Cap.

  1      1|          era el de don Fermín de Pas, Magistral de aquella santa
  2      1|     Tenía razón el delantero. De Pas no se pintaba. Más bien
  3      1|      solitarios de don Fermín de Pas consistía en subir a las
  4      1|       triunfo voluptuoso para De Pas. Ver muchas leguas de tierra,
  5      1|        espíritu altanero, que De Pas se procuraba siempre que
  6      1|       por ahora, con Vetusta. De Pas había soñado con más altos
  7      1|      placer material, pensaba De Pas, el que sentía comparando
  8      1|         y material que gozaba De Pas como un pecado de lascivia.~ ~ ¡
  9      1|          antes del día en que De Pas meditaba así, varias ciudadanas
 10      1|             Pero, entretanto, De Pas volvía amorosamente la visual
 11      1|          de tantas calumnias. De Pas le despreciaba; la envidia
 12      1|           El señor don Fermín de Pas, Magistral y Provisor de
 13      1|         abrasadores eran para De Pas; los adoradores de la viuda
 14      2|        faldas por aquí, señor De Pas?~ ~ Y sin esperar respuesta
 15      2|         al Arcipreste. No era De Pas de los que solían quedarse
 16      2|        Aquella tarde esperaba De Pas saber algo. Pero Glocester
 17      2|      abierto la boca al oír a De Pas que la Regenta estaba en
 18      2|         dentro de la capilla. De Pas no paró la atención en ellas,
 19      3|      maledicencia perseguía a De Pas tenían un aislador en don
 20      6|            yo también los vi. De Pas iba con el Arcipreste y
 21      9|          había dicho el señor De Pas). La virtud podía definirse:
 22     11|          por vía de descanso, De Pas se entretenía en soplarse
 23     11|  sacristía de la Catedral.~ ~ De Pas sabía todo lo que se murmuraba.
 24     11|       Aquel anhelo que sentía De Pas, antes de conversar en secreto
 25     11|       Iglesia es así -pensaba De Pas, con la cabeza apoyada en
 26     11|         los asuntos del rito. De Pas cumplía con estos deberes
 27     11|          y mucha tela blanca. De Pas sintió en la retina toda
 28     11|          se lavaba y peinaba, De Pas sonreía con amargura mitigada
 29     11|        Robustiano, el médico, De Pas hacía gimnasia con pesos
 30     11|   afueras, cerca de la noche. De Pas rompió el fusil de chispa
 31     11|    recado; ¿no comprendes?~ ~ De Pas hizo un gesto de indiferencia
 32     11|              Qué herencia?~ ~ De Pas daba vueltas en una mano
 33     11|      antes que fuera tarde. A De Pas le repugnaban tales recuerdos.
 34     12|          amabilidad falsa.~ ~ De Pas le tenía a él por un grandísimo
 35     12|             Cómo mayor, señor De Pas? ¿Querrá usted saber más
 36     12|      prima carnal. ¡Oh, señor de Pas, fácil victoria la de la
 37     12|       entonces y que atravesó De Pas sin detenerse.~ ~ -¿Dónde
 38     12|        Esto es absurdo -decía De Pas -. ¿Quiere usted ser el
 39     12|   Bermúdez. La verdad era que De Pas no tenía en su imaginación
 40     12|        entendía aquello..., y De Pas volvía a ser quien era,
 41     12|        nacido de pies!» Según De Pas, los malvados eran otros
 42     12|      Pero, señoras mías -dijo De Pas -, hablemos con formalidad
 43     12|         escuela de seducción. De Pas había querido echar todo
 44     12|         autoridad se acataba, De Pas fue amansando el oleaje
 45     12|       Salió también Peláez, y De Pas, entonces a solas con su
 46     12|    expedientes dichosos...~ ~ De Pas se vio cogido por la rueda
 47     12|       libre, en la Corralada, De Pas respiró con fuerza... se
 48     12|       temibles para la carne. De Pas tenía un proyecto: casar
 49     12|             o sus sucedáneos. De Pas nunca dejaba de ser el Magistral;
 50     13|         él? ¿Estaba convidado De Pas?» No lo sabía, y no quería
 51     13|       dijo que se convidaba a De Pas para ver a Obdulia coquetear
