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Cap.
1 1| pronto halló esto:~ ~ -¡Oh! ¡mucho! ¡evidentemente! ¡ 2 1| Provisor de la diócesis...~ ~ -¡Oh! ¡oh! ¡ya! ¡ya! -exclamó 3 1| la diócesis...~ ~ -¡Oh! ¡oh! ¡ya! ¡ya! -exclamó Infanzón, 4 1| una vez no se olvida.~ ~ -¡Oh, qué hermoso! -exclamó sin 5 2| ya una gollería. Pero, ¡oh escándalo!, ahora (don Custodio 6 2| sinvergüenza, libertino. «¡Oh, si no fuera porque su marido 7 2| mujer, pero Carolina!~ ~ -¡Oh!, déjela usted, señor Infanzón; 8 4| Carlos, y lo otro de -: Oh, procul, procul estote prophani.~ ~ 9 5| cuanto llegó a Madrid.~ ~ -«¡Oh!, el convento, el convento; 10 6| viene el señor Mesía...~ ~ -Oh, es que el señor Mesía... 11 8| El favorito actual era (¡oh, escándalo del juego natural 12 8| raspaba la madera y... ¡oh, triunfo!, ésta no se deshacía 13 9| tendré paciencia».~ ~ -¡Oh, le estoy cansando a usted! - 14 9| para algo en adelante? ¡Oh!, ¡quién le hubiera puesto 15 9| ser querida, ¿por qué no? ¡Oh, de qué manera tan terrible 16 10| queja tenía ella? Ninguno. ¡Oh!, no había pretexto, no 17 10| barba que le sentaba mejor. ¡Oh, y lo que es como un padre 18 10| sin esperanza de él... ¡Oh, no, no, eso no!»~ ~ Sentía 19 10| Era una de sus divisas. ¡Oh!, si la veía, la hablaba, 20 10| Pero ella resistiría. ¡Oh!, ¡sí!, aquella tentación 21 11| respeto. ¡Farsa, pura farsa! ¡Oh, si yo echase a volar mi 22 11| pero ¿era todo calumnia? Oh, si la Regenta supiese quién 23 11| mandar más que en Vetusta. ¡Oh!, estaba seguro. Si algún 24 12| hombres de talento.~ ~ -¡Oh, mi señor don Fermín!, cuánto 25 12| crimen de lesa humanidad... ¡Oh! ¡Si yo cogiera al curita 26 12| Lucía, mi prima carnal. ¡Oh, señor de Pas, fácil victoria 27 12| llevar de la ira...~ ~ -¡Oh, no, eso no!, él sí que 28 13| respeto y estimación.~ ~ -¡Oh, señor Magistral!~ ~ -¡Oh, 29 13| Oh, señor Magistral!~ ~ -¡Oh, cuánto bueno!~ ~ -Aquí 30 13| cultivar a la primita... ¡Oh, eso sí que no te lo perdono! 31 13| ese talento social...! ¡Oh, ha de ser un hombre!»~ ~ 32 13| hacía el mercado...~ ~ -¡Oh, por Dios, señor Marqués...! 33 13| su oficio de confesor... ¡Oh!, debía acudir antes para 34 13| Sí, señora, ¿por qué no? Oh, hija mía, cuando nos conozcamos 35 13| quiera llamarse, eso sí. ¡Oh!, como él llegara a vencer 36 13| siete he de estar...~ ~ -Oh, no, no valen disculpas... 37 13| con verdadera pena:~ ~ -Oh, por Dios, no sea usted 38 14| general de la diócesis! ¡Oh, sí! Volvería a casa, se 39 15| Tal vez todo mezclado. Oh, pero también, también el 40 15| olvidadas estaba sintiendo! Oh, para él no era nuevo, no, 41 16| ídem; comer poco... ¡oh!, esto era el colmo del 42 16| había hecho infeliz... ¡Oh, pero estaba aún a tiempo! 43 16| de ópera de lance.~ ~ -¡Oh, como el barítono Battistini 44 16| cuanto a su cómplice..., ¡oh!, en cuanto a su cómplice... 