Cap.

  1      1|           se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de
  2      1|      fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que
  3      1|         melancólico y meditabundo. Horas y horas, hasta el crepúsculo,
  4      1| melancólico y meditabundo. Horas y horas, hasta el crepúsculo, pasaba
  5      1|         Colonia, solitaria a tales horas? Pues era don Saturnino
  6      3|        cardos en el alma. En tales horas no quería a nadie, no compadecía
  7      3|           pensó que dentro de tres horas, antes de amanecer, saldría
  8      3|            caza prohibida, a tales horas, por la Regenta. Anita no
  9      3|         sólo puedo disponer de dos horas y media de descanso, me
 10      3|     atrevió. Además, antes de tres horas debía estar camino del Montico
 11      3|          engaña y sale de casa dos horas antes de lo que ella piensa!...~ ~
 12      4|          pómulos colorados, estaba horas y horas recorriendo espacios
 13      4|          colorados, estaba horas y horas recorriendo espacios que
 14      5|   aventurarse a recorrer en veinte horas de diligencia la carretera
 15      5|   emprender el viaje de las veinte horas hasta que se le pidió esta
 16      5|   vetustense.~ ~ Ana estaba muchas horas sola. Sus tías tenían costumbre
 17      5|            con delicia de aquellas horas. Para ella su lecho no estaba
 18      7|         una robusta aldeana en dos horas de pugilato, el que había
 19      8|         diluvio universal. A todas horas, de día y de noche, en alguna
 20      9|          de Mari-Pepa.~ ~ -A estas horas no hay nadie por estos sitios,
 21      9|           Regenta por allí a tales horas, pero en esta ocasión, con
 22     10|           al fin del mundo a estas horas. Y si Redondo se incomodaba,
 23     10|         Qué miserable soy en estas horas de desaliento! ¡Qué infamias
 24     10|            plaza, desierta a tales horas... Nadie; no se asomaba
 25     10|         muy en orden, pero a estas horas..., es decir..., a estas
 26     10|      papando moscas te pasabas las horas muertas. Resultado: que
 27     11|        para el estudio más que las horas primeras del día y las más
 28     11|         Fermín motivo para meditar horas y horas.~ ~ Toda la noche
 29     11|        motivo para meditar horas y horas.~ ~ Toda la noche había
 30     11|           puramente el hecho. ¡Dos horas!»~ ~ En efecto, había sido
 31     11|            Ya lo ; estuviste dos horas y media en el confesonario,
 32     11|        otra; y si había durado dos horas o no había durado dos horas...~ ~
 33     11|        horas o no había durado dos horas...~ ~ El Magistral se santiguó
 34     11|           y sus confesiones de dos horas. No citó el nombre de Mesía.
 35     11|           demontres hablasteis dos horas seguidas?»~ ~ No se atrevió
 36     11|          su respeto filial. En las horas en que a sí mismo se despreciaba,
 37     12|            casa se rezan todas las horas canónicas; maitines, vísperas...
 38     12|          de ser de cuarenta y ocho horas!»~ ~ Las damas, aunque admiraban
 39     12|         ser un loco... pero ni dos horas permanezca en la ciudad,
 40     12|           Rufina solía cambiar las horas y comer a la que se le antojaba.
 41     13|     recordó Ana la carta que pocas horas antes le había escrito,
 42     14|           y de la confesión de dos horas o tres o cuatro. «¡Sabría
 43     14|          que probablemente a estas horas estaría metida en un pozo
 44     14|     parecía temer ya al Magistral. Horas antes esquivaba quedarse
 45     15|                 Hija mía, ¿a estas horas?~ ~ -Sí, señor, ahora me
 46     15|      animal solían ser a las altas horas de la noche, cuando el enamorado
 47     15|            fuego, ni eran aquellas horas... Hubo gritos, llantos
 48     15|            era hoy; dentro de ocho horas la Regenta estaría a sus
 49     16|           pretexto para pasar tres horas cada dos noches observando
 50     16|          de las almas grandes. Sus horas de rebelión nunca habían
 51     17|          su amiga durante aquellas horas de revolución, que Ana reputaba
 52     17|      Víctor los encontrase a tales horas en el parque, dentro del
 53     17|             ni días, ni noches, ni horas, ni sitios inconvenientes
 54     18|             Si el tren saliese dos horas antes, menos malFrígilis
 55     18|    monumental del comedor tétrico, horas y horas, de día y de noche.
 56     18|           comedor tétrico, horas y horas, de día y de noche. Don
 57     19|       torpezas de las criadas, las horas de hastío y silencio al
 58     19|           y exageraba al decir las horas que pasaba en vela. Para
 59     19|          su marido; la dejaba sola horas y horas que a él le parecían
 60     19|             la dejaba sola horas y horas que a él le parecían minutos.
