Cap.

  1      1|         fe. Cuando posaba para la hora del coro -así se decía -
  2      1|      catedral. Solía hacerlo a la hora del coro, por la mañana
  3      1|           rerum!»~ ~ Más de media hora empleó el Magistral en su
  4      1|       embozado que de noche, a la hora de las criadas, como dicen
  5      1|        volver a sus novelas de la hora de dormirse la imagen de
  6      1|         había tenido un cuarto de hora. Por fin el del jipijapa
  7      1|       habló cerca de un cuarto de hora. Recitó, fingiendo el pícaro
  8      2|         tiempo oportuno, le pedía hora. Las personas desconocidas,
  9      2|         de grillos. Había oído en hora y media un curso peripatético -¡
 10      2|        aturdida. Hacía más de una hora que no oía palabra de cuanto
 11      3|    acostarse, y leyó un cuarto de hora un libro devoto en que se
 12      3|           por todo el cuerpo a la hora de acostarse. Nunca había
 13      3|       estaba pasando un cuarto de hora de rebelión. Creía vivir
 14      3|        cuadro disolvente.~ ~ Mala hora, sin duda, era aquélla.~ ~
 15      3|           ignorarlo. Más de media hora tardó la Regenta en cansarse
 16      5|          Ozores, se mezcló en mal hora con sangre plebeya; y lo
 17      5|          primeras».~ ~ Más de una hora fue viendo aquella nube
 18      6|           lectores, a no ser a la hora del correo. La mayor parte
 19      6|     también acudía sin falta a la hora del correo. Pasaba revista
 20      6|           esta tertulia de última hora tendremos que hablar más
 21      7|            La cena sería a última hora. Mesía ofreció asistir a
 22      7|        propósito. En un cuarto de hora, empleado en recorrer calles
 23      8|       doce, almorzaba, y hasta la hora de comer leía novelas o
 24      8|         día al idealismo, en buen hora despertado por las relaciones
 25      8|           damas. Verdad es que la hora de comer se acercaba y aquellos
 26      9|          Regenta.~ ~ «¡Más de una hora de confesión! La carita
 27      9|     escondido y darle sombra a la hora de ponerse el sol; por oriente
 28      9|    Triunfo de 1836. Al anochecer, hora en que dejaban el trabajo
 29      9|       Triunfo y paseaban allí una hora, arrastrando los pies sobre
 30      9|          coches sin cesar; era la hora del correo y aquél el camino
 31      9|         día, sin darse cuenta, la hora de las tiendas, los días
 32      9|          la calle. Es aquélla una hora de cita que, sin saberlo
 33     10|        muy espesa; tardaría media hora la claridad».~ ~ Llegó a
 34     11|        trabajo, al aproximarse la hora de las visitas probables.
 35     11|         minuto por minuto aquella hora -y algo más - de la confesión
 36     11|           de la Regenta.~ ~ «¡Una hora larga!» El cabildo no hablaría
 37     11|         venido esa dama?~ ~ -¡Una hora!, ¡una hora!~ ~ -Confesión
 38     11|        dama?~ ~ -¡Una hora!, ¡una hora!~ ~ -Confesión general.
 39     11|         tarde:~ ~ -¿Qué hay?~ ~ -¡Hora y media!~ ~ -Le estará contando
 40     11|       oído...~ ~ -No, yo no. ¿Qué hora es?~ ~ Teresina miró al
 41     11|         del Magistral. Le dijo la hora y ofreció otra vez el café,
 42     11|         Ronzal.~ ~ -Se me pasó la hora de la cita...~ ~ -Ya lo
 43     12|           reía.~ ~ Cerca de media hora estuvo abrumando a los Faraones
 44     12|         nos veremos dentro de una hora; en cuanto despache de prisa
 45     12|    satisfecho y lo estaba».~ ~ «-¡Hora y media en la oficina! -
 46     12|        aquella visita para última hora. Y ¿por qué había de preferir
 47     13|         Joaquín Orgaz, y a última hora el Magistral con algunos
 48     13|         de ir a la Catedral a esa hora...~ ~ -No importa, iré mañana,
 49     13|         nosotros? Poco más de una hora..., creo que volveremos
 50     14|      anduvo por allí un cuarto de hora desafiando humildemente
 51     14|           decírselo. Y a la media hora, vuelta. Que si le había
 52     14|       reloj de la catedral dio la hora con golpes lentos; primero,
 53     14|         Así estuvo paseando media hora. La sed le abrasaba... ¿
 54     14|      campanadas. ¡Tres cuartos de hora! Andaría adelantado... No...