45 16| y... ¿qué decía?~ ~ -¡Oh..., qué decía! No se entendía 46 17| Deán se escandalizó.~ ~ -¡Oh!, ¡oh! -dijo -, eso no, 47 17| escandalizó.~ ~ -¡Oh!, ¡oh! -dijo -, eso no, señor 48 17| Usted tiene enemigos?~ ~ -¡Oh, amiga mía! Cuenta las estrellas 49 17| sus poéticas ideas.~ ~ «Oh, sí, aquello era mejor; 50 17| la desesperación...~ ~ -¡Oh, no; eso no, Anita! ¡La 51 17| pero como lo siento, no; ¡oh!, estoy segura de que, tal 52 18| hipocresía toda su resignación. «¡Oh, no, no!, ¡yo no puedo ser 53 18| de los ministros...~ ~ -¡Oh..., don Víctor..., no crea 54 18| desdén sobre un banco.~ ~ -¡Oh!, ¡oh!, ¡estamos mal! -había 55 18| sobre un banco.~ ~ -¡Oh!, ¡oh!, ¡estamos mal! -había exclamado 56 19| más temprano a casa...~ ~ -Oh, sí, de eso esté usted seguro. 57 19| Ya lo descargaría!»~ ~ «¡Oh! -pensaba -, lo que es ahora 58 19| pensando en el Magistral. «¡Oh, qué grande hombre! ¡Y qué 59 19| le decían al alma...~ ~ -Oh, no, no -se dijo, mientras 60 19| creer intensos, punzantes. «¡Oh, qué diferencia entre aquel 61 20| no le dejaban verla. Y, ¡oh rabia!, el Magistral, él 62 20| de ese organismo...~ ~ -Oh, amigo mío -replicó el Magistral, 63 20| carne a la inglesa...~ ~ «¡Oh!, le corría prisa; hubiera 64 20| Mucho!, ¡mucho!, ¡oh, sí, la ciencia!, ¡mucho...!, ¡ 65 20| más, apenas la veía.~ ~ «-¡Oh, a él, a don Álvaro Mesía 66 20| que volviera al Casino! Oh, aquello era demasiado. 67 20| factor de aquella alegría. «¡Oh! al fin la aristocracia 68 20| bien -prosiguió Juanito -; oh tú, Pompeyo, pomposo Pompeyo, 69 20| no está en este mundo... ¡Oh, maldita Regenta! ¡Esa mala 70 20| la mesa y exclamó:~ ~ -¡Oh, mi queridísimo Mesía! ¡ 71 21| alabanzas de la santa de Ávila. «Oh, bien decía aquel bendito, 72 21| santidad? ¿A quién engañaba? ¡Oh!, si no fuera porque ella 73 21| siquiera para compadecerle... ¡Oh!, ¡qué hipócrita, qué gazmoña 74 21| rebelión en el alma.~ ~ «Oh, no; no quería volver a 75 21| confesión de don Fermín! ¡Oh, ya verían, ya verían en 76 21| sin nada de este mundo. ¡Oh, si no fuera por sus pájaros!»~ ~ ~ 77 22| maldecir? «¡Su Vetusta querida! Oh, no hay como los centros 78 22| malicia, qué perspicacia! ¡Oh, el ingenio vetustense!»~ ~ 79 22| trampa. Había que prepararse. Oh, podrían arrojarla de Vetusta, 80 22| había invadido su hogar». ¡Oh, por algo él vacilaba antes 81 22| y creyó volverse loca. «Oh, el ser bueno era además 82 22| caridad quedaría contenta.~ ~ -Oh, en este siglo -gritaba 83 22| y vendrá a burlarse..., oh, si yo me levanto...! ¿Pero 84 22| cólera mal comprimida. «Oh, el hombre que había reducido 85 22| perseguido por sus ideas.~ ~ -¡Oh, hay que protestar muy alto!~ ~ -¡ 86 23| bondad de acompañarle, ¡oh colmo de las bromas pesadas 87 23| Ana en aquel instante... «¡Oh!, ¿por qué ella no podía 88 23| marido, de sí misma...