Cap.

  1      1|            como el recuerdo de una mujer que fue muy querida, que
  2      1|      aturdido que él en cuanto una mujer quería marearle con una
  3      1|          Vetusta lo sabía, era una mujer despreocupada, tal vez demasiado;
  4      1|           clase de presas. Aquella mujer le crispaba los nervios
  5      1|         que figuraba formas de una mujer exageradamente dotada por
  6      1|        colores, dio un codazo a su mujer para que entendiera que
  7      1|      Infanzón dio un pellizco a su mujer; se puso muy colorado y
  8      2|          dos pasiones mundanas: la mujer y la escopeta. A la última
  9      2|            exigencias del sexo. La mujer era el sujeto poético, como
 10      2|        pasión desinteresada por la mujer, diríase mejor, por la señora.
 11      2|          del servicio activo. A su mujer se la siguió llamando la
 12      2|           usted conozca bien a esa mujer, psicológicamente, como
 13      2|     pedantes de ahora; es una gran mujer, un ángel de bondad como
 14      2|           El lugareño creyó que su mujer se había vuelto loca.~ ~ «
 15      2|           profana usted!~ ~ -¡Pero mujer, pero Carolina!~ ~ -¡Oh!,
 16      2|         protesta disparatada de su mujer.~ ~ -¡Churrigueresco! -repitió -; ¡
 17      3|       veces entrar allí.~ ~ «-¡Qué mujer esta Anita!~ ~ »Era limpia,
 18      3|        orden, nada que revele a la mujer elegante. La piel de tigre, ¿
 19      3|        buen gusto. La alcoba es la mujer como el estilo es el hombre.
 20      3|     conservado desde la niñez. Una mujer seca, delgada, fría, ceremoniosa,
 21      3|             Ca!~ ~ -Somos marido y mujer -decía él.~ ~ -¡Yo soy una
 22      3|      regalo de Frígilis.~ ~ «Si mi mujer supiera que sólo puedo disponer
 23      3|       hombro. Si se quedaba con su mujer, adiós cacería... Y Frígilis
 24      3|      médico de su honra.~ ~ -Si mi mujer -decía a Frígilis - fuese
 25      3|           supuesto adulterio de su mujer. Si llegara el caso, que
 26      3|       tribunales y procurar que su mujer vaya a un convento.~ ~ -¡
 27      4|           había dicho:~ ~ «-Es una mujer ilustrada, aunque española;
 28      4|            naturalmente malo, y la mujer lo mismo».~ ~ Otros negaban
 29      4|            mal disimulada, de esta mujer, se afiló la malicia de
 30      4|           mundo; si tenían hijos y mujer, no los presentaban ni hablaban
 31      4|       pelado la emancipación de la mujer y aplaudía cada vez que
 32      4|           en que habla mucho de la mujer en general; pero los amigotes
 33      4|          niña ya puede gustar como mujer, no llamaba la atención;
 34      4|       Anita iba a transformarse en mujer cuando parecía muy lejos
 35      4|            madre. Su alma se hacía mujer en aquel momento.~ ~ Por
 36      4|          se estaba convirtiendo en mujer. El Avemaría y la Salve
 37      5|         ninguna literata que fuese mujer de bien.~ ~ Lo mismo opinó
 38      5|            descubierto.~ ~ -En una mujer hermosa es imperdonable
 39      5|           mí no me gustaría que mi mujer tuviese más talento que
 40      5|                Yo no quiero que mi mujer se ponga los pantalones -
 41      5|             Decía que Anita es una mujer de primer orden. ¿Ve usted
 42      5|            era suficiente para una mujer honrada en el mundo, no
 43      5|         Vetusta y a casarse con la mujer más guapa de Vetusta. Vio
 44      6|        para sus necesidades; tiene mujer y cinco hijos; se ayuda
