Cap.

  1      1|         doblándose en pliegues de luz y sombra, fantasma gigante
  2      1|      sierra y valle reflejaban la luz como espejos. Aquel verde
  3      1|           don Fermín de llevar la luz de la fe más acendrada,
  4      1|       laterales entraban haces de luz de muchos colores que remedaban
  5      1|          real; algunas franjas de luz trepaban hasta el rostro
  6      1|        Contemplaban un cuadro. La luz entraba por ventanas estrechas
  7      1|         bien escribía versos a la luz del petróleo o manejaba
  8      1|        borradas.~ ~ No se hizo la luz.~ ~ El arqueólogo habló
  9      2|     hermoseado por una especie de luz espiritual de alegría que
 10      3|           tener sueño. Apagaba la luz y se iba. Anita lloraba
 11      3|        cuentos, sin caricias, sin luz, la sublevaba todavía y
 12      3|      contándose cuentos llenos de luz y de caricias. Era el caso
 13      3|       lecho. Se acostó, acercó la luz y se puso a leer con la
 14      3|      gusto de Obdulia -, apagó la luz... y se encontró en la barca
 15      3|         mejillas ardían. Encendió luz, apartó de sí la colcha
 16      3|            como una filtración de luz, iban destacándose una bata
 17      3|         Quintanar con un nimbo de luz en torno. Aquél era el sujeto
 18      3|         hizo una pantalla para la luz de la palmatoria, y de puntillas
 19      3|           tila! Volvió a encender luz. Cogió el único libro que
 20      4|          pasar más que un rayo de luz; se hablaba poco, se suspiraba
 21      4|           pero iluminados por una luz difusa que centelleaba en
 22      4|          al aire libre, con mucha luz, muchas aventuras y sin
 23      4|        ocaso se rasgaban brotando luz de sus entrañas para formar
 24      4|           de lo sobrenatural. Una luz más fuerte que la del sol
 25      5|           de polvo que parecía de luz y en medio los ojos de la
 26      5|           su don Víctor, que a la luz de una lámpara de viaje,
 27      6|         tresillo jamás recibía la luz del sol: siempre permanecía
 28      6|           señalado honor, vean la luz pública en las columnas
 29      6|       Casi todos los días salía a luz una gacetilla que se titulaba,
 30      6|         un balcón, para tener más luz. En el fondo de la sala
 31      7|       diputado provincial como la luz a las mariposas. Atribuía
 32      8|         Así nadie podría quitarle luz ni apagarla. Pero resultó
 33      8|           qué no les da usted una luz, Visita?~ ~ -Señores, porque
 34      8|           colono del magnate a la luz de una hoguera portátil,
 35      8|         armoniosa distribución de luz y sombra al conjunto, suculento
 36      8|    aquello había sido movimiento, luz, vida, ruido, cantando en
 37      9|     delicia, como bañándose en la luz tamizada por aquella frescura
 38      9|       sombra y se ha ido a buscar luz, calor, espacio. ¡Feliz
 39      9|       aquel Magistral, anegado en luz de alegría virtuosa, llena
 40      9|         Santa, cuando se apaga la luz del ángulo misterioso y
 41      9|         de Vetusta, oscurecía. La luz amarillenta del gas brillaba
 42      9|           tiendas salían haces de luz que llegaban al arroyo iluminando
 43     10|       estaba gozando entre ruido, luz, música, alegría; y ella
 44     10|        mesa... La ofendía aquella luz. Salió del comedor; entró
 45     10|   desvanecido en el aire, como la luz blanquecina reverberada
 46     10|     caliente. Miró al cielo, a la luz grande que tenía enfrente,
 47     10|      huerta, al Parque; sin pedir luz ni encenderla, alumbrada
 48     10|         de haberse aventurado sin luz en aquella estancia que
 49     10|     seguía gritando:~ ~ -¡Petra! ¡luz! ¿Quién está aquí?~ ~ Las
 50     10|         el suelo. Llegó Petra con luz.~ ~ -¡Señora!, ¡señora!, ¿
