Cap.

1      1|         los campaneros levemente turbado, y en seguida sonriente,
2      6| estrechos. La autoridad no había turbado jamás la calma de aquel
3      8|         Mesía, pero no se habían turbado ni escondido como otras
4     13|          él se movían. Él estaba turbado, ella no; iba satisfecha
5     24|  pidiendo mil perdones por haber turbado la fiesta, don Víctor, de
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License