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Alfabética [« »] maderos 1 madona 1 madrastra 1 madre 261 madrejón 1 madres 3 madreselva 3 | Frecuencia [« »] 268 día 267 parecía 266 aquello 261 madre 257 decir 249 desde 247 mal | Clarín (Leopoldo Alas) La Regenta Concordancias madre |
Cap.
1 3| que no había conocido a su madre. Tal vez de esta desgracia 2 3| mayores pecados.~ ~ «Ni madre ni hijos».~ ~ Esta costumbre 3 3| nostalgia del regazo de su madre. Nunca habían oprimido su 4 3| la almohada el seno de su madre soñada y que realmente oía 5 3| en que se insultaba a su madre y a ella, según comprendió 6 3| achacaban a culpas de su madre los pecados que la atribuían 7 3| Recordaba que la llamaban madre de los pobres. Sin ser beata, 8 4| honrada y pobre. Ésta fue la madre de Ana que, al nacer, se 9 4| tener consigo una niña sin madre. Le hablaron de colegios, 10 4| baja decía el aya que «la madre de Anita tal vez antes que 11 4| novelas de entonces era una madre. A los seis años había hecho 12 4| cabeza; era la reina mora; su madre, la madre de Ana que no 13 4| reina mora; su madre, la madre de Ana que no parecía. Todas 14 4| la cabeza podían ser una madre, según la lógica poética 15 4| pronósticos.~ ~ «-¡Como su madre! -decía a las personas de 16 4| explicársela con un beso de madre. María Santísima era la 17 4| María Santísima era la Madre de Dios, en efecto; pero 18 4| podía necesitar Anita. A su madre la había querido mucho, 19 4| influencia de las lágrimas de su madre Santa Mónica. No sabía más. 20 4| pasó, y la pobre niña sin madre sintió dulce corriente que 21 4| como sobre el seno de una madre. Su alma se hacía mujer 22 4| Reina de los Cielos, era una Madre, la de los afligidos. Aunque 23 4| formar una aureola a la Madre de Dios, que tenía en aquella 24 4| con palabras de fuego a su Madre Celestial. Su propia voz 25 5| meticulosa moralidad de su madre, de su infausta...~ ~ -Sí, 26 5| Glocester -; sí señor, su madre era una perdida, corriente; 27 5| hablaría para nada de su madre; esto quedaba prohibido, 28 5| Niño Jesús y de su Santa Madre. En algunos momentos de 29 5| decir, el de tu desgraciada madre, todo, todo ha sido aquí 30 7| parecía superior al hijo de su madre ni por el valor, ni por 31 7| estaba furiosa... Hoy mi madre, para divertirse (ya sabes 32 8| pregunta a Mesía». Era su madre quien había iniciado al 33 8| crianza, según doña Paula, la madre del Provisor, que nunca 34 10| Paquito, que acompañaba a su madre.~ ~ Don Víctor inclinó la 35 10| loca, de aquella mujer sin madre, sin hijos, sin amor, que 36 11| en un mantón viejo de su madre. Cubríale la cabeza un gorro 37 11| seglares otros.~ ~ -Entre su madre y él, puede que no gasten 38 11| joven, chato, favorito de la madre del Provisor, doña Paula. 39 11| codicia ajena, la de su madre. Necesitaba su alma alguna 40 11| Pero mi dinero es de mi madre, y además yo no quiero comprar 41 11| llamaba, para avisar a la madre, que bajaba inmediatamente.~ ~ 42 11| allí era la librea.~ ~ -¿Y madre?~ ~ -Duerme. Se acostó muy 43 11| colectivamente, al Provisor y a su madre. En cuanto al miliciano, 44 11| percha. Era doña Paula, la madre del Provisor. Tenía sesenta 45 11| Fermín hubiera deseado a su madre a cien leguas. No podía 46 11| ruborizarse delante de su madre. «¿Ruborizarse?», sí, sin 47 11| de los nervios. Pero su madre era como era.~ ~ Doña Paula 48 11| de la sotana.~ ~ -Adiós, madre; voy a dar los días al señor 49 11| sospechas. No estaba su madre acostumbrada a que hubiera 50 11| No es loca ni tonta, madre. Es que no sabe de estas 51 11| Magistral calló. Con su madre no disputaba.