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Cap.
1 2| blasfemando así de Dios y sus santos!~ ~ Ea, se había cansado; 2 4| que por Dios y todos los santos continuasen viviendo donde 3 4| librepensador que no leía libros de santos, ni de curas, ni de neos, 4 4| semejantes, cuando se trataba de santos y curas creía que no estaba 5 11| mundo entero! -gritó don Santos Barinaga, que siempre acudía 6 11| Bah, bah, bah, don Santos; usted no puede ser juez 7 11| Cayetano confiesa que don Santos y don Fermín son enemigos 8 11| Barinaga, al bueno de don Santos, se le haya metido en la 9 11| del Magistral? Pues si don Santos le maldice porque le roba 10 11| los presentes, menos don Santos, convinieron en que aquello 11 11| un Candelas...!~ ~ Don Santos Barinaga gritó:~ ~ -No señores, 12 11| Provisor desnuda a todos los santos para vestirse él. Es un 13 11| hazaña, ni el mismo don Santos Barinaga que andaba a caza 14 11| con la expresión de los santos de cromo.~ ~ -¿Qué hay?~ ~ - 15 11| don Custodio, Foja, don Santos y el mismísimo don Álvaro 16 11| a ti las nuevas; si don Santos se arruina por culpa nuestra 17 12| de enfrente. No había más santos en el salón ni otra cosa 18 12| repetir cuanto han dicho los Santos Padres y los Místicos en 19 15| allá dentro con Dios y los santos, bebiendo en los libros 20 15| desde que el mísero de don Santos Barinaga se había ido arruinando.~ ~ 21 15| ya por el arroyo. Era don Santos Barinaga, que volvía a su 22 15| bajo. El violín calló y don Santos dio media vuelta, como buscando 23 15| Cruz Roja no respondía, don Santos, dirigiéndose a su propia 24 15| aquel Pepe, conoció a don Santos y se acercó sin acelerar 25 15| dijo con voz grave:~ ~ -Don Santos, ya es hora de acostarse; ¿ 26 15| anciano...?~ ~ -Vamos, don Santos, vamos a casa...~ ~ -Te 27 15| no hay que alborotar, don Santos; porque ya se han quejado 28 15| siguió adelante.~ ~ Don Santos le convidaba a veces a echar 29 15| adentros su víctima...~ ~ Don Santos volvió a su monólogo, interrumpido 30 15| El ministro soy yo, yo, Santos Barinaga, honrado comerciante... 31 15| barandilla para ver a don Santos.~ ~ «¿Oirá algo? Parece 32 15| mío...~ ~ Se irguió don Santos; volvió a descargar una 33 15| esa puerta!~ ~ -¡Señor don Santos, a la cama! -dijo el sereno, 34 15| dinero.~ ~ -Ea, ea, don Santos, basta de desatinos.~ ~ 35 15| entero menos de aquel don Santos Barinaga que le había estado 36 15| desfallecimientos!~ ~ Don Santos y el sereno llegaron, después 37 15| con estrépito. Entró don Santos en la tienda, que era como 38 15| situación del infeliz don Santos para combatir al Magistral; 39 15| mártir era él.~ ~ Como don Santos había sospechado, Celestina 40 15| oía aquellos gritos de don Santos:~ ~ «¡Ladrón... ladrón... 41 16| tristemente el día de los Santos, por la tarde, sentía una 42 16| La tarde de Todos los Santos, Ana creyó perder el terreno 43 16| debilidad común, y hasta de los santos, y general duelo de los 44 16| día la fiesta de Todos los Santos; había salido a paseo porque 45 16| de aquel día de Todos los Santos recibió como agradable incienso 46 17| entre ellos el de Todos los Santos. Muchas señoras abonadas 47 17| teatro en noche de Todos los Santos.~ ~ Ripamilán gritaba:~ ~ - 48 17| particularmente la vida de algunos santos y las obras de Santa Teresa 49 17| propia vida y la de los santos. ¡Ay de usted si desmaya 50 18| ocasiones de alabar a Dios y sus santos, en solemnidades tan notables 51 18| tarde memorable de Todos los Santos. Entonces Ana se ponía en 52 18| Desde la noche de Todos los Santos, Mesía, vergüenza le daba 53 20| algunos años tropezó con don Santos Barinaga en el Restaurant 54 20| llegó a ser íntima. Don Santos había sido siempre un buen 55 20| hacer un prosélito de don Santos. De día en día y de copa 56 20| mostrador a la mesa de don Santos, se le quedaba mirando largo 57 20| pasión; no había llegado don Santos al ateísmo, «pero éste era 58 20| aguardiente y el cognac; pero don Santos si no bebía no daba pie 59 20| Pompeyo daba el brazo a don Santos y le acompañaba hasta dejarle 60 20| que le adoraban.~ ~ Don Santos quedaba solo en batalla 61 20| contagió con el odio de don Santos al Provisor y a doña Paula. «¡ 62 20| honra del Provisor. Don Santos alborotó la vecindad muchas 63 20| entiende?, ¿van a prender a don Santos después de haberle arruinado? ¿ 64 20| aseguraban haber encontrado a don Santos dando patadas a la puerta 65 20| de La Cruz Roja y de don Santos, era porque el otro negocio, 66 20| noches el borracho de don Santos. No se volvió a pensar en 67 20| oír a don Pompeyo y a don Santos maldecir de las religiones 68 20| aras, de la ruina de don Santos, de los millones del Magistral 69 20| Pero el escándalo de don Santos el de los Cristos, como 70 21| poco y hacerle leer libros santos en vez de patrañas de comedias. 