Cap.

  1      1|            perfumado de su amiguita Obdulia Fandiño, viuda de Pomares. ¡
  2      1|            sobre. -De parte de doña Obdulia -había dicho el criado.
  3      1|         Visitación Olías de Cuervo, Obdulia le había tocado con una
  4      1|         ocio, se fue a casa de doña Obdulia.~ ~ Tal era el personaje
  5      1|            don Saturno; reconoció a Obdulia y se inclinó sonriente;
  6      1|            Pronto las carcajadas de Obdulia Fandiño, frescas, perladas,
  7      1|             del pañuelo, el olor de Obdulia con que el sabio soñaba
  8      1|            clase de tentaciones.~ ~ Obdulia, que disimulaba mal su aburrimiento
  9      1|          desacreditan la religión». Obdulia ostentaba una capota de
 10      1|      repetía aquellas admiraciones, Obdulia se miraba como podía, en
 11      1|            el suelo; después miró a Obdulia con mirada seria, penetrante,
 12      1|             está! -dijo desde lejos Obdulia, mientras los lugareños
 13      1|      recortar la coraza de fuego de Obdulia. La falda de raso, que no
 14      1|       confundía, siendo la falda de Obdulia la causa de tales confusiones,
 15      1|          color bronce, que enseñaba Obdulia debajo de la falda corta
 16      1|            Bermúdez, y en pos de él Obdulia, se perdieron de vista en
 17      1|       fósforo, señor Infanzón -dijo Obdulia.~ ~ -No tengo... aquí. Pero
 18      1|       copiaremos a la letra, cuando Obdulia le interrumpió diciendo:~ ~ -¡
 19      1|           después de tranquilizar a Obdulia con un apretón enérgico,
 20      1|          poder contenerse, mientras Obdulia felicitaba a Bermúdez con
 21      2|         aquella tarde. La visita de Obdulia a la catedral había despertado
 22      2|             la señora. Aquel olor a Obdulia, que ya nadie notaba, sentíalo
 23      2|       ocasión de conocer bien a esa Obdulia, a quien antes apenas saludaba
 24      2|            ganas.~ ~ La historia de Obdulia Fandiño profanó el recinto
 25      2|           el Magistral, confesor de Obdulia; parecía buscar su testimonio.~ ~
 26      2|            de la vida y milagros de Obdulia Fandiño, Glocester, sonriendo,
 27      2|       marchaba. Ya no se hablaba de Obdulia, ni de su prima la de Madrid,
 28      2|             el pañuelo perfumado de Obdulia, porque el suyo estaba empapado
 29      2|            hablaba ni palabra; y si Obdulia y Bermúdez hubieran estado
 30      2|          consiguió en cuanto quiso. Obdulia soltó al aire una carcajada,
 31      2|                   Rococó! -concluyó Obdulia.~ ~ En aquel momento el
 32      3|             del pabellón blanco.~ ~ Obdulia, a fuerza de indiscreción,
 33      3|        vetustenses».~ ~ Pero añadía Obdulia:~ ~ «-Fuera de la limpieza
 34      3|                   Lástima -concluía Obdulia, sin sentir lástima - que
 35      3|            de aquellas sábanas».~ ~ Obdulia admiraba sinceramente las
 36      3|           irritaba el buen gusto de Obdulia -, apagó la luz... y se
 37      5|          olvidado de ella. Tarsila, Obdulia, Visitación, otro pimpollo
 38      5|            sean ellos atrevidos. Si Obdulia les consiente ciertas cosas...