~ ~ -Ayer tarde 52 11| en la estacada.~ ~ -Pero, madre, tiempo hay; el chico está 53 11| hacer que verla a ella.~ ~ -Madre, es usted injusta.~ ~ -Fermo, 54 11| Yo desprecio la calumnia, madre.~ ~ -Yo no, hijo.~ ~ -¿No 55 11| Cómo ha de ver eso, madre?~ ~ -Bueno, ya me entiendes; 56 11| la cárcel de corona.~ ~ -Madre... está usted exaltada... 57 11| farolón... y un malvado!~ ~ -Madre, usted exagera; ¿cómo un 58 11| diócesis; si...~ ~ -¡Basta, madre, basta, por Dios!~ ~ -Y 59 11| agrade... por culpa tuya.~ ~ -Madre...~ ~ -¿Qué más? Hasta les 60 11| nos tumban.~ ~ -Eso no, madre -gritó el Magistral perdiendo 61 11| a la defensa -. ¡Eso no, madre! Yo los tengo a todos debajo 62 11| engañó, ¿verdad?~ ~ -No, madre; no me engañó; ¿qué sabe 63 11| la adulación.~ ~ «Si mi madre me viera por dentro, no 64 11| caída de Salomón.~ ~ La madre de don Fermín creía en la 65 11| el ansia de dominar; su madre la codicia, el ansia de 66 11| había para qué.~ ~ -Adiós, madre -dijo don Fermín cuando 67 11| Magistral cuando oyó a su madre que decía:~ ~ -¿De modo 68 11| Magistral se había nublado; su madre le había puesto nervioso, 69 11| valía más que todos, pero su madre valía más que él. El instinto 70 11| le libraba de ellas? Su madre. Era su égida. Sí, ella 71 11| injusticia aquella sospecha de su madre. En la virtud de la Regenta 72 11| malhumor repentino. «La madre había hablado de las calumnias 73 11| entonces recordó que su madre era quien le empujaba a 74 11| colores al rostro.~ ~ «Era su madre la que atesoraba; por ella, 75 11| pecados cometidos. Los de su madre, aquellos a que le había 76 11| arrastrado la codicia de su madre eran los que no tenían disculpa, 77 12| quitarle un ojo a su Santa Madre, de mármol, de doble tamaño 78 12| El hijo, ayudado por la madre, continuó la tiranía, y, 79 12| nieve, se le presentó una madre desesperada con su hijo 80 12| sálvamelo! -gritaba la madre, de rodillas, cerrando el 81 12| eres santo! -replicaba la madre con alaridos.~ ~ -¡El cauterio!, ¡ 82 12| milagro...! -repetía la madre.~ ~ La vida de Fortunato 83 12| consagrada a las alabanzas de la Madre de Dios. Sabía mucha teología, 84 12| frente al espejo. Primero su madre tratándole como a un chiquillo, 85 12| Pero no se lo digas a mi madre... Si sabe que dejé el despacho 86 12| intereses y los de su señora madre; con cien nombres de la 87 12| lucro del Provisor, el de su madre, iba agarrado a todo. Nunca 88 12| pero el recuerdo de su madre por un lado, la presencia 89 12| cuentos para engañar a su madre. «Doña Paula podía estar 90 12| millonario para pagar a su madre deudas sagradas y para saciar 91 12| pardos y orgullosos; no tenía madre y hacía la vida de un idolillo 92 12| nacido para aquello; pero su madre codiciosa, la fortuna propia 93 12| a comer. Le esperaba su madre como todos los días.~ ~ 94 13| en el mundo a una buena madre y fiel esposa, que para 95 13| Fermín leía delante de su madre.~ ~ Casi a viva fuerza habían 96 13| sonreído muchas veces a su madre si la hubiera conocido. 97 14| a la Corralada.~ ~ «¡Mi madre!», pensó. No se había acordado 98 14| señora, necesito que mi madre sepa que no como hoy con 99 14| desafiaría el mal humor de su madre? No, no se atrevía; no estaba 100 14| como solían ser las de su madre, de un discurso de moral 101 14| días todo aquel run run, su madre con los oídos llenos de 102 14| casa, se impondría a su madre, le diría que era indecoroso 103 14| qué no has avisado a tu madre?~ ~ -¿De qué?