71 21| nunca has leído vida de santos, verdad?~ ~ -Sí, hija, sí, 72 21| que se salvaría; pero los santos escritores presentaban como 73 21| les faltaba auditorio. Don Santos Barinaga no salía de casa, 74 22| hablaba más que de él.~ ~ «Don Santos Barinaga, el rival mercantil 75 22| y su hijo; el pobre don Santos, se moría sin remedio, según 76 22| Además, hoy día el pobre don Santos ya no tiene dinero ni para 77 22| dignaba explicar aquello. «Don Santos, aunque se pasmasen aquellos 78 22| derecho para calumniar a don Santos Barinaga; harto tiene el 79 22| verde se quita, pero don Santos es un tonel en persona y 80 22| averiguar de qué se moría don Santos, pero a la media hora se 81 22| en la sombra al pobre don Santos Barinaga, al cabo de algunas 82 22| vida o la muerte de don Santos; nadie había extendido una 83 22| ultrajada. El pobre don Santos Barinaga, víctima del monopolio 84 22| mandar una gallina a don Santos para que le hiciesen caldo.~ ~ 85 22| últimos tiempos el buen don Santos, retraía a muchas almas 86 22| una indignidad».~ ~ Don Santos había dado plenos poderes 87 22| está ahí? -preguntó don Santos con voz débil, sin más energía 88 22| señorita es hija de don Santos y con ella y con él es con 89 22| retractación indigna, ya lo sé. Don Santos ha delegado en mí todos 90 22| Señor cura, acabemos. Don Santos está dispuesto a morir sin 91 22| pronto, porque la hija de don Santos cayó desmayada. La bajaron 92 22| puchero miserable de don Santos.~ ~ «Allí no había más caridad 93 22| Se lo hizo beber a don Santos, sujetándole la cabeza que 94 22| evitar que la hija de don Santos introdujese allí subrepticiamente « 95 22| anís, que hoy velo a don Santos.~ ~ La esposa de don Pompeyo 96 22| visitaban de vez en cuando a don Santos; todos compadecían aquella 97 22| flaco jergón, mientras don Santos repetía con voz pausada, 98 22| compasión..., admita usted los Santos Sacramentos...!~ ~ -Me los 99 22| Infame! ¡Infelices!~ ~ Y don Santos se incorporó como pudo, 100 22| médico Somoza dijo que don Santos moriría al oscurecer.~ ~ 101 22| pedido dinero prestado don Santos, tenía alguna autoridad 102 22| gaseosos... y sólidos...~ ~ Don Santos levantó un poco la cabeza 103 22| testamento: que muero, yo, Santos Barinaga..., por falta de 104 22| señora hija...~ ~ -Vamos, don Santos -se atrevió a decir el cura -, 105 22| Virgen, y al oír que don Santos se negaba a recibir al Señor, 106 22| noche de luna al ver a don Santos arrastrar su degradación 107 22| no existía. «Y ahora don Santos moría escandalosamente, 108 22| decirle que la calle de don Santos y la tienda se llenaban 109 22| Convencional, ¿no es eso? Don Santos es un borracho insolente 110 22| piadoso de salvar a don Santos, se atrevió a decir:~ ~ - 111 22| empinada en que vivía don Santos, casi enfrente de la casa 112 22| entraba y salía en casa de don Santos, bajaba con noticias, le 113 22| pero como si cantara. Don Santos era un hombre de convicciones 114 22| observó Foja -, que si don Santos muere fuera del seno de 115 22| modo el estómago de don Santos. Las últimas existencias, 116 22| como vacilando. Era don Santos, que salía por última vez 117 22| Magistral. Aquel pobre don Santos había muerto como un perro 118 22| abierto... Y allí estaba don Santos..., el buen Barinaga que 119 23| resplandor que brillará en tus santos yo te he engendrado de mis 120 23| Arcipreste, figurándose a los santos esposos camino de Bethlehem ( 121 25| blanca del día ostentaban sus santos de yeso y madera barnizada 122 25| especie de descanso de los santos a las horas en que cesa 123 26| presidió el entierro de don Santos Barinaga, don Pompeyo no 124 26| cristianismo, y que asistía a los santos oficios a blasfemar y hacer 125 26| era ver al señor pedir los Santos Sacramentos.~ ~ El Magistral 126 26| Oh Barinaga! ¡Infeliz don Santos! ¿Estará en el infierno, 127 26| fonda todos los Viernes Santos.~ ~ «¡Aquel don Pompeyo 128 27| luces, no es el siglo de los santos. ¿No opina usted lo mismo, 129 29| fingiendo pulcritud, invocando santos intereses, después olvidando 130 30| alma, la compañía de los santos y la amistad de un corazón