 45      6|   inspiraba la Regenta.~ ~ -Es una mujer hermosa, hermosísima; si
 46      6|          me apuran diré que es una mujer superior -si hay mujeres
 47      6|      mujeres así -, pero al fin es mujer, et nihil humani...~ ~ No
 48      7|            para dar hechizos a una mujer. Aquella pechera, aquel
 49      7|           metralla: ¡infeliz de la mujer a quien apuntara aquel asesino
 50      7|            tragó saliva.~ ~ -Es la mujer X -dijo sin poder contenerse -. ¿
 51      7|       panegíricos novelescos de la mujer caída. Creía en el buen
 52      7|         casarme pronto para que mi mujer no llegue a mis brazos hecha
 53      7|            puro. Se trataba de una mujer casada, es verdad; pero
 54      7|        Vetusta de estas cosas? Tan mujer era la Regenta como las
 55      7|           la virtud absoluta de la mujer; en esto pensaba que consistía
 56      7|     natural vanidad que lleva a la mujer a creerse querida de veras,
 57      7|           Y además, no creía en la mujer fuerte. ¡Señor, si hasta
 58      7|          hasta la Biblia lo dice! ¿Mujer fuerte? ¿Quién la hallará?»~ ~
 59      7|     Regenta en corresponderle. Una mujer casada, peca menos que una
 60      7|              Una hermosa cabeza de mujer, cubierta con un gorro blanco
 61      8|         tinieblas, oyó un grito de mujer -estaba seguro - y sintió
 62      8|         por todo. Eran cosas de su mujer.~ ~ «Si no había podido
 63      8|           de hierro. Él amaba a la mujer, a todas las mujeres, pero
 64      8|            destino. La cocina y la mujer son términos antitéticos,
 65      8|           frase a la cocina y a la mujer. Lo que pensaba todo Vetusta
 66      8|         allí? Poco tiempo tenía la mujer del empleado del Banco para
 67      8|            en el rostro de aquella mujer una amargura que revelaban
 68      8|            la noche en que aquella mujer saltaba por un balcón, llena
 69      8| conferencia había cambiado aquella mujer?~ ~ Todo esto pensó en un
 70      9|       datos, necesitaba conocer la mujer».~ ~ Al recordar esto sintió
 71      9|         hecho en el molino aquella mujer?» Este pensamiento baladí,
 72      9|            mirada que no era ya la mujer distraída de aquella tarde.
 73      9|         solía afirmar Ronzal -; la mujer es así urbicesorbi (en todas
 74      9|            conferencias. Cuando la mujer se convencía de que no había
 75      9|            muy abiertos:~ ~ «-¡Qué mujer aquélla!» -y suspiraba.
 76      9|               y suspiraba. Aquella mujer nunca había sido una vetustense.
 77      9|         mañana va a comulgar! ¿Qué mujer es ésta? ¡Una hermosísima
 78      9|          es ésta? ¡Una hermosísima mujer!» -añadió el materialista
 79     10|          pasión que halagaría a la mujer más presuntuosa. ¿Era esto
 80     10|          de hacer sino cavilar una mujer como ella? ¿En qué se había
 81     10|           aquella loca, de aquella mujer sin madre, sin hijos, sin
 82     10|         pensaría Quintanar que una mujer es de hierro y puede resistir,
 83     10|            más a Frígilis que a su mujer. ¿Y quién era Frígilis?
 84     10|          huía; veintisiete años de mujer eran la puerta de la vejez
 85     10|          dirigió al gabinete de su mujer. Ana se le arrojó a los
 86     10|               Qué diablos tenía su mujer?»~ ~ -Pero, hija, ¿qué te
 87     10|            beso en la frente de su mujer.~ ~ Entró en su despacho.