 55     15|        tras ella. «No era todavía hora de cenar, faltaban más de
 56     15|          dos; en medio..., en una hora... ¿No ves que te tienen
 57     15|          cabeza. Después de media hora de lucha, los dos volvieron
 58     15|            decía él, y a la media hora volvía a las andadas. Si
 59     15|         sentimentalismo de última hora debía de tener gran parte
 60     15|           Otras veces, a la misma hora, le había sentido en la
 61     15|      grave:~ ~ -Don Santos, ya es hora de acostarse; ¿quiere que
 62     15|     cabeza.~ ~ El sereno cantó la hora y siguió adelante.~ ~ Don
 63     16|     tristeza había aparecido a la hora de siempre. Estaba Ana sola
 64     16|        embalsamado del campo a la hora de la brisa... ídem; decir
 65     16|         sus adentros el cuarto de hora.~ ~ No había tal cuarto
 66     16|            No había tal cuarto de hora, o por lo menos no era aquel
 67     16|         no era aquel cuarto de la hora a que aludía el materialista
 68     16|              Así era el cuarto de hora de Anita, y no como se lo
 69     17|        mejor que usted acuda a la hora ordinaria, entre las demás.
 70     17|      avisa con tiempo y le señalo hora en un día de los que no
 71     17|           que llevaban más de una hora de palique en el cenador,
 72     17|       docenas de cartuchos en una hora, y venía dispuesto a intentar
 73     17|       Quintanar se presentó media hora después a su mujer con manchas
 74     18|         llegaba a Roca Tajada una hora después, y a las diez de
 75     18|       después de comer bien, a la hora de las confesiones, que
 76     18|      Mesía en el Casino, a última hora, cuando sólo quedaban allí
 77     18|       nadie saber el cómo y a qué hora vencía a una mujer...? ¡
 78     18|          fue más que un cuarto de hora que no pude aprovechar».
 79     18|   coincidiendo con otro cuarto de hora. Pero esto no colmaba su
 80     18|          y en Mesía; y a la media hora, cuando paseaba por el Espolón
 81     18|          Pasaron ocho días y a la hora señalada Anita se presentó
 82     19|          reloj de la casa. Era la hora de una medicina. Era aquella
 83     19|     atreviéndose a ir a cualquier hora y Ana, sin sentirlo, se
 84     19|           perezosa, sombría, a la hora de la siesta; el agua va
 85     19|         ninguno se le acercaba la hora del triunfo.~ ~ -Esta mujer -
 86     20|       comulga; pero venga en buen hora la excomunión... y ahí me
 87     20|      cigarros y las cocinas; a la hora en que los dos amigos conferenciaban
 88     20|           curiosidad maliciosa la hora del alboroto y salían a
 89     20|           qué duda cabía?»~ ~ Una hora después en el comedor del
 90     20|    Pompeyo, puesto que ésta es la hora de las grandes revelaciones,
 91     21|         ángeles menores. Llegó la hora de los discursos, después
 92     21|         alma y cuerpo, que en una hora de confesión le había hecho
 93     21|       Sentía, medio dormida, a la hora de amanecer sobre todo,
 94     21|        tarde bajó al Parque, a la hora en que don Álvaro se había
 95     21|    aburridos, que iban allí media hora a tomar café. En fin, parecía
 96     22|           Santos, pero a la media hora se corría por Vetusta que,
 97     22|        misa de alba y vuelve a la hora de comer... ¡Infame, si
 98     22|        allí casi siempre hasta la hora de cenar, y esta necesidad
 99     22|           a compadecerse a última hora de la miseria de Barinaga -. ¡
100     23|      alegría cristiana de aquella hora sublime, recordaba todos
101     23|          allí le llegó a María la hora de su alumbramiento; y dio
102     23|           aquella noche a primera hora.~ ~ Cuando se quedó sola
103     23|          se despertaba en aquella hora de vigilia con una vaguedad
104     23|           huir de sí misma, media hora después se quedó dormida.~ ~
105     23|           fino!, ¡qué atento! Una hora después tenía que subir
106     23|              Aquí no, no... Ya es hora... va usted a llegar tarde...~ ~ -
107     24|          a casa maldiciendo de la hora en que se le había ocurrido
108     24|           reservaban para «última hora». Porque a última hora bailaban,
109     24|     última hora». Porque a última hora bailaban, pese a Ronzal,
110     24|      cuerpo hacia atrás.~ ~ Media hora después, Visita, un poco
111     25|           gabinete.~ ~ Pasó media hora. Sonó la campanilla de la
112     25|        todavía -, estuve loca una hora..., ¿qué hora?, un siglo...
