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Cap.
1 1| Celedonio era un monaguillo de mundo, entraba como amigo de confianza 2 1| allá abajo, en el ancho mundo, muy lejos, había una ciudad 3 1| los títulos de hombre de mundo que él reclamaba. ¡Y si 4 1| con la vida, feliz en este mundo calumniado donde, dígase 5 1| ensueños, en cuanto hombre de mundo. Solía volver a sus novelas 6 1| él debía de ser en otro mundo mejor la recompensa de los 7 2| el Magistral, engañaba al mundo entero. Sí, era cierto que 8 2| su concepto, un hombre de mundo. Cuando se le hablaba de 9 2| ignorante de lo que es el mundo, lleno de ensueños, ambicioso 10 2| Regenta!» El Arcediano vio un mundo de intrigas que podían fundarse 11 3| Andaban buscándola por todo el mundo. Creían que se había caído 12 3| que cualquier aventura del mundo».~ ~ En otros momentos, 13 3| ternura capaz de anegar el mundo. La imagen de don Álvaro 14 3| matrimonio mejor avenido del mundo dividió el lecho. Ella se 15 3| comedias, pero que en el mundo un marido no está para divertir 16 3| recordando lo pasado, que para el mundo no hay más virtud que la 17 4| se fue desvaneciendo; el mundo se olvidó de semejante absurdo, 18 4| injusticia que era la ley del mundo, porque Dios quería, tuvo 19 4| altiva, capaz de oponerse al mundo entero, se declaró vencida, 20 4| y a las injusticias del mundo no eran hipocresía en Anita, 21 4| de todos los necios del mundo, pero a sus solas se desquitaba. 22 4| debían de estar solos en el mundo; si tenían hijos y mujer, 23 4| ocupaba más que en arreglar el mundo y condenarlo tal como era, 24 4| la mejor ocurrencia del mundo. Si su razón se resistía 25 5| interior; necesitaba del mundo, un asilo. Sabía que estaba 26 5| por que se gobernaba el mundo; a ella se debía la armonía 27 5| incasables de Ozores. En aquel mundo de flaquezas, de escándalos, ¿ 28 5| vería a su padre en otro mundo, servíale sin embargo la 29 5| hermana daban ejemplo al mundo.~ ~ -Si ustedes la vieran - 30 5| agradecido la admiración que el mundo tributó a su Minerva.~ ~ -¡ 31 5| la niña.~ ~ -En el gran mundo de Vetusta -decía doña Anuncia - 32 5| nosotras poco sabemos del mundo, tenemos alguna experiencia, 33 5| en los demás.~ ~ -En el mundo en que has entrado, y al 34 5| sabría ella lo que era el mundo! En cuanto a la sobrinita, 35 5| fue la protesta del gran mundo de Vetusta contra los conatos 36 5| vanas y repugnantes del mundo en que vivía; para tales 37 5| siquiera, y el Salvador del mundo, había mucha diferencia. ¿ 38 5| una mujer honrada en el mundo, no bastaba para los sacrificios 39 5| para el teatro; pero en el mundo no había Manriques ni Tenorios 40 5| penas disimulada delante del mundo, nos ha impedido rodearte 41 5| querrás quedarte sola en el mundo el día que nosotras faltemos...~ ~ - 42 6| el primer periódico del mundo. Era un derecho que nadie 43 6| composiciones, la finura del mundo. La fórmula solía ser ésta: « 44 6| sin que lo sospechara el mundo; y sacaba a relucir la historia 45 6| ejemplares habría por el mundo, pero no se sabía de ellos, 46 6| perspicacia para comprender que el mundo daba mucho a las apariencias, 47 7| cara a cara y a la faz del mundo, surbicesorbi (a la ciudad 48 7| surbicesorbi (a la ciudad y al mundo en el latín ronzalesco). 49 7| divertirse en este pícaro mundo. Aunque pasaba la vida propalando 50 7| irrupción de Bárbaros, el mundo se pudriría de un día a 51 7| prueba de bomba; del gran mundo. Pues bien, había empezado 52 7| que había Cármenes en el mundo. Entonces ya no le quedaba 53 7| Mesía, la única persona del mundo que entendía el sentido 54 8| un gran conocimiento del mundo y un pesimismo de buen tono 55 8| ya de las vanidades del mundo, dejaban ir a las niñas 56 8| aquí!, ¡a trabajar todo el mundo! -gritaba Visita chupándose 57 8| atreverse; con la finura del mundo y la miraba con la indiferencia 58 8| esto es una injusticia; el mundo no debía ser así. Y no es 59 9| ella, aunque digna de otro mundo, nada más que una señora 60 9| experiencia de hombre de mundo, y en su arte de Tenorio, 61 9| demás ideas respecto del mundo y la manera de explotarlo. 