 39      5|      tampoco que tú te compares con Obdulia. Ella es... una cualquier
 40      5|           clase.~ ~ -Es que no sólo Obdulia es la que tolera... lo que
 41      5|            quién -pero se creía que Obdulia - había inventado un apodo
 42      5|             querido tratarla como a Obdulia, pronto había encontrado
 43      7|           de lo que se dice de doña Obdulia y él, ni lo de él y Visitación;
 44      7|             empresas... Se trata de Obdulia.~ ~ -Hola, hola -dijo Mesía,
 45      7|         Álvaro había sido amante de Obdulia, porque ella se lo había
 46      7|      heredado aquellos amores Paco. Obdulia juraba que no.~ ~ -Pues
 47      7|      escobazos; ¿qué creías tú, que Obdulia sólo tenía citas en las
 48      7|          Esa, fue a la catedral con Obdulia, las acompañó el arqueólogo,
 49      7|          estas cosas), quería ver a Obdulia y a don Saturno juntos,
 50      7|             de ayer. La llamó, pero Obdulia se disculpó diciendo que
 51      7|                no esperaba Visita a Obdulia en su casa para hacer empanadas
 52      7|           caían gotas de sangre.~ ~ Obdulia, dirigiéndose a los atónitos
 53      7|        todos los hombres...!~ «¡Era Obdulia! ¡Obdulia! Luego no estaba
 54      7|        hombres...!~ «¡Era Obdulia! ¡Obdulia! Luego no estaba la otra».~ ~ ~ ~
 55      8|              encontrar en su casa a Obdulia aquella tarde. No estaba
 56      8|            disposición de ánimo.~ ~ Obdulia y Visitación, desde la ventana
 57      8|             que había ido a casa de Obdulia...~ ~ Obdulia lo explicó
 58      8|             a casa de Obdulia...~ ~ Obdulia lo explicó todo. En casa
 59      8|             parecido muy graciosa a Obdulia y a Visita. Habían sorprendido
 60      8|          discretos.~ ~ Los bajos de Obdulia, en cambio, eran irreprochables;
 61      8|            en cucuruchos.~ ~ Cuando Obdulia, picada por la frialdad
 62      8|          más; quiso enamorar a doña Obdulia con pruebas de su habilidad,
 63      8|         asunto y era cosa hecha.~ ~ Obdulia, que había aprendido en
 64      8|     convenía al dulce de melocotón, Obdulia se acercó al dignísimo Pedro
 65      8|           como cantaba él a menudo. Obdulia, en cuanto entraron los
 66      8|        armiño metido a marmitón.~ ~ Obdulia había tropezado quinientas
 67      8|              Es más; si la media de Obdulia no hubiera sido escocesa,
 68      8|         torpe y grosera realidad, y Obdulia notó en seguida que triunfaba.~ ~
 69      8|             de ver nada», como dijo Obdulia. Paco y la viuda se lavaron
 70      8|           brasas en las mejillas de Obdulia; una oreja le echaba fuego.
 71      8|               De qué te ríes? -dijo Obdulia.~ ~ -De Joaquinito Orgaz,
 72      8|          partes. Es chusco, ¿eh?~ ~ Obdulia meditó y al fin rió a carcajadas. «
 73      8|       escocesa. Ahora se veían dos. Obdulia suspiró. Se habló de lo
 74      8|                 Pero, ¿verdad -dijo Obdulia, poniéndose más guapa -
 75      8|          días de sol de que hablaba Obdulia. Pero cuando se veían a
 76      8|          oía el cuchicheo de Paco y Obdulia -, como Ana jamás se aprieta
 77      8|             Los que estaban detrás, Obdulia y Paco, no veían; don Álvaro
 78      8|           de un fogón como Visita y Obdulia; en sus ojos había un brillo
 79      8|              No, ahora no puedo.~ ~ Obdulia oyó la voz de Ana y corrió
 80      8|           de pies a cabeza.~ ~ Para Obdulia las demás mujeres no tenían
 81      8|         hasta que dobló la esquina. Obdulia dijo, queriendo afectar
 82      9|         mismo percal se lo vendió a Obdulia rebajando un perro grande,
 83      9|            pronunciado? Así hablaba Obdulia con los hombres; ¡pero ella,
 84     10|           historia no la sabía bien Obdulia; creía que se trataba de
 85     11|       alejado de sí, como haría con Obdulia, si las exigencias sociales
 86     11|       confesor? Parece cosa de doña Obdulia. ¿No dices que la Regenta
 87     13|             de la siempre llamativa Obdulia Fandiño; quien a los pies
 88     13|            gentil, color cereza, de Obdulia, que desde allá abajo parecía
 89     13|          señores» a la Marquesa y a Obdulia: las tres rodearon al Magistral
 90     13|           el conciliábulo, salieron Obdulia y Visitación, corriendo,
 91     13|           eran: Quintanar y señora, Obdulia Fandiño, Visitación, doña
 92     13|       convidaba a De Pas para ver a Obdulia coquetear con el clérigo,
 93     13|           íntimos.~ ~ -Le consolará Obdulia, que le asedia y le prefiere
 94     13|                 Por qué?~ ~ -Porque Obdulia te dejará en paz, y podrás
 95     13|       estaban los demás convidados. Obdulia hablaba con el Magistral
 96     13|      Magistral intervino huyendo de Obdulia, que le asediaba ya, según
 97     13|             Ripamilán y don Álvaro; Obdulia entre el Magistral y Joaquín
 98     13|             la casa de los tíos.~ ~ Obdulia, sentada enfrente, miraba
 99     13|        despego a las coqueterías de Obdulia y no le agradecía siquiera
100     13|           Magistral. Ordinariamente Obdulia y Joaquinito se entendían. «¡
101     13|             no había vuelto a ver a Obdulia; y aquella mañana, al acercarse
102     13|          pasado por la sacristía -, Obdulia le había vuelto la espalda
103     13|           santo, pero no un hombre. Obdulia había descubierto aquel
104     13|         aquellos locos, Visitación, Obdulia, Paco, Mesía, a divertirse
105     13|          tan distinguido como decía Obdulia, que en esto tenía razón.