113     25|     estuve loca una hora..., ¿qué hora?, un siglo... Ya no pedía
114     25|               hoy..., no  a qué hora..., ¿qué hubo?~ ~ -Bailé
115     25|           el pensamiento ni media hora? Don Víctor agradecía en
116     25|           La teoría del cuarto de hora era una teoría incompleta».
117     25|      ciertos casos los cuartos de hora de una mujer sólo los encuentra
118     25|         fría de algún templo a la hora en que los fieles solían
119     26|         Pompeyo no volvió a tener hora buena, de salud completa.
120     26|         Guimarán, Perpetua. Media hora después toda Vetusta sabía
121     26|       fuertes cuando les llega su hora...~ ~ Nadie hacía caso del
122     26|         pedido en San Pedro, a la hora en que visitaban los monumentos
123     26|        día, cuando se acercaba la hora, se le ocurría a ella dudar,
124     26|           pueblo todo el día. Una hora antes de oscurecer salió
125     27|         poco; espera que suene la hora en la catedral.~ ~ -¡En
126     27|    catedral se decide a cantar la hora...~ ~ -Con mil amores, mia
127     27|        silencio, comentario de la hora, añadió:~ ~ -¿Vamos a cenar?~ ~ -¡
128     27|               Sí, señor, hace una hora...~ ~ -¿Ha traído los cartuchos?~ ~ -
129     27|            Descuide usted.~ ~ Una hora después don Víctor dormía
130     27|           día siguiente, desde la hora en que le dejasen libre
131     27|              Y no pudo dormir una hora seguida en toda la noche.
132     27|  engañarle», don Fermín no gozaba hora de sosiego.~ ~ Como el Marqués
133     27|          señor, hará un cuarto de hora. Llegaron él y el señorito
134     27|         decía Petra. Cuando media hora después entraba solo por
135     27|         clérigos rurales.~ ~ A la hora del café don Fermín no pudo
136     28|     jugaban al tresillo a primera hora y más tarde al monte, que
137     28|     rejuvenecido...~ ~ -¿Pero qué hora es, hija mía?~ ~ -Muy tarde...
138     28|           su traje sencillo de la hora de acostarse.~ ~ -¿Y ustedes? -
139     28|           de la luna cerca de una hora todavía; Ana y su marido,
140     28|       ello, había creado a última hora para satisfacer su afán
141     28|         alegría hubo un cuarto de hora de melancolía... de cansancio
142     29|       cantando, y dejar así media hora larga solos a Anita y a
143     29| carcajadas en el Casino, a última hora, a Paco, a Joaquín y demás
144     29|   Frígilis llegaba al parque a la hora convenida, ladraba... y
145     29|    acudiesen al parque a la misma hora sin necesidad de ladrar
146     29|           acudió en adelante a la hora señalada para la cita. Casi
147     29|     llegaban al Parque a la misma hora. El tren que los llevaba
148     29|               tan temprano?, ¿qué hora es?~ ~ -Las nueve... Dice
149     29|      debía de ser ni con mucho la hora que la esfera rezaba. No
150     29|           cuerda y puéstole en la hora la mañana anterior. Y con
151     29|            es muy temprano. No es hora de levantarse los criados
152     29|         el despertador más de una hora? ¿Quién y para qué? Y, sobre
153     29|      Quintanar en pie.~ ~ -¡Media hora! Media hora en un minuto;
154     29|                 Media hora! Media hora en un minuto; y no he oído
155     29|           quedó dormido.~ ~ Media hora después llegaban a la estación
156     29|           de la hierba».~ ~ Media hora después Frígilis tomaba
157     29|           Cazaron hasta las doce, hora de comer sus fiambres. Los
158     30|          vuelta o llegando; es la hora del tren. Voy a su casa...»~ ~
159     30|           señor Magistral.~ ~ -La hora de mi visita, el hacer yo
160     30|         asistieron al Casino a la hora del café, como solían, ni
161     30|       Estaban, como siempre a tal hora, en la sala contigua al
162     30|      acompañado de Frígilis, a la hora en que solían ir de caza.~ ~
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