62 10| sí, y estarían al fin del mundo a estas horas. Y si Redondo 63 10| corría solitaria por el mundo a abismarse en la vejez, 64 11| además, era un clérigo de mundo; recibía y devolvía muchas 65 11| y pulcritud que ante el mundo lucía el Magistral, desaparecía 66 11| visto.~ ~ -¿Quién?~ ~ -¡El mundo entero! -gritó don Santos 67 11| enemigo el Provisor -. ¡El mundo entero...! Yo..., yo... ¡ 68 11| es cierto lo que dice el mundo entero: que, contra las 69 11| suceso tan esperado por el mundo católico, la definición 70 11| tú eres un papanatas; el mundo está perdido: por eso todos 71 11| la iglesia y otro en el mundo; estas señoras son las que 72 11| también, arrogante, hombre de mundo; tenía el prestigio del 73 11| bonus, yo soy lo que dice el mundo, lo que dicen mis detractores».~ ~ 74 12| mucho. Era un médico de mundo, un doctor de buen trato 75 12| de mis primos no ven el mundo. A los diez o los once van 76 12| dar una satisfacción al mundo, a la opinión pública, desde 77 12| agujero. Esta manera de ver el mundo es muy graciosa, mi señor 78 12| Pues eso. Las niñas ven el mundo, dentro de la redoma, pero 79 12| contraria, el demonio o el mundo; pero, como es natural, 80 12| entre dos alcantarillas. ¿El mundo está perdido? Pues vámonos 81 12| del miedo a la opinión del mundo. La mayor de aquellas dos 82 12| alborotaban aturdiendo al mundo, jilgueros y canarios, que, 83 12| todas las desdichas del mundo, al menos las que él había 84 12| público! La salvación del mundo sería un hecho».~ ~ El empeño 85 12| víctimas del vicio en el otro mundo. Aquella moral utilitaria 86 12| reservas! ¿Qué tenía que ver el mundo, el ancho, el hermoso mundo 87 12| mundo, el ancho, el hermoso mundo con todo eso? ¿Sabía aquel 88 12| pisar los palacios del gran mundo..., o sus sucedáneos. De 89 13| tentaciones que asedian en el mundo a una buena madre y fiel 90 13| manera más desgraciada del mundo. Daba tristeza verle divertirse, 91 13| Mourelo, a fuer de canónigo de mundo, ocultó una vez más sus 92 13| en cara ningún hombre de mundo. Ana hablaba de los hombres 93 13| hablaba de los hombres de mundo por lo que había leído en 94 13| con la mayor cortesía del mundo ponía en duda las afirmaciones 95 13| hablado como con nadie en el mundo con aquel hombre que le 96 13| inocente, podía leerla el mundo entero; sin embargo, era 97 13| frases - los placeres del mundo pueden ser, para un alma 98 13| figura más ridícula del mundo, con plena conciencia de 99 13| indudablemente había venido al mundo para empresas más altas 100 14| las carreteras.~ ~ «-¡El mundo, la locura, los arrojaba 101 14| convenía que la conociese el mundo. Y ahora, ¿por qué no se 102 15| conozco... y conozco el mundo... y sé tenerlo todo en 103 15| predicas, tú alucinas al mundo con tus buenas palabras 104 15| Provisor de Vetusta. El mundo era de su hijo, porque él 105 15| artillero de las trampas del mundo, de las doncellas falsas, 106 15| los teatros, allá por el mundo adelante. «-Yo te pediré 107 15| estaba dispuesta a dominar el mundo, no podía con su marido. « 108 15| palabra de los intereses del mundo, y al poco tiempo llegó 109 15| aquello no era amor. El mundo entero, y su madre con todo 110 15| y su madre con todo el mundo, pensaban groseramente al 111 15| Le faltaba compañía en el mundo; era indudable».~ ~ De una 112 15| sin alentar, olvidado del mundo entero menos de aquel don 113 15| si no hubiera sueño en el mundo. A él se le cerraban los 114 16| como si fuesen ruinas de un mundo. La insignificancia de aquellos 115 16| eran los placeres de este mundo? ¿Qué la gloria, la riqueza, 116 16| era cosa sólida. En este mundo no había que buscar la felicidad, 117 16| era también un símbolo del mundo; las cosas grandes, las 118 16| tan triste y desabrido el mundo... Y sólo por medio de una 119 16| Vetusta se ahogaba; tal vez el mundo entero no fuese tan insoportable 120 16| lo menos; parecía que el mundo se iba a acabar aquel día, 121 