 88     10|      enfermo; él quería mucho a su mujer, pero a los nervios los
 89     10|      consultar seriamente lo de su mujer.~ ~ Pronto descansaban todos
 90     11|            confesonario...!» «¿Qué mujer era aquélla? ¿Había en Vetusta
 91     11|          todo género. Sabía que la mujer devota, cuando no es muy
 92     11|        sucias o si maltrataba a su mujer, con otros secretos más
 93     11|        estaba pensando que aquella mujer podría serle útil, no sabía
 94     11|            puerta por completo una mujer tan alta casi como el Magistral
 95     11|       nadie sabría nada de aquella mujer. La nariz, la boca y la
 96     11|                 Aquélla era una... mujer perdida.~ ~ -Pero te engañó, ¿
 97     11|           en la omnipotencia de la mujer. Ella era buen ejemplo.
 98     11|   explicando religión. «Pero a una mujer otra mujer», pensaba el
 99     11|              Pero a una mujer otra mujer», pensaba el tornillo. «
100     11|       creía en la influencia de la mujer, pero no se fiaba de su
101     11|           perseverancia de aquella mujer, sin su voluntad de acero
102     12|           dominaba por completo su mujer, fanática ardentísima, que
103     12|             Desde entonces aquella mujer de hierro había dominado
104     12|     Misterios que se refieren a la Mujer sine labe concepta. De memoria
105     13|          hechas inveteradas, si la mujer puede servir a Dios lo mismo
106     13|            modo se le quitará a mi mujer la idea empecatada de ir
107     13|           todo el día. Además, era mujer de tal despacho que su ajuar
108     13|      irrevocables de distraer a su mujer...~ ~ -Mi programa es éste.~ ~
109     13|         mucha influencia sobre una mujer, la prohibía confesarse. «
110     13|           vergonzosas, secretos de mujer que Mesía saboreaba y apuntaba
111     13|       infinito» al asegurar que la mujer busca en el clérigo el placer
112     13|    pretenda seducir a esta hermosa mujer, desocupada, en la flor
113     13|       rodilla de la Regenta, de la mujer que deseaba -¿cuándo se
114     13|           de que la Regenta no era mujer que se alegrase en tales
115     13|    llevaban los demonios. «Aquella mujer era una... tal..., y lo
116     13|          era singularmente aquella mujer! ¿Para qué amarlas? ¿Para
117     13|         Quería decirse que aquella mujer le interesaba más de veras
118     14|         Unas veces era un talle de mujer; otras, una mano enorme;
119     14|           De Pas vio una figura de mujer que se apretaba a las rejas
120     14|          La cabeza de la sombra de mujer desapareció un momento;
121     15|           Madre!~ ~ -¡Por una mala mujer!~ ~ -¡Señora!~ ~ -Cien veces,
122     15|        Está usted insultando a una mujer honrada, inocente, virtuosa;
123     15|     echaban fuego ahora, y aquella mujer cortada a hachazos parecía
124     15|         corral. La codicia la hizo mujer antes de tiempo; tenía una
125     15|           muy fantástico, según su mujer. Le gustaba contar sus hazañas,
126     15|           sinceras por parte de su mujer. La manía de dar al fiado
127     15|           parcería y se fue con su mujer y su hijo a su pueblo, a
128     15|            sacrificios que aquella mujer fuerte había emprendido
129     15|          recompensa para Juana, la mujer de Froilán. Zapico oyó la
130     15|            hecho un almíbar con su mujer.~ ~ «Gordas las tragas,
131     16|            querer por entero a una mujer. Ella era también como aquel
132     16|            explicaba aquello. ¡Qué mujer era Ana! Ella estaba segura
133     16|          la tonta, la literata, la mujer superior, la platónica...
