había hombre; la máquina estaba dispuesta;
310     30|       mundo... Evite usted que ese hombre pueda llegar aquí..., pero... ¡
311     30|            había dado en ello? Ese hombre debe volver esta noche... ¡
312     30|             aire misterioso y como hombre prudentísimo que opone un
313     30|           a procurar la muerte del hombre que le había perdonado la
314     30|            no van a desafiar a ese hombre, me levanto y busco yo mismo
315     30|          mientras no muriese aquel hombre: la filosofía y la religión
316     30|        asustado del valor de aquel hombre.~ ~ Mesía mismo se explicaba
317     30|          derechos inalienables del hombre. Aquel tiro de Mesía, del
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