16| la manera más molesta del mundo, maniático, insustancial; 122 16| plásticas de objetos del mundo, amables, llenas de vida 123 16| se reunían los hombres de mundo (en Vetusta el mundo se 124 16| de mundo (en Vetusta el mundo se andaba pronto) presididos 125 16| creían que un hombre de mundo no puede vivir sin querida, 126 16| elegancia, sans façon y mundo con los de Mesía. Pero a 127 16| error~ ~ ~ ~que haya en el mundo quien crea~ ~ ~ ~que el 128 16| cuando éramos dueños del mundo -esto ya lo decía más alto 129 16| Se equivocó el hombre de mundo; creyó que la emoción acusada 130 17| Vetusta los beatos y todo el mundo devoto consideraban el teatro 131 17| usted. A usted solo en el mundo he abierto mi corazón, usted 132 17| y negarse al trato del mundo? Dios nos libre, Anita, 133 17| acordarse de que había en el mundo maridos, ni días, ni noches, 134 17| Estaba prohibido a todo el mundo, incluso al dueño del bosque, 135 18| habían dado la vuelta al mundo para desgarrarse en Corfín 136 18| señorial, pero se murmuraba del mundo entero, se inventaban calumnias 137 18| complicada empresa de salvar el mundo en Jesús y por Jesús; pues 138 18| las mejores maneras del mundo, pedía los cuartos en un 139 18| arruina también, y lo sabe el mundo y esto es en desprestigio 140 19| que todo es farsa en este mundo. ¡Como decir que estás peor 141 19| no, no estaba sola en el mundo, su Quintanar era suyo». 142 19| mejor que me abandona el mundo, que me quedo sola, sola..., 143 19| todas las enfermedades del mundo, que seguía a la parte facultativa 144 19| sentía como aislada del mundo, abandonada sin remedio, 145 19| idea: «Estoy sola en el mundo». Y el mundo era plomizo, 146 19| sola en el mundo». Y el mundo era plomizo, amarillento 147 19| horas, según los días; el mundo era un rumor triste, lejano, 148 19| las olas rencorosas; el mundo era una contradanza del 149 19| amaba a nadie. Así era el mundo y ella estaba sola». Miró 150 19| podía; se parecía más al mundo que a ella, era más del 151 19| que a ella, era más del mundo que de ella». «Yo soy mi 152 19| de la realidad triste del mundo! ¡Había infierno! Era así..., 153 19| sus culpas, y el que el mundo solía tener y con el cual 154 19| de San Blas rodeada del mundo, agasajada, y a su lado 155 19| ya no le importaban en el mundo más negocios que los de 156 19| hablaba de lo que era el mundo, de lo que era la sociedad, 157 19| sentidos, el demonio, el mundo y la carne; el buen tiempo 158 19| tal vez ya busca en el mundo quien la comprenda y pueda 159 19| extremos, a ser como todo el mundo, insistió en seguir a las 160 19| Dividía el tiempo entre el mundo y la iglesia: ni más ni 161 19| a veces uno y otro en el mundo y uno y otro en el templo; 162 19| perezosas transacciones con el mundo pasaba por la memoria de 163 20| altas regiones. Él en este mundo era principalmente un altruista, 164 20| Bastante he trabajado en este mundo. ¡Peor sería eso que dicen 165 20| entender que estaba perdido el mundo.~ ~ Aburrido de tanta superficialidad 166 20| diría Ronzal, qué diría el mundo entero!~ ~ »Dirían que un 167 20| la superficie para que el mundo se entere.~ ~ -¡Bravo!, ¡ 168 20| arriba; pues sabe que en el mundo civilizado ya nadie habla 169 20| era inmortal: había otro mundo, además de las Américas; 170 20| además de las Américas; otro mundo mejor al cual iban las almas 171 20| quería don Frutos ir a ese mundo mejor con el recuerdo de 172 20| inexperto y procaz, que por el mundo han pasado muchas religiones 173 20| dudaba ya si las leyes del mundo seguían siendo las mismas. 174 20| parece que no está en este mundo... ¡Oh, maldita Regenta! ¡ 175 21| a resucitar, ¡pero a qué mundo tan diferente! ¡Cuán otra 176 21| apelmazada. Pasmábase de que el mundo entero no estuviese convertido, 177 21| en el último rincón del mundo; antes la hubiera escrito 178 21| que le hacía olvidar el mundo entero, su ambición de clérigo, 179 21| la Bola, que mantenía un mundo verde sobre su mano amarilla. 180 21| vergüenza; se ha puesto el mundo por montera.