Cap.

1      4|      que en París una dama le quemaba la cara con vitriolo a su
2     16|       Aunque la curiosidad le quemaba las entrañas, aguantaba
3     19| sacerdote vibraba, su aliento quemaba, y Ana creyó oír sollozos
4     30|        Pero aquella sotana le quemaba el cuerpo. La idea de maníaco
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