Cap.

  1      1|          barrio noble y el barrio pobre de Vetusta. Los más linajudos
  2      1|       plebe vetustense, demasiado pobre para poder habitar las barriadas
  3      1|  despreciaba; la envidia de aquel pobre clérigo le servía para ver,
  4      1|          fervorosa contrición del pobre hombre. ¡Y que le dijeran
  5      2|          apestaba a brea. Pero el pobre lugareño seguía diciendo
  6      3|        había más suavidad para la pobre niña. Entonces debía de
  7      4| seducciones sin cuento, honrada y pobre. Ésta fue la madre de Ana
  8      4|       tomar el sol».~ ~ Él sí era pobre, y más cada día, pero achacaba
  9      4|         con las manos en cruz. La pobre muchacha se aburría mucho
 10      4|           aquel pánico pasó, y la pobre niña sin madre sintió dulce
 11      5|          poder de criados aquella pobre niña, huérfana y enferma,
 12      5|       asilo. Sabía que estaba muy pobre. Su padre, pocos meses antes
 13      5|     descansaba, vestida, sobre su pobre lecho, saltó de él a las
 14      5|      conversación de las tías, la pobre huérfana no se hubiera atrevido
 15      5|          ve recoger a un pariente pobre, ¿para qué? para ahorrar
 16      5|         mucho a Anita, porque era pobre. Para ellas la hermosura
 17      5|         doña Anuncia - porque era pobre; pero ella les tomaba la
 18      5|            En Vetusta la juventud pobre no sabe ganarse la vida,
 19      5|           no podía estar en aquel pobre rincón la realidad del sueño,
 20      7|  divertirse (ya sabes lo que a la pobre le gustan estas cosas),
 21      7|        eficaz que ella conoce. El pobre Bermúdez sería feliz, dado
 22      7|        bromas y se despidió.~ ~ -¡Pobre diablo! -dijo Mesía.~ ~ -
 23      8|      menudo a hacer compañía a la pobre señora que se había quedado
 24      8|         ya ve usted! ¡Sólo que al pobre Marqués, por supuesto, no
 25      8|         chasco que se llevaría el pobre Joaquinito Orgaz, que había
 26      8|          el río Celonio velaba un pobre aldeano tripulando miserable
 27      8|      lecho, pero no quedaba de la pobre niña ni una prenda, ni un
 28      8|        Virgen...!~ ~ -Creo que la pobre siente mucho no tener un
 29      9|    aquellas confesiones. Decía el pobre hombre que se sabía de memoria
 30      9|    propias desdichas. «Yo soy más pobre que todas éstas. Mi criada
 31     10|       voluptuosa frescura', aquel pobre Mr. Brooke se había casado
 32     10|          y nos coge el luto de tu pobre tía Águeda que se fue a
 33     11|          me diga: el Magistral es pobre y cuanto se murmura de cohechos
 34     11|        había sabido antes?»~ ~ El pobre don Cayetano era hombre
 35     11|         consentía que su hijo, su pobre Fermín, que para ella siempre
 36     11|  quisieran coger en una trampa al pobre Fermo?» Estas malas artes,
 37     11|         de su secreto entre en mi pobre morada; yo soy un hombre
 38     12|           señor Magistral, que la pobre señorita no está de cuidado?~ ~ -
 39     12|       continuó el doctor - que mi pobre Carraspique está supeditado
 40     12|          hierro había dominado al pobre santo de cera. El hijo,
 41     12|          todavía a vueltas con el pobre Voltaire; de los modernos
 42     12|           pocos meses no había un pobre en todo el Ayuntamiento
 43     12|           que no hagamos caso del pobre don Segundo, el cura de
 44     13|    coquetear con el clérigo, y al pobre Bermúdez, enamorado de la
 45     13|     prestaríamos..., ya ves... el pobre don Víctor...~ ~ -¡Ya se
 46     13|           objeto despellejar a la pobre Obdulia. Ripamilán citaba,
 47     14|            mientras le daban a la pobre joven el Señor. Hacía mucho
 48     15|           hacia la puerta:~ ~ -La pobre no  cómo tiene cuerpo.~ ~ -¿
 49     15|         qué  yo! Está muerta la pobre.~ ~ -¿Y a qué ha ido? -contestó
 50     15|         alma!~ ~ -¿No nos dejó tu pobre padre muertos de hambre
 51     15|       Paula arrancó de una vez al pobre párroco de Matalerejo, el
 52     15|  Autoridad civil; pero el cura es pobre. Paula veía pasar por sus
 53     15|          a un hospital por loco y pobre.~ ~ Aquel imperio fue el
 54     15|             es claro, como soy un pobre... Vete, déjame con esta
 55     15|        por fuerza.~ ~ -Porque soy pobre... ¡Ingrato! -dijo Barinaga,
 56     15|          pudiera enviarle a aquel pobre viejo la taza de  por
 57     16|           maestro Zorrilla.~ ~ La pobre Regenta estuvo elocuente;
 58     16|           le pesaba de engañar al pobre don Víctor, porque le reservaba
 59     17|          dar una peseta a un niño pobre para comprar un globo de
 60     17|        por el estilo, al ver a la pobre novicia, a Sor Inés, caer
 61     17|           en que regaló a un niño pobre un globo de colores. ¿Qué
 62     17|          a veces la palabra de un pobre cura de aldea encierra en
 63     18|        chillona, como canturia de pobre de solemnidad. Molestaba;
 64     18|       estar compadeciéndose de un pobre niño perdido en los hielos..., ¡
 65     18|        Señor -le dijo llorando un pobre pescador de barba blanca,
 66     19|      Frígilis... y don Álvaro. El pobre Ripamilán era invitado,
 67     20|          sabía cómo explicarlo el pobre don Frutos -. «Ello venía
 68     20|    parroquial, ese clero honrado, pobre, humilde..., pero el alto
 69     21|  preguntaba doña Paula.~ ~ Era un pobre o uno del pueblo. Nunca
 70     21|         inútiles había sufrido el pobre perrero! Ahora le halagaba,
 71     21|       Para qué perseguían a aquel pobre don Fermín si ya había muerto?