~ ~ -Debe de 181 21| lástima. Los unos negando el mundo, los otros volatilizándolo, 182 21| leyera aquella carta. «El mundo sin una amistad como la 183 21| rozarse otra vez con el mundo, se debía a la convalecencia 184 21| como a todas las cosas del mundo.~ ~ Encerrada en su alcoba 185 21| voluptuosidad dúctil de imaginar el mundo anegado en la esencia divina, 186 21| los balcones y predicar al mundo, mostrándole la verdad que 187 21| de Ana era optimista. El mundo era bueno, Dios se recreaba 188 21| Pensaba en las armonías del mundo y veía que todo era bueno, 189 21| razón tenía, es claro; el mundo, bien mirado, era un montón 190 21| pero en tesis general, el mundo estaba perdido. Y además, 191 21| No sospechaba que en el mundo, en el pícaro mundo se podía 192 21| en el mundo, en el pícaro mundo se podía gozar así. A los 193 21| señora inocente, joven, sin mundo, venía a mostrarle un universo 194 21| como héroes, echando al mundo la culpa de sus males, y 195 21| entregada a las vanidades del mundo, a pesar de ser hija de 196 21| baños. «¡Claro!, todo el mundo se estaba bañando». Aunque 197 21| espiritual. Era en efecto el mundo una laceria, como decía 198 21| dos son cinco, que en el mundo nunca hay motivo para estar 199 21| regatas, sin nada de este mundo. ¡Oh, si no fuera por sus 200 22| Rosa Carraspique en el mundo, sor Teresa en el convento, 201 22| Ana, Ana y nada más en el mundo! Ella también está sola, 202 22| eso amaba. Lo demás del mundo no existía. «Y ahora don 203 22| abandonado, pronto olvidado del mundo entero; estaba a flor de 204 23| al cielo..., empapando el mundo de música retozona. Decía 205 23| divina prueba de cariño, el mundo entero se alegraba y se 206 23| que Dios había venido al mundo; el motivo para estar contentos 207 23| momento, entre el templo y el mundo; la naturaleza entraba a 208 23| mandando empadronar a todo el mundo. Fue cosa de César Augusto, 209 23| crónicas del pequeñísimo gran mundo de Vetusta, estaba allí, 210 23| ninguna... ¿Qué dirá el mundo si sabe que yo vengo aquí... 211 23| después de alborotar el mundo. Las luces se apagaban...~ ~ 212 23| seguiría ciega al fin del mundo; sabía que entre él y Santa 213 23| la única persona de este mundo que tenía derecho a las 214 23| María hubiese venido al mundo exclusivamente para ellas 215 23| mal cortada, recibía a su mundo devoto como si estuviese 216 23| hombre, tú eres mujer, el mundo juzga con la malicia... 217 23| usted si hacía falta... El mundo entero le calumnia, le persigue... 218 23| persigue... y yo aborrezco al mundo entero y me arrojo a los 219 24| todos los confesores del mundo. Ya no estábamos en el Paraguay: ¡ 220 24| jesuitas y padres descalzos del mundo.~ ~ -¡Magnífico! ¡Magnífico!~ ~ - 221 24| su reino no era de este mundo, y que Ronzal había hecho 222 24| fuera un viaje alrededor del mundo.~ ~ Después del rigodón 223 24| navegación por los mares del gran mundo. Pero poco a poco se acostumbra 224 24| justificar a los ojos del mundo unas relaciones con doña 225 25| inventado obispos viejos: el mundo, el mundo era el que le 226 25| obispos viejos: el mundo, el mundo era el que le daba aquella 227 25| valía algo en la vida, el mundo entero, infinito, de la 228 25| Don Víctor atronaba el mundo a martillazos. Construía 229 25| estaría empezar a querer en el mundo cerca de los treinta años... ¡ 230 25| ofrecía la mejor ocasión. El mundo, después de resucitar Nuestro 231 25| reconocer lo poco que vale el mundo. Todo parecía que iba a 232 25| llorando por las penas del mundo, amar entre lágrimas...» 233 25| frialdad, la influencia del mundo necio, circunspecto, mirado...; 234 26| del Boulevard, aquel gran mundo del andrajo, con sus hedores 235 26| peligro o se fuera al otro mundo. Esto último era lo más 236 26| ejemplo a la ciudad y al mundo...~ ~ -Pero Quintanar... 237 26| del cielo y se inundara el mundo para evitar el trance de 238 27| porque si lo supiera el mundo me llamaría cursilona, literata... 