~ ~ -De que 104 14| Páez?~ ~ -¡No, señor! ¡Mi madre... mi madre me trata como 105 14| señor! ¡Mi madre... mi madre me trata como a un niño!~ ~ - 106 14| no subo. ¡Buena estará mi madre! Y yo no estoy para oír 107 14| Espolón.~ ~ Se olvidó de su madre, de Teresina, del cognac, 108 14| había una niña, que hacía de madre. Se trataba del zurriágame 109 14| de todas las fortunas. La madre estaba sentada al pie del 110 14| chiquillos.~ ~ -¡Na...! -decía la madre.~ ~ -Narigudo... -contestó 111 14| arrancarlo del poder de la madre.~ ~ -Señas..., señas... ¿ 112 14| que no es eso... -gritó la madre.~ ~ -¡Que sí es! ¡Bacalao! 113 14| gritó entusiasmada la madre -, ¡castañas de catalunga!~ ~ 114 14| melunga! -volvió a gritar la madre, y los pillos se dispersaron 115 14| acercó a la niña.~ ~ La madre dio un grito de espantada. 116 14| ver si ésos... ¡A la oreja madre!, ¡a la oreja madre! -gritó, 117 14| oreja madre!, ¡a la oreja madre! -gritó, y la bandada de 118 14| seguido la escuela de su madre..., una aldeana que no veía 119 14| borracho...! ¡Si me viera mi madre!» En la pared de la casa 120 15| verle. El hijo subía y la madre no se movía, parecía dispuesta 121 15| viese.~ ~ Reparó que su madre traía parches untados con 122 15| pensó el Provisor. Cuando su madre callaba y se ponía parches 123 15| Le duele la cabeza, madre?~ ~ -Me ha dolido. ¡Teresina!~ ~ - 124 15| tenía servilletero; la de su madre no.~ ~ Teresina, grave, 125 15| preguntó al Provisor su madre.~ ~ -No tengo apetito..., 126 15| contemplaba a su señora madre, que comía de prisa, distraída, 127 15| en el vaso de agua y su madre dijo:~ ~ -Está arriba la 128 15| iré yo por ella.~ ~ -Pero, madre...~ ~ -Déjame.~ ~ Teresina 129 15| maneras, le era antipática. Su madre la mimaba y a los criados 130 15| el primer trueno.~ ~ Su madre, que estaba en pie junto 131 15| eso ha ido.~ ~ -Mal hecho, madre. Yo no soy un chiquillo 132 15| Un hijo no riñe a su madre.~ ~ -Pero la mata a disgustos; 133 15| además de ser vergonzoso. Su madre lo sabía todo de fijo. El 134 15| quieres perderme.~ ~ -¡Madre!, ¡madre!~ ~ -¡Si no hay 135 15| perderme.~ ~ -¡Madre!, ¡madre!~ ~ -¡Si no hay madre que 136 15| madre!~ ~ -¡Si no hay madre que valga! ¿Te has acordado 137 15| Te has acordado de tu madre en todo el día? ¿No la has 138 15| Te importó nada que tu madre se asustara, como era natural? ¿ 139 15| las diez de la noche?~ ~ -¡Madre, madre, por Dios! Yo no 140 15| de la noche?~ ~ -¡Madre, madre, por Dios! Yo no soy un 141 15| a ti no te duele que tu madre se consuma de impaciencia, 142 15| muera de incertidumbre... La madre es un mueble que sirve para 143 15| hacienda, como un perro; tu madre te da su sangre, se arranca 144 15| por una mujerota...~ ~ -¡Madre!~ ~ -¡Por una mala mujer!~ ~ -¡ 145 15| estallarme la frente!~ ~ -¡Madre, por Dios, sosiéguese usted! 146 15| pero yo sí..., yo soy la madre que te parió, ¿sabes?, y 147 15| por el peor camino...~ ~ -Madre..., usted lo ha dicho, es 148 15| Qué Brigadiera..., madre..., qué Brigadiera...! Es 149 15| vida dejándote guiar por tu madre, en estas cosas miserables 150 15| Te fue bien?~ ~ -¡Sí, madre mía, sí!~ ~ -¿Te saqué yo 151 15| de la pobreza?~ ~ -¡Sí, madre del alma!~ ~ -¿No nos dejó 152 15| escapas?~ ~ -Si no hay tal, madre.~ ~ -Sí hay tal, Fermo. 