 51     10|                  Basta!, deja esa luz ahí, vete -interrumpió la
 52     10|           yo entre a deshora, sin luz en su despacho? ¿Qué motivo
 53     10|         alejaban de aquel baño de luz argentina y caían en las
 54     10|         oscuridad, a extinguir su luz en aquel mar de tinieblas».~ ~ «
 55     10|          de la catedral, que a la luz de la clara noche se destacaba
 56     11|         original, que daría mucha luz a ciertos puntos oscuros
 57     11|          Don Fermín escribía a la luz tenue y blanca del crepúsculo;
 58     11|         su confesonario a pedirle luz en las tinieblas de su conciencia,
 59     12|     necesita calor y no lo tiene; luz y allí le falta; aire puro
 60     12|       reflejaban los torrentes de luz que entraban por los balcones
 61     12|        espíritu se lo inundaba de luz y de una alegría que no
 62     12|        sudor pintado reflejaba la luz con tonos de tristeza. El
 63     12|  artesanos en el Boulevard, entre luz y luz.~ ~ Creía que de allí
 64     12|         el Boulevard, entre luz y luz.~ ~ Creía que de allí y
 65     13|           Si entraban raudales de luz y aire fresco, salían corrientes
 66     13|         consuelo, con promesas de luz y de poesía, de vida importante,
 67     14|           un efecto extraño de la luz en los músculos de su rostro.~ ~
 68     14|       junto al jardín de Páez, la luz de gas que brillaba entre
 69     14|          de los Ozores no vio más luz que la del portal.~ ~ «-¿
 70     14|           ahora abiertos; pero la luz no entraba por ellos, salía
 71     14|         de la casa de enfrente la luz que salía por los balcones
 72     14|           Están a oscuras! No hay luz en esa habitación... ¡qué
 73     15|           noche, a las doce, a la luz de la luna salió de la Rectoral,
 74     15|           mayor seguridad bajó la luz del quinqué y lo metió en
 75     15|     desvergonzada de un ángulo de luz que brotaba de la linterna
 76     15|       pero después, cuando se vio luz detrás de los cristales,
 77     15|       silencio. Nada; ni voces ni luz.~ ~ El sereno volvió a cantar
 78     16|       fían de aquellos halagos de luz y calor y se abrigan y buscan
 79     16|          dejaba ver ni un rayo de luz del cielo.~ ~ «¡Y las campanas
 80     16|    regiones superiores, llenas de luz. «Y capaz de hacerlo como
 81     16|      negro y frío a una región de luz y calor que bañaban y penetraban
 82     16|               la declaración a la luz de la luna... ¡Si aquello
 83     16|         vio de repente, como a la luz de un relámpago, a don Víctor
 84     17|           anunciar ésta que había luz en el gabinete:~ ~ -Bien;
 85     17|        siento..., de usted espero luz en la oscuridad que tantas
 86     17|           algo entre manos. Pidió luz para el despacho, se sentó
 87     17|    pensaba en otra cosa. Llegó la luz. Quintanar miró con ojos
 88     17|          del cenador solos y a la luz de las estrellas...» Pero
 89     18|       pasar rayos estrechos de la luz del día moribundo; apenas
 90     19|          la Silla. La fiebre daba luz y lumbre a los ojos de la
 91     19|          entrecejo; le enojaba la luz, tropezaba con los muebles,
 92     19|    vivienda humana llamado por la luz... Y cerca de Ana nerviosa,
 93     19|           muy mal humor. Apagó la luz. La oscuridad le sugirió
 94     19|            Al amanecer, cuando la luz pálida y cobarde se arrastraba
 95     19|        tiempo, aparece un poco de luz que arranca vibraciones
 96     19|           tomaba color, es decir, luz. La conversación, ya perezosa,
 97     20|     compasión ellos que no ven la luz del mediodía, ni el sol
 98     20|       secreto; los reflejos de la luz quebrándose en el vino y