134     16|      propósito. He notado que esta mujer enfrente de la naturaleza,
135     16|            y se había dicho: «Esta mujer me está midiendo; me está
136     16|           a su don Víctor como una mujer debe amar al hombre que
137     16|          ciertas menudencias a una mujer como Anita.~ ~ La Regenta
138     16|         del Casino, encontrar a su mujer conversando alegremente
139     16|           Quintanar de llevar a su mujer a todas partes. Se discutía
140     16|          poco trato, su orgullo de mujer intachable, le hacen ser
141     16|             no creían en virtud de mujer nacida -salvo don Frutos,
142     16|          le hubiera hecho ir si su mujer fuera otra. En general don
143     16|           el corazón, de que si mi mujer (hipótesis absurda) me faltase...,
144     17|    derechos tenía él sobre aquella mujer? Ninguno. ¿Cómo dominarla
145     17|        costumbres y carácter de la mujer de su tiempo han recargado
146     17|              porque hablaban de la mujer del confesonario, la que
147     17|  partículas del corazón de aquella mujer, exaltada al hablar de sus
148     17|        digno de ella, digno de una mujer honrada, Ana. Si dejamos
149     17|      llamaría doña Obdulia, de una mujer piadosa, de una... beata,
150     17|        natural que Dios diga a una mujer que pretende amarle: «Hija,
151     17|       Quintanar no preguntó por su mujer; no era esto nuevo en él;
152     17|            media hora después a su mujer con manchas de pólvora en
153     18|     suculentos, que agradaban a su mujer. No era que Anita se los
154     18|         saludable que en semejante mujer tenían que producir las
155     18|       puede adelantar nada. Es una mujer rara..., histérica..., hay
156     18|            a qué hora vencía a una mujer...? ¡Y esta señora le humillaba
157     18|        Madrid sin vencer a aquella mujer? Y aquella mujer parecía
158     18|           aquella mujer? Y aquella mujer parecía ya invencible.~ ~
159     18|             con un camisolín de su mujer, que simulaba bien o mal
160     19|           educado está él... pero, mujer, si ni siquiera viste de
161     19|         Qué sabrá él lo que es una mujer nerviosa, de imaginación
162     19|           saltó a los brazos de su mujer, llenándole de besos la
163     19|            quedaron solos marido y mujer, después de conseguir, no
164     19|            no concilió el sueño su mujer, y entonces y sólo entonces
165     19|            pensaba en su pobrecita mujer, sino en su comodidad, en
166     19|       mismo. Fue a la alcoba de su mujer y se olvidó de repente de
167     19|            pintarle el cuerpo a su mujer con yodo; soplar y limpiar
168     19|           si estaba allí en cuanto mujer devota o en cuanto mujer
169     19|           mujer devota o en cuanto mujer de sociedad.~ ~ Pero ni
170     19|         hora del triunfo.~ ~ -Esta mujer -decía don Álvaro - es peor
171     20|            y de su renta vivía con mujer y cuatro hijas casaderas.~ ~
172     20|            me las den todas.~ ~ Su mujer y cuatro hijas pensaban
173     20|          todo trance, para aquella mujer!» Hasta habló un día don
174     20|       influencia del cura sobre la mujer que le cuenta sus culpas.
175     20|         probaban la flaqueza de la mujer, sea quien sea; otras demostraban
176     20|           a Mesía a los brazos una mujer loca de puro enamorada;
177     20|           muy raras. Además, si la mujer no fuera tan lasciva a ratos,
178     20|           y no quiso hablar con su mujer y sus hijas de la cena,
179     20|         vez.~ ~ -Voy a llamar a mi mujer. ¿Querrá usted decirla adiós,
180     20|         asustó no poco.~ ~ Aquella mujer despertaba en él ahora una
181     20|          sabía él si jamás aquella mujer sería suya?» Su orgullo
182     21|           durante la recaída de su mujer, habían hecho jurar que
183     21|  sacrílegos; habíale hechizado una mujer con malas artes, con un
184     21|            hizo el mal que aquella mujer al clérigo hechizado; sólo
185     21|          que ciñen pantorrillas de mujer a las que el traje largo
186     21|          Mirando estos capullos de mujer, don Fermín recordaba el
187     21|          arriba; tenía el torso de mujer y debajo de la falda ajustada
188     21|         Era la obediencia ciega de mujer hablando; el símbolo del
189     21|    actividad, del sentimiento. Una mujer deslumbrante de hermosura
190     21|       figuraba el misticismo de su mujer como una cefalalgia muy
191     21|         principio sólo notó que su mujer se hacía más comunicativa,
192     21|          era un marmolillo. Y a su mujer y al Magistral el estío
193     21|           gracia le encontraría su mujer a la soledad de Vetusta?