153 15| había allí un hijo y una madre, y no había miedo de que 154 15| adolescencia Fermín, a quien su madre había deseado hacer clérigo. «- 155 15| licenciado cada vez que la madre hablaba de mandar al niño 156 15| dormir a la cabaña de su madre, que a la boca de una mina 157 15| los obreros delante de su madre, no en presencia de Fermín, 158 15| mismo que para él quería su madre: el seminario, la sotana, 159 15| trágicas de la taberna, pero su madre se lo prohibía:~ ~ -Tú a 160 15| había de hacer señor; y su madre allí fuera, manejando inmundicia 161 15| imitar su ejemplo; leía a su madre, con los ojos brillantes 162 15| discreto, tan sagaz como su madre y más amable, más suave 163 15| valía, pero más valía su madre. Ella le había hecho hombre, 164 15| larga conversación con su madre, se encerró en su despacho 165 15| el amor que él tenía a su madre era cosa tierna, grande, 166 15| amor. El mundo entero, y su madre con todo el mundo, pensaban 167 15| bueno y lo que era malo! Su madre le quería mucho, a ella 168 15| Él, aunque viviera con su madre querida, no tenía hogar, 169 15| contemplaba el rostro de su madre, más pálido entonces, algo 170 15| no quiso complacer a su madre bajando a la trastienda, 171 15| ladrones; usted y su madre, señor Provisor... ¡Ladrones!»~ ~ 172 15| les atribuía a él y a su madre la ruina del comercio de 173 17| la sabiduría de Nuestra Madre en muchos ritos, en muchas 174 18| Gran Constantino, al obispo madre, ni había entrado jamás 175 18| poco menos favorecida de la Madre del Amor Hermoso, en el 176 18| preguntaba el Obispo madre, en estilo de novena, cargado 177 18| no sé lo que debo ya a tu madre, Fermín, ¿debe de ser un 178 18| repasaba las cuentas de la Madre del Amor Hermoso, con sus 179 18| tiempo... Yo no he tenido madre, viví como usted sabe... 180 19| verdadero amigo, el padre, la madre, todo». La Marquesa estuvo 181 19| Se ofreció mucho, como su madre, y salió. En el pasillo 182 19| aquello era el padre, la madre, el hermano, la fortaleza 183 19| mostrar los cuidados de una madre, la fidelidad de un perro? 184 19| que de amante, y más de madre que de otra cosa. En aquellos 185 20| que le pagaba bien.~ ~ La madre de don Fermín vivía en perpetua 186 20| secundar los planes de su madre.~ ~ Doña Paula y don Fermín 187 20| comunicárselo. Estaba la madre irritada. «Su hijo la engañaba, 188 20| Argos. Angelina tenía padre, madre, abuela, hermanos; ella 189 20| con la abuela, servía a la madre de devanadera, oía con paciencia 190 20| Cuando el Magistral oyó a su madre que se había gritado: «Muera 191 21| despacho para leer. Cuando su madre le llamó a comer, don Fermín 192 21| que dice nuestra querida Madre y Maestra hablando de sus 193 21| las trampas sórdidas de su madre de que él era ejecutor, 194 21| para la tarde la visita. Su madre le habló, como siempre, 195 21| corteza de pan, mientras su madre narraba las cábalas de Glocester 196 21| se quedaran por allá. Su madre había ido a Matalerejo a 197 22| Solo, estoy solo, ni mi madre me consuela! ¿Qué he de 198 22| se lo pedía con voz de madre cariñosa que ruega al hijo 199 22| la comedia de la segunda madre. A los vetustenses, en general, 200 22| de lágrimas exclamó:~ ~ -¡Madre mía, madre de Dios, ilumina 201 22| exclamó:~ ~ -¡Madre mía, madre de Dios, ilumina a ese desgraciado...!~ ~ 202 23| No entiendo.~ ~ -Mi madre me adora, ya lo sé... pero 203 23| Los demás... no son mi madre. No son nada mío. ¿Qué tiene 204 23| usted es el ingrato... Su madre le querrá más que yo... 205 24| todo lo alto», aunque a su madre no le gustaba, porque era 206 24| porque... para el hijo de su madre los amoríos ya no eran ni 207 25| don Fermín se acordó de su madre; su madre no le había hecho 208 25| se acordó de su madre; su madre no le había hecho nunca 209 25| hecho nunca traición, su madre era suya, era la misma carne; 210 25| refugio, todo era enemigo. «Su madre, su madre del alma». Salió 211 25| era enemigo. «Su madre, su madre del alma». Salió del templo, 212 25| la mesa, alrededor de su madre. «Allí estaba el consuelo 213 25| saliendo de él, para su madre. El deseo de partir el dolor 214 25| Era una crueldad de su madre no adivinar los tormentos 215 25| lástima de mí! Yo no tengo madre... Yo estoy sola...