 99     20|          llenos de reflejos de la luz y de reflejos eléctricos
100     20|          los ojos levantados a la luz de la araña, con palabra
101     21|        rosetones dejaban pasar la luz deshaciéndola en rojo, azul,
102     21|           bóveda blanca, llena de luz que penetra por ventanas
103     21|           de su estudio saldría a luz, el público la admiraría
104     21|        momento que tenía: '...Una luz de parecerle de poca estima
105     21|         Despertaba sonriendo a la luz. Su pensamiento primero,
106     21|         cada día en esa región de luz en que el alma penetra,
107     21|        mayor del alma, el faro de luz mística, el guía en el camino
108     22|      estaba templada y húmeda. La luz cenicienta penetraba por
109     22|     cortina de percal y la triste luz del día de plomo cayó sobre
110     23|        más adelante. No había más luz que aquella esparcida por
111     23|      despedía rayos herida por la luz de los ciriales que acompañaban
112     23|         su alumbramiento; y dio a luz a su Hijo primogénito y
113     23|          pálido; lo vio ella a la luz de una cerilla que encendieron
114     23|    Regenta el rostro a la raya de luz y vio a don Víctor sentado
115     23|  Quintanar leía en voz alta, a la luz de un candelabro elástico
116     23|        llegó Ana a su tocador; la luz de esperma que se reflejaba
117     25| conciencia había visto, como a la luz de un fogonazo, horrores
118     25|        había abierto su alma a la luz de la religión, de la virtud...
119     25|    emborrachado con palabras, con luz, con vanidad, con ruido...,
120     25|    aprovechaba aquel intervalo de luz y calor, que no por efímero
121     25|          de los altares, que a la luz blanca del día ostentaban
122     25|            Aquellas imágenes a la luz del día recordaban vagamente
123     26|         torre que con un punto de luz roja señalaba al cielo... «¡
124     26|        hacia arriba, mostrando la luz amarillenta de los pábilos,
125     27|          y sembraba de charcos de luz el suelo a lo largo del
126     28|           ambicionar...?»~ ~ A la luz de un relámpago, la Regenta
127     28| corporales; el ruido del agua, la luz de los relámpagos, los truenos
128     28|           todo esto se hacía a la luz de la luna, miel sobre hojuelas.~ ~
129     28|           juegos, estuvieron a la luz de la luna cerca de una
130     28|          en medio, en el hueco de luz, mirándole seria, dulce...,
131     28|         de viento apagó la última luz que alumbraba el cuadro
132     28|          salón y aquella discreta luz del farol de enfrente y
133     29|           su madre; escribía a la luz blanquecina y monótona de
134     29|   autoridad se lo decía la escasa luz del día». «El orto del sol
135     29|          podía aquella escasez de luz originarse de la densidad
136     29|           antes obcecado; aquella luz no podía ser la de las ocho,
137     29|              A pesar de la escasa luz del crepúsculo, cuando aquel
138     29|      absurdo haber tomado la poca luz del alba por día nublado.
139     29|    blancas, que se comían toda la luz del día, difusa y como cernida
140     29|     miraba el paisaje triste a la luz de la luna, que aquella
141     30|            Miró a don Víctor a la luz del farol de la escalera
142     30|       remota le acudía para darle luz; no sabía absolutamente
143     30|         he notado al entrar, a la luz del farol de la escalera...~ ~ -
144     30|          dos, tres veces... Pidió luz asustado y vio a su amiga
145     30|            Esto era claro como la luz. Pero a ratos, meditando,
146     30|        bajo los pies, volver a la luz, el salir de este caos doloroso
147     30|        negra, larga. Ana vio a la luz de la lámpara un rostro
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