194     22| repugnantes; seguro de que aquella mujer ponía en aquel lazo piadoso
195     22|            de Ana, su inocencia de mujer virtuosa, su piedad sincera,
196     22|            prisa a la criada, a su mujer, a las niñas.~ ~ -Ea, ea...,
197     23|             yo soy hombre, tú eres mujer, el mundo juzga con la malicia...
198     24|             Siendo... son cosas de mujer, señor curioso. El cuerpo
199     24|         carácter. Que lo dijera su mujer, que mal de su grado subía
200     24|          de Foja. «Sí, aludía a su mujer al hablar del Magistral;
201     24|             respondo de traer a mi mujer. Esa no baila, pero hace
202     24|            le había sorprendido su mujer, sin que él lo supiera nunca,
203     24|         animándose al ataque -, mi mujer ya no va para santa; respeto
204     24|       resorte, hacían pensar en la mujer que traían debajo de aquellos
205     24|         cómo diablos dejaste a esa mujer siendo tan hermosa, influyente...
206     24|          la que sujeta a Mesía, la mujer que le tiene enamorado de
207     24|      francamente de amores con una mujer casada («tan atrasada estaba
208     24|       despreciado la pasión de una mujer codiciada por muchos...,
209     24|           que ha gozado esta pobre mujer». ¡Ay, sí, era un abrazo
210     25|           ajeno... ¡Aquello era la mujer!»~ ~ Salió al pasillo y
211     25|           parecía rodear a aquella mujer que encerraba en el breve
212     25|            cedí. Y allí... hay una mujer muy mala...~ ~ -No, no acusemos
213     25|           ni con los ojos. Aquella mujer se quedaba allí. Todo era
214     25|       verdad. Le engañaba; era una mujer. ¡Pero cuál!, ¡la suya!, ¡
215     25|          la quería entera... Es mi mujer..., la mujer de mis entrañas... ¡
216     25|       entera... Es mi mujer..., la mujer de mis entrañas... ¡Y quedaba
217     25|         amo; prueba de ello que su mujer había ido al baile: se había
218     25|        sierra, don Víctor vio a su mujer.~ ~ Se sonrieron en silencio. «
219     25|          de zarzuela, propuso a su mujer, de repente, acceder a la
220     25|         los cuartos de hora de una mujer sólo los encuentra un buen
221     25|            don Víctor llevase a su mujer, serían aguijones del deseo. «¡
222     25|        cuanto más lejos estaba una mujer del vicio, más exagerada
223     26|            perro! ¡Y yo, que tengo mujer y cuatro hijas!»~ ~ Se hizo
224     26|             al verse rodeado de su mujer y de sus hijas, que le echaban
225     26|       destrozar la piel...~ ~ -Esa mujer está loca...~ ~ -¿Pero dónde
226     26|        Quiero decir... Señores, mi mujer está loca... Yo creo que
227     26|              a lo mejor, ¡zas!, mi mujer me viene con la embajada
228     26|     Marqués, no compare usted a mi mujer con Vinagre.~ ~ -No, si
229     26|                  Descalzas!, ¿y mi mujer va a ir descalza? ¡Ira de
230     26|            visto en Zaragoza a una mujer, vestida de nazareno, caminar
231     26|              Sí, escándalo era; la mujer de su casa, la esposa honesta,
232     26|      figuraba ya que llevaban a su mujer al patíbulo.~ ~ El redoble
233     26|         curas de aldea. Además, la mujer casada la pierna quebrada
234     26|      aquello era el entierro de su mujer.~ ~ -Ánimo, don Víctor -
235     27|        sujetó mejor el brazo de su mujer que colgaba del suyo, y
236     27|             quedó decretado que su mujer y él y los criados que quisieran
237     27|        modo que usted opina que mi mujer está curada del todo...? ¿
238     27|       Quintanar, acordándose de su mujer, lleno de remordimientos
239     28|        Papa. Me parece a mí que mi mujer me importa más a mí que