 61     19|      amarillento o negro según las horas, según los días; el mundo
 62     19|            le prestaba en aquellas horas de la mañana de primavera;
 63     19|             Ana envidiaba en tales horas aquella existencia de árbol
 64     19|            que, al fin, llenan las horas...»~ ~ En esta situación
 65     19|    avergonzada de haber estado dos horas en la iglesia como una piedra;
 66     20|    aquellos ilusos que pasaban las horas de la brevísima existencia
 67     20|        Perdió aquel refugio de sus horas desocupadas, que eran muchas,
 68     20|            no verse en otra, pocas horas después, en el Casino, donde
 69     21|        construido...~ ~ Ana pasaba horas y más horas en la soledad
 70     21|             Ana pasaba horas y más horas en la soledad de su caserón:
 71     21|          después de dormir algunas horas o de tomar alimento con
 72     21|            su confesor, Ana muchas horas le olvidaba por completo
 73     21|     comunicativa, cariñosa a todas horas, como antes lo era después
 74     21|         anterior.~ ~ «Veinticuatro horas hacía ya». Otras veces había
 75     21|            Pero estas veinticuatro horas eran de otra manera, se
 76     21|         que es como se cuentan las horas. «Y bien, lo normal, lo
 77     21|           no verle... Veinticuatro horas y después otras tantas...
 78     21|           ver a la Regenta a todas horas y mirarse en sus ojos y
 79     22|            gris, era donde pasaban horas y horas los dos amigos del
 80     22|          era donde pasaban horas y horas los dos amigos del alma,
 81     22|         que no entregase todas sus horas al trabajo y a la penitencia. «¿
 82     22|            cara, a verle a su lado horas y horas, a probarle que
 83     22|            verle a su lado horas y horas, a probarle que su presencia
 84     22|           prodigiosamente en pocas horas, interceptaban la acera
 85     23|          su rincón. Terminadas las horas canónicas, el Magistral
 86     25|       estaban juntos ya a aquellas horas... «¡Infame, infame! Y le
 87     25|         sus tormentos, de aquellas horas de fiebre. «Después que
 88     25|          Grande, solitario a tales horas porque pocos confiaban en
 89     25|       descanso de los santos a las horas en que cesa la adoración,
 90     25|            solitario. Volvió a las horas del culto. Conocía que en
 91     26|            cuenta de cómo en pocas horas el espíritu de la opinión
 92     26|       espera...~ ~ Pasaban algunas horas, volvía a presentarse Trifón
 93     26|        muerta de vergüenza a estas horas. Nos la han fanatizado, ¿
 94     27|   ejercicio la distraía, a ciertas horas en que la aldea no ofrece
 95     27|    necesarios.~ ~ Ana, durante las horas del calor, que ya era respetable,
 96     27|        mire. La vida común con sus horas de hastío, de descuido,
 97     27|                pero yo soy a estas horas más vetustense que otra
 98     27|                Y, sin embargo, hay horas en que las vibraciones de
 99     27|           encerrarse en la capilla horas y horas, nada de rezar siglos
100     27|   encerrarse en la capilla horas y horas, nada de rezar siglos y
101     28|           dónde había bajado pocas horas antes de la casa del leñador.
102     28|         ira concentrada por tantas horas en el pecho del Provisor.
103     29|        pero el reposado dominio de horas y horas de voluptuosa intimidad
104     29|        reposado dominio de horas y horas de voluptuosa intimidad
105     29|         noches pasaba unas cuantas horas, la honra y tal vez la vida
106     29|          caso, y para combinar las horas. En el servicio de Petra
107     29|            hacía, le enteró de sus horas de salida; y lo demás que
108     29|           perdonado la vida... por horas, nada más que por horas, ¿
109     29|            horas, nada más que por horas, ¿por qué no empezaba por
110     29|           iba a tardar más de doce horas en ver el caserón, ¡aplazaba
111     29|            su venganza más de doce horas...!»~ ~ Pasaron un túnel
112     30|             podía matarla en pocas horas...» Esto había contestado
113     30|             A qué debo..., a estas horas..., la honra?, ¿qué pasa...? ¿
114     30|          tanto tiempo... y a estas horas...~ ~ -Al despacho, al despacho...
115     30|         cazar a Palomares, a estas horas debe de estar de vuelta
116     30|        manda a usted venir a estas horas a mi casa...?~ ~ -Don Víctor,
117     30|             A qué venía... a estas horas? -preguntó disimulando sus
118     30|           de haber mandado a estas horas sus padrinos a don Álvaro.~ ~ -¡
119     30|           después de pasar setenta horas en la cama, con fiebre un
120     30|            Durante aquellas largas horas de cama, con la debilidad
121     30|         Quintanar, estaría a estas horas tranquilo en el Tribunal
122     30|      acompañado a Mesía, que pocas horas después tomaba el tren de
123     30|         Grande tan hermoso a tales horas! O si no al obscurecer,
124     30|             Obdulia Fandiño, pocas horas después de saberse en el
125     30|    sentirse bien y dejar pasar las horas, esto era algo, tal vez
126     30|     Benítez la sorprendía en estas horas de calma triste y muda,
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