106     13|         parecidas, se oyó la voz de Obdulia que daba grandes chillidos
107     13|             y su exuberante persona Obdulia Fandiño, agarrada a la nave
108     13|       probablemente viendo lo que a Obdulia, en aquel trance a lo menos,
109     13|             aquel madero y librar a Obdulia.~ ~ -Tuvo la culpa Paco -
110     13|            enganchó en ese palo.~ ~ Obdulia no se movía, pero gritaba
111     13|         venga Bautista...! -gritaba Obdulia recordando la fuerza del
112     13|         pero ¿qué le importaba a él Obdulia? Podía hacer una figura
113     13|         tires! ¡No me tires! -gritó Obdulia que sintió las manos de
114     13|           Sí, ríanse ustedes -clamó Obdulia -, pues el lance es gracioso.~ ~ -
115     13|            Aplausos en la multitud. Obdulia comprimió un chillido de
116     13|            Joaquín Orgaz ayudaron a Obdulia a salir del cajón maldito.
117     13|     advertencia».~ ~ La gratitud de Obdulia no tenía límites, pero el
118     13|        sospechaba cómo quería pagar Obdulia aquella vida que decía deber
119     13|             le viesen los bajos.~ ~ Obdulia protestó.~ ~ -¿Cómo? ¿Pues
120     13|        secuestramos... -había dicho Obdulia.~ ~ -Sí, sí, secuestrarlo,
121     13|       objeto despellejar a la pobre Obdulia. Ripamilán citaba, como
122     13|       confesado con él..., y Paco y Obdulia y Visita eran un poco locos,
123     13|         ventanilla. Era una mano de Obdulia, la viuda eternamente agradecida.
124     14|            Un hombre así -aseveraba Obdulia - debía pasar la vida sobre
125     14|             Vivero. Paco Vegallana, Obdulia, Visita y demás gente loca -
126     14|         formada; lo mismo podía ser Obdulia que la Regenta. «¡Es decir,
127     14|          respiró. «No era ella, era Obdulia». En el balcón no quedaba
128     16|            cura como la escandalosa Obdulia o la de Páez, tonta y maniática
129     16|             Ana veía a Edelmira y a Obdulia, que se había declarado
130     16|     guardaban prudente reserva; era Obdulia quien se daba aires de saber
131     16|     murmuraciones vagas y cobardes. Obdulia meditaba poco lo que decía,
132     16|            para lavar a los bebésObdulia, cuando hablaba con algún
133     16|          gemelos con que apuntaba a Obdulia, vestida de negro y rojo
134     17|        cursi, como la llamaría doña Obdulia, de una mujer piadosa, de
135     18|           de mejor media. Tampoco a Obdulia el agua la encerraba en
136     19|             Petronila, Olvido Páez, Obdulia y en cierto modo la Marquesa.
137     20|             diría Visita, qué diría Obdulia, qué diría Ronzal, qué diría
138     21|            La Marquesa, Visitación, Obdulia, doña Petronila y otras
139     21|           era de tierra como ella!» Obdulia Fandiño no envidiaba la
140     21|       criados y los bebés como dice Obdulia. ¡Figúrate! Todo Vetusta,
141     23|       clases, edades y condiciones. Obdulia Fandiño, en pie, oía la
142     23|            importantes de que ella, Obdulia, tenía muy confusa idea.