240     28|             he estado ciego..., la mujer siempre es mujer, la más
241     28|                la mujer siempre es mujer, la más pura... es mujer...,
242     28|           mujer, la más pura... es mujer..., y yo fui un majadero
243     28|      ansiedad.~ ~ -¡Una liga de mi mujer! -contestó aquel marido
244     28|          raro.~ ~ -¡Una liga de su mujer!~ ~ El Magistral abrió la
245     28|             una liga que fue de mi mujer, pero que me consta que
246     28|         ex-regente las ligas de su mujer.~ ~ También Quintanar tenía,
247     28|      calcetines.~ ~ Y refirió a su mujer todo lo que les había sucedido,
248     28|          quién le importará más mi mujer, a él o a mí? -repetía a
249     28|          irresistible para aquella mujer que sentía las emociones
250     28|         decir que había sido de su mujer. Le parecía una debilidad
251     28|            salió del Vivero con su mujer y con Petra y se instaló
252     28|          con la vida Quintanar! Su mujer era una joya; la más hermosa
253     28|         fueran todos los suyos, su mujer, sus criados, y los amigos,
254     28|          haber deseado tanto a una mujer ni haber gozado con los
255     28|           un jardín, en otoño, una mujer hermosa, de unos treinta
256     28|        Sobre ellas ningún bulto de mujer. «No podía ser». Con aquella
257     29|        toda costa un disgusto a mi mujer, porque temo que cualquier
258     29|           digo yo... «Sufre que tu mujer oiga insolencias a la que
259     29|        escrúpulos (absurdos en una mujer casada de treinta años,
260     29|            disgustos? Pues Ana, la mujer más hermosa de Vetusta,
261     29|  repugnante de puro ridícula... Su mujer, la Regenta, que era su
262     29|             la Regenta, que era su mujer, su legítima mujer, no ante
263     29|          era su mujer, su legítima mujer, no ante Dios, no ante los
264     29|            su hermana del alma, su mujer, su esposa, su humilde esposa...
265     29|        había deshonrado, como otra mujer cualquiera; y él, que tenía
266     29|            solo; le abandonaban la mujer y el amigo...»~ ~ El dolor,
267     29|         asomada a una ventana, una mujer rubia, como de treinta años,
268     29|         mamar a un niño.~ ~ «Es la mujer del jefe. Viven en este
269     29|            joven; más joven que la mujer de la ventana parecía.~ ~ «
270     30|      espanto que sobrecogería a tu mujer si tú entraras en su alcoba
271     30|            si conviene, dando a tu mujer esa puñalada mortal al entrar
272     30|          despacho del marido de la mujer que le engañaba a él, a
273     30|          Porque me han robado a mi mujer, porque me ha engañado mi
274     30|           porque me ha engañado mi mujer, porque yo había respetado
275     30|       mandarse bajo un sobre a una mujer, por más que la mujer lo
276     30|          una mujer, por más que la mujer lo mereciera todo. No, era
277     30|              Y usted lo sabe? ¿Esa mujer ha divulgado mi deshonra...?
278     30|          buen cristiano a quien su mujer engañaba -, sí, he estado
279     30|          en la traición de aquella mujer pensó en el gran peligro
280     30|        espantaba. No le pareció su mujer a don Víctor, le pareció
281     30|           Víctor, que suponía a su mujer enterada de lo mismo que
282     30|           Álvaro, por culpa de una mujer, había sido retado a singular
283     30|          Víctor había buscado a su mujer ayudado del Magistral. «¡
284     30|            suficiente para ser tan mujer como tantas otras.~ ~ Llegó
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License