~ ~ «¡Oh, qué ridículo viaje por 89 24| baila, pero hace bulto.~ ~ -¡Oh, gran adquisición! -dijo 90 24| tanto tiempo retirada... ¡Oh!, será un gran ejemplo.~ ~ - 91 24| estamos en confianza...!~ -¡Oh, perfectamente, perfectamente!~ ~ 92 25| reloj de la muerte.~ ~ -Oh, sí, estuve loca -seguía 93 25| es un pobre diablo. ¡Oh, pero por quien soy...! ¡ 94 25| la que no tenía perdón. Oh, si alguna vez volvía ella 95 25| preparación. ¿Para qué?»~ ~ «Oh, Mesía era más noble, luchaba 96 25| serían aguijones del deseo. «¡Oh...!, sí, en la Pascua nos 97 25| Pero rezaba para creer. Oh, malo sería que el Magistral 98 25| querían acabar con aquello! ¡Oh, no, no, yo no! Contigo, 99 25| acordó del Magistral. «¡Oh, qué ingrata, qué cruel 100 25| estaba haciendo lo mismo! ¡Oh, no, al Calvario, al Calvario! 101 26| religioso. ¿Pero cómo? ¡Oh ludibrio!» Don Pompeyo se 102 26| de Dios que muera...~ ~ -Oh, no, eso no...~ ~ -Tal creo 103 26| de mi conciencia...~ ~ -Oh, muy respetable..., muy 104 26| espiritual de Vetusta... ¡Oh!, ¡qué gran efecto teatral...! 105 26| podía ser conquistado... ¡Oh Barinaga! ¡Infeliz don Santos! ¿ 106 26| envidia crecía en su pecho -. «Oh, lo que es esto -pensaba -, 107 26| que iba a llevar al lado. Oh, si ella tuviese todavía 108 27| Lasciami, lasciami~ ~ ~ ~oh lasciami partir...~ ~ Calló 109 27| cuarteto... y ¡el paraíso! Oh, los versos... los versos 110 27| nada más que música... Oh, pues por música que no 111 27| prohibiría la desmedida afición. ¡Oh, qué cosas tan nuevas encuentro 112 27| recurría a tal indumentaria. Oh, si le fuera lícito vestir 113 27| diálogo que entablaron.~ ~ -¡Oh!, no puede figurarse usted 114 27| aquella de la procesión... Oh, cada vez que me acuerdo 115 28| que era un lodazal... ¡Oh, aquellos relámpagos debían 116 28| mismo idiota del marido... Oh, ¿quién es aquí el marido? ¿ 117 28| groseras aprensiones del vulgo? Oh, no; ya sabía que la letra 118 28| pasión con una esperanza? Oh, no; demasiado sabía que 119 28| Víctor se le caía la baba. «¡Oh, el mar, si no hay como 120 29| la cuenta, se marcharía. ¡Oh placer! Quintanar respiró 121 29| Había sido una venganza. ¡Oh!, una venganza bien cumplida. 122 29| actividad le horrorizaba... ¡Oh, qué bien si se parase el 123 29| esto no tiene nombre, ¡oh...! sí lo tiene» Y, ¡zas!, 124 30| una que fuese sonada... «Oh, sí, cuanto antes..., en 125 30| responsable de su delito! Oh, no, lo que es a ella no 126 30| cargado con postas.~ ~ «¡Oh, sí! El Magistral le había 127 30| Que no hubiera sangre, eh? Oh, lo que es como volviese 128 30| la idea de la calle... ¡Oh, no, por Dios..., no!, por 129 30| el fantasma del crimen. ¡Oh, qué evidente era el mal! 130 30| usted un suicidio?~ ~ -¡Oh, no, eso no!~ ~ -Pues si