239 27| Pero ello era que el mundo parecía alegrarse, que la 240 27| humanas, el contento de este mundo..., el olvido de las tristezas 241 27| ninguna carrera de este mundo. Para comer mal siempre 242 28| merecido tenía todo aquello; el mundo era como el confesonario 243 28| también, como lo merecía el mundo entero, que era un lodazal... ¡ 244 28| relámpagos debían quemar el mundo entero si se quería hacer 245 28| maridos y Magistrales en el mundo. Se sentía caer en un abismo 246 28| condenaban; claro que había en el mundo mujeres, virtuosas como 247 28| indigna de un marido «de mundo» regalarle ligas a su señora. 248 28| hasta los conocidos, el mundo entero.~ ~ Si Mesía le preguntaba 249 28| Obdulia sabían que todo el mundo era patria: «¡pero como 250 29| Álvaro, por nada de este mundo daría yo un disgusto a mi 251 29| cavilaciones, a su desprecio del mundo, buscaría consuelo en la 252 29| aplastaba de repente... ardía el mundo. Y como si esto en vez de 253 29| sus furores delante del mundo, y de doña Paula singularmente.~ ~ 254 29| miserable, que él era en el mundo lo único digno de lástima. 255 29| Quién le tenía sujeto? El mundo entero... Veinte siglos 256 29| toda la civilización, un mundo de plomo, yacían sobre él, 257 29| lástima le podía tener el mundo, ni su madre que creía adorarle, 258 29| quema, vocifera, anuncia al mundo tu venganza, despídete de 259 29| tu pícara suerte, es el mundo miserable que te parecía 260 29| espada. Los había en el mundo también. ¡Pero qué feos 261 29| deshonra, no pensaba ya en el mundo, en el ridículo que sobre 262 29| violencia; lo exigía así el mundo, las ideas del honor; él 263 29| no saldré aunque mate al mundo entero; aunque haga pedazos 264 29| como si no hubiera en el mundo penas, ni amigos que se 265 29| era comparada con el ancho mundo? Nada; un punto. Y todas 266 29| tristeza era universal; todo el mundo era podredumbre; el ser 267 29| mentían como bellacas; el mundo no era lo que ellas decían: 268 30| persona que me quiere en el mundo... y es egoísta!»~ ~ Se 269 30| las siete. Las leyes del mundo, ¡qué farsa! Don Víctor 270 30| cobarde; temía a su madre, al mundo, a la justicia... Temía 271 30| corazón subía, mataba. Y si el mundo, si los necios vetustenses, 272 30| hipócrita, lascivo, engañando al mundo entero. «Sí, sí -decía -, 273 30| Su hijo era lo mejor del mundo. Era pecado enamorarse de 274 30| Lo que importa es que el mundo sabe...! ¡Desgraciado Quintanar! ¡ 275 30| ánimo por la mañana.~ ~ «El mundo sabe», había dicho don Víctor, 276 30| pero yo no he dicho que el mundo supiera..., yo no soy el 277 30| supiera..., yo no soy el mundo; soy un confesor.~ ~ -¿Pero 278 30| aquí es mi honra, no que el mundo sepa o ignore... De todas 279 30| es esto?, ¿esto más? ¿El mundo dice...? ¿Vetusta entera 280 30| las cosas como las mira el mundo, aquello pedía sangre; es 281 30| gentes con lo que llama el mundo decoro, era necesario, según 282 30| esclarecidos que eran asombro del mundo y se veían cantados y alabados 283 30| muerte acto continuo; el mundo lo sabe todo, Vetusta entera 284 30| pintó el desprecio que el mundo arroja sobre el marido que 285 30| hombre más despreciable del mundo si no hacía una que fuese 286 30| aunque la tenga a los del mundo... Evite usted que ese hombre 287 30| tiempo como a cosa del otro mundo... «¡Qué fácil era asesinar 288 30| Álvaro! Y que ardiera el mundo. Que se asustara Ana, que 289 30| conciencia de sí mismo ni del mundo ambiente, tropezando en 290 30| con seguirle al fin del mundo y llamarle cobarde en los 291 30| metiendo ropa blanca en un mundo y suspendió la tarea.~ ~ - 292 30| orden y la consistencia del mundo; aunque fuera para volver 293 30| interior, conversación con el mundo, con la primavera que empieza 294 30| que se enterase todo el mundo.~ ~ -¿Se acuerdan ustedes 295 30| aquel acuerdo cruel del gran mundo. Pero el pobre don Cayetano 296 30| convaleciente, volvió a pensar en el mundo que la rodeaba, en los años 297 30| ir tirando.~ ~ Y el gran mundo echaba por los dedos la 298 30| quien había calumniado el mundo por culpa de ella y a quien