143     23|            amanecer, de buen grado. Obdulia pensaba, aunque es claro
144     23|           dijo, esto es, a buscar a Obdulia entre la multitud. Y la
145     24|             Esta exclamación fue de Obdulia.~ ~ -¡Qué sencilla, pero
146     24|            privilegio, Visitación y Obdulia, pariente de nobles. Las
147     24|         Marquesa, reía a carcajadas Obdulia, sonaba la voz gangosa de
148     24|  paniaguados y amigos de confianza. Obdulia se encargó desde el primer
149     24|         chispas, pero no se movían. Obdulia le sentó a su lado. ¡Feliz
150     24|            gritaron Paco, Edelmira, Obdulia y Ronzal.~ ~ Para Trabuco
151     24|            van Álvaro y Ana! -decía Obdulia a Ronzal, su pareja.~ ~
152     26|          Visitación; volvía también Obdulia Fandiño, que había pedido
153     26|             y volvió a santiguarse. Obdulia tenía la boca seca y los
154     26|            Marrón foncé...? -objetó Obdulia -, no dice bien... oro sería
155     26|        Descalza! -repetía asombrada Obdulia. La envidia crecía en su
156     26|            no irían descalzas -dijo Obdulia.~ ~ -¡Descalzas!, ¿y mi
157     26|            la Marquesa, Visitación, Obdulia, las del barón y otras muchas
158     26|            y envidiosa clase media. Obdulia estaba pálida de emoción.
159     26|            Vetusta -seguía pensando Obdulia - tiene ahora entre ceja
160     26| inexplicable por lo absurda. Sentía Obdulia en aquel momento así...
161     26|            creo que va muerta -dijo Obdulia -; ¡qué pálida!, ¡qué parada!
162     26|             que viene vamos a ver a Obdulia Fandiño descalza de pie...
163     27|             ya ... donde se bañan Obdulia y Visita algunos veranos
164     27|          que aquí se representan... Obdulia, Visita, Edelmira, Paco,
165     27|            Qué cursi es esto, según Obdulia...! ¡Una dama que no sabe
166     27|          defendía de los ataques de Obdulia, Visita, Edelmira, Paco,
167     27|            bulliciosa, y volvió con Obdulia, con Visita y con Edelmira
168     27|             huerta; la gente joven, Obdulia, Visita, Ana, Edelmira y
169     27|            la galería de cristales. Obdulia, Visita y Edelmira llamaban
170     27|          una conferencia íntima con Obdulia o con Ana sobre la verde
171     28|        ellos Paco, Joaquín, Visita, Obdulia y los demás que habían subido
172     28|             mismo para quedarse con Obdulia y Edelmira, respectivamente.
173     28|            a otra cosa. Visitación, Obdulia y Edelmira también, eran
174     28|       volvió a Vetusta; Visitación, Obdulia, Edelmira, Paco y Mesía
175     28|          arduas materias, Edelmira, Obdulia, Visita, Paco y Joaquín
176     28|            lo que había alborotado; Obdulia decía que tenía un clavo
177     28|             amor siempre efímero de Obdulia, pellizcaba también; y había
178     28|            propuso la misma lucha a Obdulia; Visita se atrevió a medir
179     28|             Mesía, a éste varios de Obdulia y Visita, y, sin pensarlo,
180     28|        Joaquín, antes que Edelmira, Obdulia y Visita, dejaron de correr
181     28|            ojos, clavados en los de Obdulia, quien aquella noche se
182     28|        Edelmira prefería dormir con Obdulia, como es natural..., y ahora
183     28|             de mamá.~ ~ -Buena está Obdulia para dormir con nadie -dijo
184     28|         adonde iban también Visita, Obdulia y alguna vez los Marqueses
185     28|     convivencia de que participaban Obdulia, Visita, Álvaro, Joaquín
186     28|           Todos parecían cómplices. Obdulia y Visita adoraban a la Regenta,
187     28|            de mejor buena fe, jamás Obdulia consintió a Joaquín más
188     28|          sería muy corta. Joaquín y Obdulia sabían que todo el mundo
189     28|              gritó en aquel momento Obdulia desde la huerta -, ¡al monte,
190     28|     princesa Matilde. ¡Cómo envidió Obdulia aquel dato! Y sintió orgullo. ¡
191     30|        Visitación Olías de Cuervo y Obdulia Fandiño y la baronesa de
192     30|            entre cuatro paredes.~ ~ Obdulia Fandiño, pocas horas después
193     30|            sus hijos ilegítimos.~ ~ Obdulia asistía a tales conversaciones
194     30|             Vetusta sabía quién era Obdulia..., pero ella no había dado
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