~ ~ « 216 25| Era verdad, no tenía madre como él, estaba más sola 217 25| que como el dolor de una madre no hay otro, y echaba, sin 218 25| suelo junto a la falda de su madre cubierta de harapos, cantaba 219 25| calló, volvió el rostro a su madre y dijo: «¡Madre, dame pan!»~ ~ 220 25| rostro a su madre y dijo: «¡Madre, dame pan!»~ ~ Cantaba un 221 25| volvió su pensamiento a la Madre Dolorosa y se arrojó a las 222 26| desmayaron en compañía de su madre al oír la noticia.~ ~ Las 223 26| Fermín estaba en cama. Su madre, echada a los pies del lecho, 224 26| confesar el señorito.~ ~ Hijo y madre dieron un salto; doña Paula 225 26| Quedaron solos hijo y madre.~ ~ -¿Será una broma de 226 26| se vestía ayudado por su madre, que buscó en el fondo de 227 26| pared y al hombro de su madre para tenerse en pie.~ ~ 228 26| De quién es? -preguntó la madre al ver que Fermín palidecía.~ ~ - 229 26| principio el egoísmo de la madre triunfó y se alegró de aquel 230 26| parar en locura, asustó a la madre que adoraba a su modo al 231 26| absurdos, en milagros de madre, en ir ella misma a buscar 232 26| indiferencia, pero sin que su madre le oyera: «¿Ha habido algún 233 26| leer la carta delante de su madre, aunque ella lo pidiera 234 26| De Pas se acordó de su madre, de los Jesuitas, de Barinaga, 235 26| No, no sería él bobo, su madre tenía razón, había que sacar 236 26| lecho, bajo cristales, su Madre de negro, atravesada por 237 26| sublime. Detrás venía la Madre. Alta, escuálida, de negro, 238 26| muchedumbre, pero no la veía. La Madre de Jesús no miraba a los 239 26| sentía hielo en el alma. «La Madre de Jesús no la miraba, no 240 28| la ropa; la ropa, en su madre.~ ~ «Esta es otra. ¿Qué 241 28| formidable reyerta con su señora madre, ni había visto jamás a 242 28| latigazos hasta llegar a la madre. Este juego inocente daba 243 29| ahora muy buenas amigas. La madre del Provisor conocía la 244 29| en el mantón viejo de su madre; escribía a la luz blanquecina 245 29| que solía.~ ~ -¿Qué hay, madre?~ ~ -Está ahí esa Petra, 246 29| se puso del color de su madre, y en pie como por máquina:~ ~ - 247 29| una mirada de compasión de madre.~ ~ -Entra... -dijo a Petra 248 29| y pensaba además que su madre al meterle por la cabeza 249 29| podía tener el mundo, ni su madre que creía adorarle, podía 250 29| se estuviera muriendo, su madre estaría a sus pies mesándose 251 29| peor que condenarse... su madre no tenía llanto, abrazos, 252 30| fiebre, había llamado a su madre asustado y como no podía 253 30| era un cobarde; temía a su madre, al mundo, a la justicia... 254 30| necios vetustenses, y su madre y el obispo y el papa, preguntaban ¿ 255 30| preocupaba al hijo y a la madre.~ ~ «No se podía hablar 256 30| solas», pensaba ella.~ ~ La madre lo sabía todo. Había comprado 257 30| Álvaro! El orgullo de la madre daba brincos de cólera dentro 258 30| conversión gloriosa, su madre le admiraba con nuevo fervor 259 30| Como si las ideas de la madre se hubiesen filtrado por 260 30| Y salió.~ ~ «Si mi madre me sale al paso le diré 261 30| consentirá el hijo de mi madre.~ ~ -Sin embargo -decía