 52     13|          el salón la Regenta, De Pas interrumpió una frase pausada
 53     13|         miraban, se sonreían, De Pas dirigía la palabra a Anita
 54     13|         tales circunstancias. De Pas respondía con mal disimulado
 55     13|  Arcipreste era como era; él, De Pas, no debía presenciar aquellas
 56     13|        cualquiera y lo vieron De Pas y don Álvaro, sincera expresión
 57     13|      diablos es esto?», pensó De Pas; y entonces precisamente
 58     13|          hace falta -contestó De Pas, horrorizado ante la idea
 59     13|     usted..., venga usted!~ ~ De Pas sentía unas dulcísimas cosquillas
 60     13|          la hubiera conocido. De Pas no sabía sonreír de aquella
 61     13|     comprendió y lo agradeció De Pas. Intimar con los Vegallana
 62     13|       pasó como un relámpago. De Pas vio una mano enguantada
 63     14|   entonces al paseo. El mismo De Pas le salió al encuentro. El
 64     14|        de la Libre Hermandad. De Pas notó el cambio.~ ~ -¿Me
 65     14|            Yo no veo bien.~ ~ De Pas se acercó y leyó.~ ~ -¡Chico,
 66     14|         ron..., qué  yo.~ ~ De Pas encogió los hombros dando
 67     14|   corrigiendo la pastoral.~ ~ De Pas tomó por el callejón arriba,
 68     14|         roncos, vibrantes.~ ~ De Pas, como si su voluntad dependiese
 69     14|        de la fuente de Oeste, De Pas tuvo tentaciones de aplicar
 70     14|          que era canónigo...! De Pas se detuvo, se descubrió,
 71     14|      carretela a trote largo. De Pas se hizo todo ojos. En el
 72     14|     faroles de gas macilento. De Pas oyó gritos, carcajadas y
 73     14|      manga de riego; esto vio De Pas frente al balcón del gabinete;
 74     14|          se abrió de repente. De Pas vio una figura de mujer
 75     14|          no salía al balcón?» De Pas estaba seguro de no ser
 76     15|         y anguloso.~ ~ Cuando De Pas llegaba a los últimos peldaños,
 77     15|       pasar junto al comedor, De Pas vio la mesa puesta con dos
 78     15|         la cabeza en la mano, De Pas contemplaba a su señora
 79     15|            Nuevo silencio.~ ~ De Pas hubiera preferido una discusión
 80     15|     suspiró discretamente.~ ~ De Pas la miró, un poco sorprendido.
 81     15|         qué ha ido? -contestó De Pas al segundo trueno.~ ~ Pausa
 82     15|         encinta.~ ~ Francisco De Pas, un licenciado de artillería
 83     15|          peluconas. Francisco De Pas no era interesado; siempre
 84     15|          a dejar su comercio, De Pas decretó dedicar los pocos
 85     15|          acera de enfrente -. De Pas no le conoció hasta que
 86     15|        por el mismísimo señor De Pas, le dijo:~ ~ -¡Señor oscurantista!, ¡
 87     15|          mi dinero, caballero De Pas, o somos caballeros o no...
 88     15|         doce... más lejos.~ ~ De Pas respiró con fuerza y dijo
 89     16|       otras sucesivas procuró De Pas enterarse en las conversaciones
 90     16|       los brazos de su silla, De Pas, mientras los colegiales
 91     16|          y servidor,~ ~FERMÍN DE PAS».~ ~ ~ No decía capellán.~ ~ «¡
 92     17|           amiga mía -continuó De Pas, que no creía oportuno insistir
 93     17|        como pudo notar y notó De Pas.~ ~ -Ayer ha estado usted
 94     17|        para qué ir -prosiguió De Pas -, por más que a veces la
 95     17|        la estatua del sigilo. De Pas la acarició con una palmadita
 96     18|      querido y admirado señor De Pas, quien la visitaba más a
 97     18|     sueño.~ ~ Una tarde entró De Pas en el confesonario con tan
 98     18|         entró en las oficinas De Pas y allí tuvieron motivo para
 99     18|         apenas se veían Ana y De Pas. Del gabinete de la derecha
100     18|       Petronila, a quien dijo De Pas, sin soltar la mano de la
101     19|    Francisca... Aquella tarde De Pas estuvo más elocuente que
102     19|          sociedad.~ ~ Pero ni De Pas ni Mesía estaban satisfechos.