 72     22|          doña Paula y su hijo; el pobre don Santos, se moría sin
 73     22|  alimentación. Además, hoy día el pobre don Santos ya no tiene dinero
 74     22|          Barinaga; harto tiene el pobre con morirse de hambre y
 75     22|  Petronila. ¿Para qué molestar al pobre don Víctor? Ya que amistades
 76     22|         santo a sus ojos y ser un pobre cuerpo de barro que vive
 77     22|         utilizar en beneficio del pobre mártir aquella abnegación
 78     22|      tiempo dejar en la sombra al pobre don Santos Barinaga, al
 79     22|           humanidad ultrajada. El pobre don Santos Barinaga, víctima
 80     22|          el que mata de hambre al pobre ciudadano señor Barinaga, ¡
 81     22|    miseria y de la enfermedad del pobre anciano, ya tenía bastante;
 82     22|      espalda y se puso a medir la pobre estancia a grandes pasos,
 83     22|              no aflija usted a la pobre Celesta. Hablemos de otra
 84     22|       Fermín padecía», pensaba el pobre don Francisco, y sin querer,
 85     22|          cura de la parroquia; el pobre es un bendito, un fanático
 86     22|        última parte de su vida el pobre Barinaga. Ahora los ratones
 87     22|        esto es una iniquidad: ese pobre viejo ha muerto de hambre,
 88     22|       delito del Magistral. Aquel pobre don Santos había muerto
 89     22|           alcázar de la fe... del pobre comerciante...!»~ ~ Un escalofrío
 90     24|              Quién lo diría!~ ~ -¡Pobre Magistral!~ ~ -¡Y qué hermosa!~ ~ -¡
 91     24|          a la figura que ella, la pobre Ana, había visto tantas
 92     24|      abrazo de que ha gozado esta pobre mujer». ¡Ay, sí, era un
 93     25|         padre espiritual... es un pobre diablo. ¡Oh, pero por quien
 94     25|         llorar. A su lado un niño pobre, rubio, pálido y delgado,
 95     26|    tunante?~ ~ -No, señora; es un pobre diablo. Tenía que acabar
 96     26|         su seno... etc.~ ~ ~ ~ Al pobre Trifón le salían los versos
 97     26|     perdonaría jamás...~ ~ -¿Y el pobre calzonazos dio su permiso? -
 98     26|       Dios en tal instante.~ ~ El pobre don Pompeyo, el ateo, ya
 99     26|         una marcha fúnebre.~ ~ Al pobre Quintanar se le escaparon
100     26|           amistad no ofreciera al pobre náufrago una tabla donde
101     27|          que no haya nada feo, ni pobre ni triste.~ ~ Paco y la
102     28|     pronto había dejado de ver el pobre aparato escénico del teatro
103     29|          posible, probable que la pobre chica no sospeche nada,
104     29|  disculpaba, reflexionando que el pobre Álvaro hacía aquello por
105     29|          pegarse un tiro. Ana, la pobre Ana, tenía derecho a una
106     29|     circunstancias de prodigar. «¡Pobre Ana, qué sabía ella de todas
107     29|          podía decir con razón: «¡Pobre Ana, que no sabe nada de
108     29|           Petra podía exclamar: «¡Pobre don Álvaro, que no sabe
109     29|           nuca.~ ~ «Era el otro; ¡pobre, no sabía lo que le aguardaba!»~ ~
110     29|      espíritu.~ ~ «Ay, sí, era un pobre viejo; un pobre viejo, y
111     29|            era un pobre viejo; un pobre viejo, y le engañaban, se
112     29|        Mesía y entierre viva a la pobre Ana...! ¡Ay, Ana también
113     29|        dinamita en el cerebro del pobre viejo.~ ~ «¡Soy un tal,
114     29|          amigo. Sí, se apoyaba el pobre viejo con cariño, confianza,
115     30|         de Ana le habían caído al pobre ex-regente como una maza
116     30|          se hizo mística...? Y la pobre... también tuvo que sufrir
117     30|           a caer sobre el sofá el pobre viejo, que volvía a sentir
118     30|         muere cantando. Sintió el pobre viejo una compasión supersticiosa:
119     30|          honra difunta de aquella pobre viuda encerrada entre cuatro
120     30|           sus labios decían:~ ~ -¡Pobre Ana! ¡Perdida sin remedio! ¿
121     30|     torpeza!~ ~ -¡Eso! ¡Eso!~ ~ -¡Pobre don Víctor!~ ~ -Sí, pobre,
122     30|         Pobre don Víctor!~ ~ -Sí, pobre, y Dios le haya perdonado...,
123     30|           del gran mundo. Pero el pobre don Cayetano había caído
124     30|     Crespo resolvió divertir a su pobre amiga en su misma casa.~ ~ «¡
125     30|           una obra de caridad. La pobre estará mal de recursos y
126     30|          rico..., pero es uno tan pobre...»~ ~ «Y -añadía -, por
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