103     20|        como llamaba siempre a De Pas el señor Guimarán. Entre
104     20|          esposo, don Álvaro y De Pas. Le costaba lágrimas cada
105     20|          acusaba a don Fermín de Pas. Lo peor de todo, lo que
106     21|     quebraderos de cabeza.~ ~ De Pas visitaba a menudo a la Regenta,
107     21|  cumplidos y buenas palabras. De Pas se acercó al facistol, hojeó
108     21|         religiosos.~ ~ Cuando De Pas entró en el templo hubo
109     21|         de la ministra?»~ ~ ~ De Pas ya no sabía dónde iba a
110     21|       felicidad que saboreaba De Pas como un gastrónomo los bocados,
111     22|          disgustillo que tuvo De Pas aquel verano fue esta noticia,
112     22|         Obispo, a quien tenía De Pas en un puño, se atrevía a
113     22|         muy nervioso, llegaba De Pas al lado de su amiga mística,
114     22|          antes de consentir a De Pas apoderarse del ánimo de
115     22|         una hoguera. Y volvía De Pas, para evitar mayores males,
116     22|         defender y consolar a De Pas cuando sus enemigos desataron
117     22|         una complicación».~ ~ De Pas ya no era el mismo que sentía
118     22|       Muchas amistades perdió De Pas aquella tarde.~ ~ Sin que
119     23|          volvió la oscuridad, De Pas se acercó a la Regenta y
120     23|        en él a su amigo, a su De Pas, a quien sonrió cariñosa,
121     23|            Déjela usted -dijo De Pas con un tono imperioso que
122     23|              Ana volvió hacia De Pas, que estaba cerca del balcón,
123     23|       nada...~ ~ Callaron.~ ~ De Pas vio que Ana contenía el
124     23|  trascoro al mismo tiempo que De Pas subía con majestuoso paso
125     25|          entrañas el veneno». De Pas estaba pensando que los
126     25|   recordaba en su vida, salió De Pas de la sacristía y anduvo
127     25|         allí se sentaba ella. De Pas se sentó en la butaca al
128     25|        cerca de su alcoba.~ ~ De Pas vio a la Regenta más hermosa
129     25|         ahogaba al hablar.~ ~ De Pas sintió una lástima que le
130     25|     recuerdo formidable...~ ~ De Pas callaba. También él tuvo
131     25| repugnancia instintiva. «Pero De Pas era digno de compasión.
132     25|       había de estar pensando De Pas lo que no había? Sí, había
133     25|       visto visiones? ¿Cuándo De Pas se había insinuado de modo
134     26|         en confesión el señor De Pas; necesito que me oiga y
135     26|        que estaba enfermo.~ ~ De Pas hablaba mientras se vestía
136     26|    después de separarse Ana y De Pas, era el Magistral quien
137     26|     sabrá cumplir.-ANA».~ ~ ~ De Pas dejó de sentir sus dolores,
138     26|     quería confesar, pero con De Pas y sólo con De Pas: decía
139     26|         con De Pas y sólo con De Pas: decía que sólo al Magistral
140     26|          junto a su padre.~ ~ De Pas parecía un santo bajado
141     26|     enfermo y el confesor.~ ~ De Pas se acordó de su madre, de
142     26|          milagroso don Fermín de Pas tal como era, en toda su
143     26|         figuraba a don Fermín de Pas, en medio de la procesión,
144     26|          por el confesor, por De Pas, haría otras mayores por
145     26|        después... ello dirá». De Pas sentía que lo poco de clérigo
146     26|        fin nadie es dichoso». De Pas comprendió, con ira, que
147     27|     hermano mayor. Cierto que de Pas no había vuelto a manifestar
148     27|     frialdad premeditada, que De Pas fingía no sentir, tuvo el
149     27|           La berlina tardaba. De Pas daba pataditas de impaciencia.
150     27|           preguntó de repente De Pas.~ ~ -Sí, señor, hará un
151     27|         hueco de un balcón, y De Pas pudo oír el diálogo que
152     28|    nombre de la humanidad!~ ~ De Pas se detuvo, se volvió, le
153     28|        en cuanto se vio solo, De Pas subió corriendo cuanto podía,
154     28|         Qué es eso? -preguntó De Pas, sin poder ocultar su ansiedad.~ ~ -¡
155     28|         según observó también De Pas, no estaba para atender
156     28|      celos.~ ~ No podía saber De Pas hasta qué punto había llegado
157     28|      vuelva el agua -advirtió De Pas, que hubiera querido estar
158     28|             Tenía razón Pepe. De Pas y don Víctor se miraban
159     28|            Ana convino en que De Pas había llevado la galantería
160     28|          le venció el maldito De Pas... «Pero ahora le tenía
161     29|           pero hacía rato que De Pas no la oía.~ ~ En cuanto
162     30|      sabe nada?», se preguntó De Pas, que parecía un desenterrado.~ ~
163     30|      pregunta por Ana», pensó De Pas.~ ~ -La señora no ha oído
164     30|       que le engañaba a él, a De Pas, y al marido. ¿Qué hacía
165     30|  romperse.~ ~ Sin saber cómo, De Pas había pasado delante de
166     30|        ella».~ ~ Y don Fermín de Pas llegó al caserón de los
167     30|   vueltas por el despacho.~ ~ De Pas se levantó también.~ ~ -
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